Las cajas de Ikea y Muji que necesitas antes de ponerte a ordenar con el m¨¦todo Marie Kondo
Los organizadores de armarios para que los jerseys indultados en la limpieza KonMari no se enmara?en, y los contenedores para todos esos objetos que no tienen sitio
?Qu¨¦ tiene Marie Kondo que su m¨¦todo KonMari est¨¢ en boca de todos? Su docu-reality de Netflix, ?A ordenar con Marie Kondo!, ha abierto los ojos a los occidentales acerca de lo mucho que llegamos a acumular entre nuestras ¡ªpor lo general¡ª peque?as cuatro paredes. Del zafarrancho que suele haber a nuestro alrededor. Y de lo f¨¢cil que es vivir con mucho menos, siempre que todo est¨¦ organizado. La de calma que desprenden esas casas tan zen, el tiempo que se ahorra buscando cualquier cosa (y limpiando, dicho sea de paso) y lo mucho que contribuyen a rebajar la ansiedad dom¨¦stica.
La nipona no se ha librado de cr¨ªticas: genera cierto desasosiego ese af¨¢n suyo por tirarlo casi todo, su inquina contra los libros y la matraca por enclaustrar todo en cajas. De hecho, el verano pasado la japonesa lanz¨® un set de tres cajas de cart¨®n ¡ªHikidashi Box¡ª en cuatro dise?os diferentes (Balance, Clarity, Wonder y Harmony). Costaban 89 d¨®lares y, pese a no ser nada baratos, se agotaron en menos de lo que un mortal tarda en decidir si tira sus viejos jeans de la suerte o los indulta. No han vuelto a fabricarse, pero Muji, muy del gusto de su compatriota, y otras tiendas similares con artilugios de organizaci¨®n para el hogar ofrecen propuestas para ordenar siguiendo los mandatos de la gur¨² del tyding up.
Cajas de cart¨®n o tela
Seleccionar y guardar. Estos son los dos mandatos que resumen el tyding up al estilo KonMari. La mejor forma para optimizar el espacio son las bolsas de pl¨¢stico al vac¨ªo. Pero por puro antiest¨¦ticas, quedan descartadas sin miramientos (viene a ser como asumir tu propio caos, quitarle el aire y dejarlo plastificado y embolsado en forma de escarnio p¨²blico).
La elecci¨®n de la japonesa son cajas del mismo tama?o, apilables y en material reciclable y transpirable, como el cart¨®n. ?Vas a guardar tus jerseys de cachemir en el armario y prefieres un recipiente algo m¨¢s c¨¢lido? La opci¨®n son cajas de lino con cremallera. Tienen la ventaja de que cuando no est¨¢n en uso, pueden plegarse para ahorrar espacio.
Cajones de polipropileno
Uno de los pilares del m¨¦todo KonMari es reunir todo lo que pertenezca a la misma categor¨ªa (ropa con ropa, juguetes con juguetes, abrigos con abrigos) y quedarse solo con aquello que nos proporciona felicidad. Sin prisas. "Una de mis clientas tard¨® 15 minutos en decantarse por la primera prenda que quer¨ªa guardar. Incluso si crees que es mucho tiempo, no te apures. Las diferencias en la velocidad [de elecci¨®n] solo reflejan las diferencias en la duraci¨®n de la experiencia", explica la gur¨² en su libro La felicidad despu¨¦s del orden (Aguilar, 2016).
Lo siguiente es ir a cuchillo: si no te da alegr¨ªa, ap¨¢rtalo de ti. Los supervivientes de la criba, deben doblarse y ordenarse con mimo. Tambi¨¦n con geometr¨ªa teutona. Su m¨¦todo de doblar para colocar bufandas, camisetas o jers¨¦is en fila india es ya m¨ªtico. Recuerda: apilar es la antesala al desorden en cuanto pretendas acceder a la sudadera de abajo. Las cajoneras trasl¨²cidas de Muji permiten intuir qu¨¦ hay dentro, pero preservan la intimidad de lo almacenado.
Cajonera transparente
Ideal para la quincalla de escritorio, barras de labios, los cromos del ni?o o cualquier otro tipo de cosa peque?a y variopinta que tendamos a acumular. Es de Muji, transparente y se enmarca dentro de la gama Compact Life. A simple vista permite identificar cualquier cosa. Esa es su gran virtud y su principal problema: el minimalismo est¨¦tico que se ve en las fotos es gloria bendita ¡ªguardan pocos elementos y todos en perfecto estado, del mismo tama?o y primorosamente depositados¡ª, pero en la vida real vivimos rodeados de toda clase de objetos que no tienen sitio y que son candidatos perfectos a acabar ah¨ª, de modo que la cajonera tiene muchas papeletas de acabar siendo un panach¨¦ de cosas peque?as api?adas, cromos doblados, bol¨ªgrafos sin tapa... En este caso, lo mejor es quitarlos de la vista.
Si a¨²n as¨ª insistimos en las transparencias, HM Home tiene un joyero en vidrio transparente para los elementos m¨¢s peque?os. Perfecto para guardar anillos de alta joyer¨ªa o tres monedas sacadas de un gale¨®n pirata. Como para darle un infarto a Marie Kondo si se usa de vac¨ªa bolsillos o se atesora bisuter¨ªa barata sin ton sin son.
La misma receta deber¨ªa aplicarse a este organizador abierto para maquillaje de HM. Eso s¨ª, si bien obtendr¨ªa los parabienes de la se?ora Kondo, posiblemente el dermat¨®logo arrugar¨ªa la nariz al ver el fondo de maquillaje y las brochas a la intemperie, expuestos a la suciedad y a degradarse por la luz y los cambios de temperatura.
Cestas
P¨ªa Nieto, experta en organizar casas y trasteros y autora del libro Organizar tu casa, viene a ser la r¨¦plica hispana de Marie Kondo. Bastante menos taxativa que KonMari a la hora de tirar, reconoce que "en el sal¨®n solemos tener al alcance de la mano revistas, cargadores, mantitas para ver la tele¡ Lo mismo sucede con los juguetes en el cuarto de los ni?os. Todo eso puede guardarse en cestas o cubetas acorde a la decoraci¨®n de cada estancia". No se trata de almacenar y esconder sin m¨¢s. Guarda solo lo que realmente se use y procura que en el interior de la cesta todo sea similar (no mezcles cargadores y cat¨¢logos de tu tienda de videojuegos; tampoco juegos de construcci¨®n, coches y peluches).
En Ikea las hay de mimbre, de poli¨¦ster?o de materiales pl¨¢sticos con aspecto de fieltro. Si pese a tus buenos prop¨®sitos reina cierto caos (inevitable, por ejemplo, en las cajas con ovillos y agujas) prueba con la versi¨®n cesto de la caja de Muji de lino con cremallera.
Estante adicional para cocina
Cuando Marie Kondo entra en una cocina lo hace en plan Roc¨ªo Jurado, como una ola. Incluso como un tsunami. Escudri?a fechas de caducidad, sabores e interroga si realmente es necesario acaparar cuatro paquetes de patatas fritas con distintos niveles de sal y diversas texturas. Lo mismo con las especias, las tazas de desayuno y todos los cachivaches que apilamos en los armarios de la cocina.
Por ejemplo, en el caso de las tazas, que siempre son mucho m¨¢s bajas que el espacio entre baldas, la soluci¨®n habitual es apilarlas en modo casteller: una dentro de otra y hacia arriba. Al intentar coger la de abajo, la torre se vence, se viven segundos de p¨¢nico viendo c¨®mo la taza de EuroDisney casi se hace a?icos, y Marie Kondo esboza un rictus de asco-inquina.
Para evitar el desastre, selecciona qu¨¦ tazas te vas a quedar (elimina las m¨¢s indignas, las de frases payasas y esas que no querr¨ªas que tu cita de Tinder viera). Guardar las supervivientes echando mano de un estante adicional de Ikea. Y di adi¨®s a las torres. Tambi¨¦n valen para armarios de herramientas.
Organizadores de cajones
Que no est¨¦ a la vista no significa que el interior de los cajones pueda ser una leonera. Como es inevitable que las cosas se muevan al abrir y cerrar, busca organizadores de cajones. Mejor, con varios tama?os y formas. Los hay en Ikea y en el para¨ªso del almacenaje: The Container Store.
De nuevo, antes de guardar, selecciona. ?Son necesarios esos ocho abrebotellas de la feria de la cerveza? ?Usas esa cuchara-cuchillo de pl¨¢stico que te regalaron con el paquete de kiwis? ?De verdad necesitas cucharillas de pl¨¢stico? "Los 'por si acaso' siempre son malos. Hay cosas que sabemos que lo m¨¢s probable es que no las usemos nunca. En ese caso, hay que tirar sin remordimientos", sentencia P¨ªa Nieto.
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