El poliamor es un asunto feminista

Existen muchos insultos soeces para las mujeres no mon¨®gamas, y estoy segura de que se les ocurren algunos. A m¨ª me han llamado casi de todo. Pero, ?por qu¨¦ suelen ser nombres espec¨ªficos para mujeres?

M¨¢s informaci¨®n

Por qu¨¦ se habla tanto de poliamor

Las parejas felices tambi¨¦n son infieles

Lo cierto es que las palabras para denigrar a los hombres no mon¨®gamos no nos sirven de mucho. Hist¨®ricamente se les ha permitido casarse con m¨¢s de una mujer, tener amantes oficiales o simplemente enga?ar con relativa impunidad. La no monogamia masculina se ha aceptado como ley de vida. De hecho, hay algunos nombres positivos para los hombres que se acuestan con muchas mujeres, como ¡°semental¡±. Por otro lado, se dice que las mujeres son mon¨®gamas por naturaleza. De modo que, si ella tiene m¨¢s de una pareja, se deduce que es mala, antinatural y poco femenina. Schopenhauer lo expresa as¨ª: ¡°La fidelidad en el matrimonio es artificial para el hombre y natural en la mujer, y en consecuencia, el adulterio por parte de la mujer es mucho menos perdonable que por parte del hombre¡±. Qu¨¦ oportuno.

El hecho de pontificar sobre lo que es ¡°natural¡± en lo que se refiere al g¨¦nero es normalmente una se?al de alarma, o al menos da pie a que hagamos un an¨¢lisis m¨¢s profundo. La fil¨®sofa contempor¨¢nea Kate Manne define la misoginia como el brazo ejecutor del sexismo: un sistema de mecanismos sociales establecido para recompensar a las mujeres que cumplen expectativas patriarcales y castigar a las que no lo hacen. La monogamia es una de esas principales expectativas. Por lo tanto, se puede entender que tildar a alguien de ¡°put¨®n¡± es una parte esencial de la misoginia en el sentido de Manne.

Pero, un momento, a lo mejor est¨¢n pensando que la monogamia, probablemente, es buena para las mujeres. ?No es un paso en una direcci¨®n feminista el acabar con los amor¨ªos masculinos y la poligamia al estilo del Antiguo Testamento? Quiz¨¢, si esas son las ¨²nicas alternativas. Pero es una dicotom¨ªa descaradamente falsa. ?Qu¨¦ tal si nos dan la libertad de elegir nosotras mismas qu¨¦ tipo de relaciones queremos?

La no monogamia ¨¦tica se puede practicar con una mentalidad feminista. Y tambi¨¦n la monogamia ¨¦tica. Pero ambas deber¨ªan consensuarse y elegirse libremente. La monogamia obligatoria nos priva del derecho a elegir. O peor a¨²n, la monogamia patriarcal es hist¨®ricamente posesiva, obsesiva y potencialmente mortal, sobre todo para las mujeres. Los prejuicios de g¨¦nero persistentes hacen que se trate con benevolencia a hombres que han matado a sus mujeres por una infidelidad (real o percibida).

En resumidas cuentas, si alguien va a controlar mi vida amorosa, decirme que lo hace por mi propio bien no hace m¨¢s que echar sal en la herida.

Entonces, ?qu¨¦ impulsa a los desconocidos a insultar a una mujer poliamorosa en Internet? Desde el punto de vista de las perjudicadas, este tipo de ataques verbales parecen provocados por la ira, como muchos otros aspectos de la misoginia. Pero la ira es a menudo una reinterpretaci¨®n del miedo. El miedo a perder el control sobre la sexualidad de las mujeres, y su atenci¨®n rom¨¢ntica, amenaza profundamente la fr¨¢gil sensaci¨®n de que los hombres tienen derecho a ellas, fomentada desde hace mucho tiempo por las narrativas patriarcales.

Mi esperanza es que quiz¨¢ estemos atravesando la fase de extinci¨®n,?los ¨²ltimos estertores de la monogamia patriarcal obligatoria. Se trata, a la larga, de un pensamiento optimista, pero seg¨²n mi experiencia, cuando se habla de la monogamia y el g¨¦nero, dentro y fuera del mundo acad¨¦mico, me encuentro con que los j¨®venes, en l¨ªneas generales, entienden mucho mejor estos temas que sus mayores. Los ni?os est¨¢n ense?ando a sus padres. Mis alumnos han superado a mis compa?eros. Y creo que eso es algo muy positivo.

Carrie Jenkins es profesora de Filosof¨ªa en la Universidad de la Columbia Brit¨¢nica (Canad¨¢) y autora de ¡®What Love Is and What It Could Be¡¯ (Lo que el amor es y lo que podr¨ªa ser).