Por qu¨¦ se habla tanto de poliamor
Los 'millennials' y los acad¨¦micos cuestionan cada vez m¨¢s el mito del amor rom¨¢ntico y exclusivo. ?Va la monogamia camino de convertirse en algo anticuado?
Cuando Giaz¨² Enciso, doctora en Psicolog¨ªa Social especializada en afectos y feminismo, escrib¨ªa en 2001 su tesis sobre poli?amor, la gente sol¨ªa mirarla perpleja y preguntaba qu¨¦ era eso. Bueno, explicaba ella, la verdad es que el asunto tampoco era algo tan nuevo aunque s¨ª lo fuera el t¨¦rmino. ¡°Los primeros datos sobre no monogamia vienen del Paleol¨ªtico. En los sesenta y setenta ya hab¨ªa art¨ªculos sobre la pr¨¢ctica de tener m¨¢s de una relaci¨®n sexual o rom¨¢ntica de forma consentida. En los ochenta estaba de moda ser swinger y el intercambio de parejas. Pero la primera vez que se us¨® la palabra poliamor fue en 1990 en un art¨ªculo. En esa d¨¦cada tambi¨¦n se habl¨® mucho de placer femenino, y ?tica promiscua, el libro de referencia de Dossie Easton y Janet Hardy, se public¨® en 1997¡±, recuerda casi 20 a?os despu¨¦s de publicar su trabajo, el primero en espa?ol sobre el tema.
Morning Glory Zell-Ravenheart fue quien acu?¨® la palabra poliamor en un art¨ªculo, y poco despu¨¦s volvi¨® a emplearla en una convenci¨®n neopagana. Lo que entonces trataba de definir no era algo tan radicalmente nuevo, ¡ªel apareamiento y las relaciones rom¨¢nticas m¨²ltiples tienen una larga y diversa historia¡ª, pero, desde aquellos or¨ªgenes neohippies y alternativos, se ha pasado a un escenario francamente distinto. El poliamor ha dejado los m¨¢rgenes para ocupar el centro de un buen n¨²mero de debates y estudios. El mundo acad¨¦mico y, en particular, la sociolog¨ªa, la psicolog¨ªa y la filosof¨ªa viven un boom de publicaciones sobre alternativas a la monogamia desde hace 10 a?os. Y en las ciencias naturales, la discusi¨®n sobre las tendencias naturales del ser humano viene de largo. Algunas investigaciones aseguran que la exclusividad sexual no es innata y que contribuyeron a ella factores como las enfermedades de transmisi¨®n sexual y la necesidad de estrechar la cooperaci¨®n y las relaciones de parentesco. Este mes, un estudio identific¨® los genes relacionados con la tendencia a la monogamia, pero la dificultad para examinar las interacciones entre cultura y biolog¨ªa hace imposible dar respuestas tajantes a la pregunta de si los humanos somos mon¨®gamos por naturaleza.
Hist¨®ricamente, la institucionalizaci¨®n de esta exclusividad se ha producido en el matrimonio, pero lo que hoy muchos consideran el culmen de una relaci¨®n sol¨ªa ser un instrumento para asegurarse propiedades, estabilidad financiera o conexiones. El amor era una enajenaci¨®n temporal o un ingrediente que pod¨ªa ayudar a sobrellevar una uni¨®n de por vida. Casarse empez¨® a ser visto como un v¨ªnculo fruto de una relaci¨®n rom¨¢ntica en Occidente a partir del siglo XIX, cuando se empez¨® a hablar de poner el coraz¨®n por delante del bolsillo. Desde entonces, la lista de lo que debe aportar la pareja, en una relaci¨®n larga y exclusiva, no ha hecho m¨¢s que crecer: debe dar estabilidad, pero tambi¨¦n novedad; seguridad, pero tambi¨¦n misterio. La pareja debe ser amante, ancla, ofrecer la mejor amistad y consejos, adem¨¢s de, llegado el caso, apoyar al m¨¢ximo en la crianza. Y sobre todo, debe encarnar el amor verdadero, un sentimiento legendario y apasionado, del que no se duda y que nunca se apaga. El discurso est¨¢ presente en todas las pel¨ªculas, en todas las canciones, grabado a fuego en nuestro cerebro. La experta en teor¨ªa de g¨¦nero Coral Herrera lo describe como ¡°la utop¨ªa colectiva¡±. Y a?ade que el sue?o difundido es ¡°encontrar a nuestra media naranja para encerrarnos en una burbuja de amor rom¨¢ntico¡±.
Este supuesto amor, tan ¨²nico, exige renuncias: principalmente, al sexo con otras personas. Puede haber otras relaciones, pero ¡°solo una tiene el apoyo social, solo una est¨¢ certificada como correcta, apropiada¡±, se?ala la educadora y activista LGTBQI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, queer e intersexuales) Brigitte Vasallo en Pensamiento mon¨®gamo, terror poliamoroso. ¡°Es un compromiso simb¨®lico, el pago que se hace para adquirir esa legitimidad: yo no me acostar¨¦ con nadie m¨¢s, pero, a cambio, nuestra relaci¨®n ser¨¢ superior a las dem¨¢s¡±.
Hoy muchas voces defienden que los modelos est¨¢n cambiando. El pasado octubre, en la Universidad Carlos III de Madrid, decenas de veintea?eros atend¨ªan a una conferencia titulada Lejos de la monogamia. Se debati¨® sobre c¨®mo abrir de forma ¨¦tica un noviazgo, sobre relaciones no jer¨¢rquicas, sobre si el poliamor es, por defecto, feminista. Al acabar, varias chicas se acercaron a Noem¨ª Casquet, una youtuber con m¨¢s de 100.000 seguidores que desentra?a conceptos como el de polidramas (por ejemplo, los celos de metamores, las otras parejas rom¨¢nticas o sexuales de tu pareja).
El mapa de la no monogamia
INTERACTIVO | Este mapa, inspirado por el del activista?Franklin Veaux, explica algunos modelos de relaciones no mon¨®gamas. Pincha sobre la imagen para ampliar el mapa y?responde a unas preguntas para ver d¨®nde te ubicar¨ªas t¨².
?Se est¨¢ abriendo el abanico de las formas de relacionarse? Es complicado decir si en la actualidad hay un mayor rechazo a la monogamia porque, para empezar, es dif¨ªcil precisar cu¨¢ntas relaciones no exclusivas existen. Las uniones de m¨¢s de dos no est¨¢n reguladas, en general, aunque hay religiones y pa¨ªses como Marruecos que admiten la poligamia, y recientemente (en Brasil y Colombia) ha habido casos en los que se ha aceptado. Pero m¨¢s all¨¢ del plano legal, lo cierto es que apenas hay cifras claras sobre relaciones no mon¨®gamas, y las pocas disponibles vienen de EE UU y son dispares. Seg¨²n un informe del Journal of Sex & Marital Therapy de 2016, una de cada cinco estadounidenses (un 20%) asegura tener o haber tenido una relaci¨®n consensual fuera de la pareja. Otros estudios colocan el porcentaje en ese pa¨ªs en torno al 4%, equiparando sus dimensiones a las de la poblaci¨®n LGTBQI (seg¨²n algunas estad¨ªsticas, tambi¨¦n muy variables).
Pedimos que la misma persona sea a la vez amante, amiga, consejera y compa?era de crianza
Lo que s¨ª abundan son pistas, indicadores de que el tab¨² de la no monogamia se diluye, de que se habla m¨¢s de ello. Sobre todo en Internet. En la lista de palabras googleadas en 2017 en EE UU, en la categor¨ªa de relaciones, ¡°poliamor¡± fue la cuarta m¨¢s buscada. Las redes sociales tambi¨¦n son clave para que las comunidades que rechazan la monogamia se encuentren y se apoyen, especialmente fuera de la heteronormatividad. Y ah¨ª es f¨¢cil toparse enseguida con el mapa que ide¨® en 2010 Franklin Veaux, educador sexual y coautor de M¨¢s de dos. Usando la teor¨ªa de diagramas de Venn, Veaux trata de poner orden y categorizar, con decenas de clasificaciones y superposiciones, desde relaciones abiertas a poligamia religiosa, pasando por la polifidelidad (una relaci¨®n rom¨¢ntica o sexual que implica a m¨¢s de dos pero no permite relaciones fuera del grupo sin un acuerdo). Tambi¨¦n tiene su sitio la anarqu¨ªa relacional, que, seg¨²n la activista y educadora Roma de las Heras, implica que no se establece una ¡°diferencia entre v¨ªnculos rom¨¢nticos o no rom¨¢nticos como amistades, familia, relaciones de crianza o cuidado. Y si lo hace, no privilegia los primeros sobre los ¨²ltimos¡±.
El mapa de Veaux no ha parado de crecer y?en Occidente la no monogamia empieza a dejar de ser tab¨². Conceptos como fidelidad, adulterio, cuernos, van mutando. Muchos millennials han crecido en un ambiente m¨¢s liberal e informado y ven como una opci¨®n m¨¢s, por ejemplo, el poliamor. A esto, sostienen algunos, ha contribuido la visibilidad de la comunidad ?LGTBQI, que ha abierto la puerta a cuestionar lo establecido.
Una prueba m¨¢s de que las relaciones no normativas han dejado los m¨¢rgenes se encuentra en las pantallas. En los dos ¨²ltimos a?os Netflix ha estrenado T¨², yo y ella, comedia sobre una pareja enamorada de una tercera persona; Nola Darling, versi¨®n de la pel¨ªcula de Spike Lee de 1986 sobre una joven con tres amantes, y Wanderlust, sobre un matrimonio que prueba a salir con otros, adem¨¢s de varios documentales sobre la monogamia. Los actores de Hollywood tambi¨¦n hacen de altavoz, con Scarlett Johansson declarando que la exclusividad ¡°no es natural¡±; y la antigua ni?a Disney Bella Thorne, presentando a su novia y su novio. La no monogamia ¨¦tica ¡ªlas relaciones consentidas con otros fuera de la pareja¡ª cuestiona los v¨ªnculos ¨ªntimos y emocionales que establecemos entre nosotros, personal y colectivamente. ?Es esta una ¨¦poca en la que se consumen amores, amistades o parejas de forma vertiginosa, como productos? ?Qu¨¦ es la fidelidad realmente? ?Tener varias parejas simult¨¢neamente rompe din¨¢micas de poder y patrones de anta?o? Abundan las preguntas que cuestionan un tipo de relaci¨®n que, aunque no sea mon¨®gama, deja las cosas como est¨¢n. Muchos activistas defienden que la no monogamia es una decisi¨®n esencialmente pol¨ªtica, que va mucho m¨¢s all¨¢ del sexo y la esfera ¨ªntima. ¡°La monogamia no se desmonta follando sin m¨¢s, ni enamor¨¢ndose simult¨¢neamente de m¨¢s gente, sino construyendo relaciones de manera distinta que permitan follar m¨¢s y enamorarnos simult¨¢neamente sin que nadie se quiebre en el camino¡±, escribe Brigitte Vasallo. Pero, claro, no faltan quienes, aprovechando el discurso de la no monogamia, van dejando cad¨¢veres a su paso.
Abundan las cr¨ªticas a una no monogamia que no es pol¨ªtica y consume relaciones como productos
Para la periodista brit¨¢nica Laurie Penny, que lleva 10 a?os practicando el poliamor y habla de ello en Bitch Doctrine, hay algo profundamente millennial en este cambio. ¡°Algo unido a esta generaci¨®n temerosa, frustrada, sobreanalizada, con un sentido exagerado de las consecuencias de sus acciones y el impulso de hacer el bien en un mundo loco. Queremos la libertad sexual y el amor libre que nuestros padres disfrutaron, al menos en teor¨ªa, pero tambi¨¦n una comprensi¨®n m¨¢s profunda de lo que puede ir mal. Queremos diversi¨®n y libertad, pero tambi¨¦n sacar buena nota en el examen. Queremos hacer lo correcto¡±.
Cabe esbozar una sonrisa c¨ªnica ante todo esto, pero entonces se pasar¨ªan por alto las pertinentes preguntas que esta nueva reflexi¨®n sobre el amor plantea: qu¨¦ significan los roles de g¨¦nero, el significado del compromiso, el porqu¨¦ de los celos. En definitiva, ?qu¨¦ es eso tan complicado de amar a otros?
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