El silencio de la enfermedad mental materna
Momentos como el embarazo, el parto y el puerperio ¨Ctambi¨¦n la crianza de los primeros a?os?¨C, son complejos a nivel emocional y f¨ªsico
La vida de la escritora y poeta Sylvia Plath estuvo marcada por la enfermedad mental. Tambi¨¦n su muerte, que lleg¨® una ma?ana de 1963 cuando despu¨¦s de dejar a sus hijos el desayuno preparado meti¨® la cabeza en el horno y se suicid¨®. El enorme dolor y sufrimiento que sinti¨® Plath hasta llegar a ese punto casi se puede palpar cuando cae en tus manos esa catarsis que fue su obra. No hay vuelta atr¨¢s, ya no puedes ser ajena a su historia. Igual que cuando esa ventana indiscreta que es el cine te deja colarte en la vida de Marlo (Charlize Theron): es imposible no sentir en Tully el peso de la soledad de una mujer sobrepasada por las circunstancias, agotada. Porque Tully es un relato transparente de lo que no estamos haciendo para acompa?ar a las mujeres que nos rodean en esa metamorfosis salvaje que es la maternidad, pero tambi¨¦n es un retrato fiel y valiente de lo que es la enfermedad mental materna: un monstruo que escondemos en un armario y que, cuando sale, muchas veces ni siquiera somos capaces de ver.
El miedo a la enfermedad mental
Nadie est¨¢ libre de sufrir una enfermedad mental en cualquier etapa de la vida. Momentos como el embarazo, el parto y el puerperio ¨Ctambi¨¦n la crianza de los primeros a?os?¨C, son complejos a nivel emocional y f¨ªsico, y pueden incluso convertirse en el resorte que avive patolog¨ªas presentes o previas. Sin embargo, no es f¨¢cil reconocer ¨Co ver¨C la necesidad de ayuda. Lucy (pseud¨®nimo) recibi¨® el diagn¨®stico de depresi¨®n un a?o despu¨¦s del nacimiento de su hijo. Busc¨® esa ayuda cuando fue consciente de que ¨¦l cada vez era m¨¢s activo y ella, por el contrario, cada vez lo era menos. ¡°Mi hijo me ped¨ªa jugar y yo apenas pod¨ªa moverme, como si estuviera cansad¨ªsima. Ap¨¢tica. Hab¨ªa pasado por temporadas parecidas a lo largo de mi vida, pero nunca hab¨ªa buscado ayuda ¨Co no hab¨ªan sabido darme la que necesitaba¨C. Durante el final del embarazo sent¨ªa tristeza y una sensaci¨®n rara, de p¨¦rdida, pero como el parto ¨Cque termin¨® en una ces¨¢rea de urgencia¨C supuso un trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico, ech¨¦ en ese saco las culpas de mi negatividad. Un d¨ªa me enfad¨¦ mucho con mi hijo a la hora de la comida y le di un cachete. Ah¨ª fue cuando me di cuenta de que pasaba algo m¨¢s y que deb¨ªa buscar ayuda¡±, cuenta Lucy.
Si no es f¨¢cil muchas veces llegar a la conclusi¨®n a la que lleg¨® Lucy, tampoco lo es encontrar esa ayuda. Seg¨²n Ibone Olza, psiquiatra infantojuvenil y perinatal, la enfermedad mental materna, m¨¢s que un estigma marcado a fuego, es algo que se desconoce; no solo por parte de la sociedad en general, sino tambi¨¦n de los propios sanitarios, lo que se traduce en que muchas madres no lleguen a tener la ayuda que necesitan. ¡°Hay un gran desconocimiento por parte de los profesionales. Pediatras, m¨¦dicos de familia y ginec¨®logos no valoran la salud mental materna y esto es un tema clave. La salud mental tendr¨ªa que estar integrada en todas las etapas: en el embarazo, en el parto, en el posparto; que se preguntara a las madres c¨®mo est¨¢n, o si han tenido ganas de salir corriendo, o si se han sentido muy malas madres. Las madres deber¨ªan tener ayuda, y que se incluya a los padres siempre que sea posible¡±, explica.
Tambi¨¦n hay miedo: miedo a contarlo. Seg¨²n Ibone Olza, lo primero que se dispara en el entorno de muchas madres cuando piden ayuda o hablan de los s¨ªntomas de la enfermedad mental es el miedo a la asistencia de los servicios sociales. ¡°Parece exagerado, pero la realidad es esa: se piensa antes en quitar custodias que en ayudar a las madres, sobre todo en casos de situaciones irregulares o marginales. Esas mujeres no van a plantearse lo que est¨¢n viviendo por p¨¢nico a que les quiten a los hijos cuando la realidad es que la inmensa mayor¨ªa son perfectamente tratables y la recuperaci¨®n puede ser en muchos casos completa¡±, cuenta Olza.
Cuando Lucy decidi¨® sacar del armario la enfermedad mental, no solo lo hizo con su entorno m¨¢s cercano, tambi¨¦n se anim¨®, primero, a contar sus vivencias en un blog, y despu¨¦s a plasmarlo en un libro: ¡°Elijo el arco¨ªris¡±, cuya edici¨®n ha sido posible gracias a una campa?a de micromecenazgo. Su objetivo con el libro no es solo acabar con el secretismo asociado a este tipo de patolog¨ªas, sino tambi¨¦n servir de acompa?amiento y ayuda a otras mujeres ¨Co a sus familiares¨C. Lucy no est¨¢ sola: cuenta que desde que comenz¨® a relatar p¨²blicamente su historia ha encontrado a madres ¨Cm¨¢s de 100 en el ¨²ltimo a?o¨C, que la han escrito por privado para compartir con ella sus propios malestares y preguntarle qu¨¦ ten¨ªan que hacer para obtener la atenci¨®n sanitaria adecuada. Algunas recib¨ªan evasivas de sus m¨¦dicos de cabecera, otras aseguraban tener miedo a contarlo.
¡°Da miedo decir en voz alta que tienes depresi¨®n o que sufres ansiedad y que crees que no eres capaz de cuidar a tu hijo como deber¨ªas porque temes los juicios de los dem¨¢s o mucho peor: tienes miedo de que te quiten a tu hijo por ser incapaz¡±, lamenta, y a?ade que hay un tab¨² muy grande respecto a la salud mental porque socialmente se acepta que las personas debemos ser fuertes y no caer en enfermedades mentales que muchas personas creen que son cosa de ponerle voluntad. ¡°?Te imaginas por un momento que fueras con una herida sangrando y te dijeran que esperes un mes para ver si deja de sangrar por s¨ª misma? ?O que te echaran la culpa a ti de que estuviera sangrando? Pues eso es lo que pasa con los trastornos mentales, se estigmatiza a la persona que los sufre desde incluso antes de diagnosticarlos¡±.
La importancia del tratamiento conjunto y la prevenci¨®n
A la culpa que parece ser inherente a la propia maternidad se une la de sentir ¡°no ser capaz¡± de hacer ¡°lo que deber¨ªa hacer¡±, pero a las mujeres que padecen una enfermedad mental y requieren de un ingreso hospitalario les acompa?a una culpa m¨¢s: la de la separaci¨®n de sus hijos. Explica Ibone Olza que el tratamiento en este tipo de patolog¨ªas tiene que ser conjunto, algo que en Espa?a pocos profesionales contemplan, y, menos a¨²n, en el caso de los ingresos hospitalarios: ¡°Mientras que en pa¨ªses como Reino Unido hay unidades de psiquiatr¨ªa donde ingresan las madres con sus beb¨¦s y se las trata de patolog¨ªas como pueden ser la psicosis o la depresi¨®n posparto grave, en Espa?a solo existe este tipo de unidad en el Hospital Cl¨ªnico de Barcelona. Hoy por hoy si una madre est¨¢ con una psicosis o con una depresi¨®n posparto grave sabe que si la ingresan va a estar sin ver a su beb¨¦ dos o tres semanas, y esto provoca que muchas madres ni siquiera vayan al m¨¦dico para evitar esa separaci¨®n de sus hijos¡±. A?ade Olza que las consecuencias pueden ser muy dram¨¢ticas si no se tratan este tipo de enfermedades. En muchos casos la patolog¨ªa se cronifica y puede afectar al desarrollo del beb¨¦ y a la relaci¨®n de pareja.
Lucy acudi¨® a un psiquiatra privado en 2017, que en primer lugar le recet¨® antidepresivos, a los que m¨¢s tarde se sumaron ansiol¨ªticos y antipsic¨®ticos. Adem¨¢s de depresi¨®n, Lucy recib¨ªa en 2018 un nuevo diagn¨®stico: trastorno l¨ªmite de la personalidad. Llegaba durante un ingreso hospitalario de 19 d¨ªas. ¡°Ahora mismo tomo dos tipos de antidepresivos diferentes, un ansiol¨ªtico, un antipsic¨®tico y una pastilla para cuando tengo los ataques de p¨¢nico o me cuesta dormir. Adem¨¢s del tratamiento farmacol¨®gico voy a terapia psicol¨®gica una vez a la semana m¨¢s o menos. Y aunque noto que la medicaci¨®n me mantiene m¨¢s estable, los grandes avances los noto con la terapia¡±, explica.
Entre las principales causas de la enfermedad mental materna se encuentra la falta de apoyo social, por lo que para Ibone Olza es fundamental sensibilizar y darle visibilidad como medida de prevenci¨®n. ¡°Como sociedad deber¨ªamos pensar mucho m¨¢s en cuidar a las madres, en facilitarles la vida, en prevenir. Se debe visibilizar que la enfermedad mental materna existe, y que es la patolog¨ªa m¨¢s frecuente en el posparto. Debemos ser conscientes de que le puede pasar a cualquier mujer e igual que se habla, cada vez m¨¢s, de que el parto puede acabar como no esperamos, tambi¨¦n hay que hablar mucho m¨¢s de que un porcentaje importante de mujeres va a tener dificultades emocionales, depresi¨®n o ansiedad, tanto en el embarazo como en el posparto y que, si esto pasa, hay que pedir ayuda porque estas cosas se tratan. Y se tratan bien. Si no se cuenta, no se puede saber¡±, explica.
Otros factores de riesgo ¨Cprevenibles¨C para la psiquiatra son la soledad (¡°No es lo mismo c¨®mo lo vive una madre que pasa todo el d¨ªa sola con su beb¨¦ que una madre que tiene a su lado a su madre, a su hermana, a su vecina¡±) y la falta de sue?o (¡°Si una mujer en puerperio inmediato no consigue dormir eso ya es un factor de riesgo muy alto. Y, ojo, que esto nada tiene que ver con el abandono de la lactancia materna porque se puede dormir y dar el pecho si dormimos mientras duerme nuestro beb¨¦. Dormir es una de las cosas que m¨¢s previene y que menos hacemos¡±). ¡°Estoy segura de que hay madres pasando unos postpartos horrorosos y no nos enteramos. En el Reino Unido hubo un estudio en los a?os ¡®90 que encontr¨® que el suicidio era la primera causa de muerte materna en el primer a?o siguiente al parto. En Espa?a no tenemos datos, pero hay suicidios de madres, hay suicidios de posparto, esto est¨¢ tan invisibilizado que no tenemos ni la casu¨ªstica. Es un drama¡±, reflexiona.
Para paliar esa soledad, y para servir de escucha y acompa?amiento a mujeres y madres que padecen alg¨²n tipo de enfermedad mental, desde el Instituto Europeo de Salud Perinatal crearon en 2017 el foro Mam¨¢ importa, un espacio en el que seg¨²n cuenta Esperanza Amado, enfermera de salud mental y moderadora del foro, prima la comprensi¨®n y la ausencia de juicios, y en el que las mujeres encuentran situaciones similares con las que sentirse menos solas. El tema m¨¢s tratado en el foro es la ansiedad, seguida de la soledad y la falta de apoyo y de comprensi¨®n. ¡°Las madres necesitamos estar en grupo, que existan espacios para madres porque esto es ya terap¨¦utico. Nos estamos quedando sin tribu, sin apoyo entre nosotras, y tenemos que buscarnos la vida. Y esto es aplicable para todas las madres, no solo cuando hay una patolog¨ªa detr¨¢s¡±, concluye Amado.
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