El eje franco-alem¨¢n, ?a favor o distante de Europa?
El Brexit, el distanciamiento ideol¨®gico de los pa¨ªses del Este y la fragilidad del euro en el sur ponen en tela de juicio la estrategia de integraci¨®n com¨²n
El reciente acuerdo de Aquisgr¨¢n, el 22 de enero, entre Angela Merkel y Emmanuel Macron, que apuesta por actualizar el Tratado del El¨ªseo de 1963 (precisamente el que impuls¨® la construcci¨®n europea) entre el general De Gaulle y el canciller Konrad Adenauer, es un acontecimiento importante no por su contenido, sino por su significado para el futuro de Europa. El de 1963 es un instrumento convencional que surge en un contexto caracterizado tanto por el despliegue econ¨®mico de Francia y Alemania como por los resultados positivos del Tratado de Roma; al mismo tiempo, en el mundo se proyectaba una pol¨ªtica de distinci¨®n entre el bloque capitalista y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En s¨ª mismo, el texto no propon¨ªa m¨¢s que una cooperaci¨®n concertada entre los dos exenemigos. La metodolog¨ªa subyacente al proyecto de construcci¨®n europea era la propia de una cooperaci¨®n intergubernamental, que busca la creaci¨®n de una Europa de Estados naci¨®n sin una superestructura capaz de imponer pol¨ªticas comunes en nombre de un inter¨¦s general europeo.
Ahora bien, todo el proceso que se puso en marcha en la d¨¦cada siguiente, y que se estructur¨® en los ochenta, atend¨ªa m¨¢s bien a la idea de un proceso de integraci¨®n europea, cuya clave fundamental reside en sustraer a los Estados ¨¢mbitos esenciales de soberan¨ªa, como el control del mercado interior, la moneda, la pol¨ªtica presupuestaria, la deuda y la inflaci¨®n. El Tratado de Lisboa lleva esta doble dimensi¨®n pero destaca las pol¨ªticas comunes de integraci¨®n.
Ante la situaci¨®n actual de bloqueo de la construcci¨®n europea, hacer hincapi¨¦ sobre el fortalecimiento de la relaci¨®n franco-alemana puede cobrar varios sentidos, teniendo en cuenta los retos que afronta Europa: el Brexit, el distanciamiento ideol¨®gico de los pa¨ªses del Este y la fragilidad del euro en los pa¨ªses europeos del sur. Tres desaf¨ªos que ponen gravemente en tela de juicio la estrategia de integraci¨®n com¨²n. El texto adoptado en Aquisgr¨¢n reafirma la necesidad de la convergencia econ¨®mica, de los modelos sociales y del respeto a la diversidad cultural entre Alemania y Francia. Nada nuevo. Ahora bien, se hace una llamada a una pol¨ªtica exterior y de defensa com¨²n para la creaci¨®n de una as¨ª denominada ¡°autonom¨ªa¡± de acci¨®n de la UE, que topa con la voluntad de la mayor¨ªa de los socios europeos, estrechamente vinculados a EE?UU. Parece, pues, que es ¨¦ste el sentido del acuerdo: un mensaje que expresa que ha llegado el momento de esclarecer el papel de Europa en el mundo, dada la destrucci¨®n del sistema de alianza occidental por parte de Donald Trump. Sin embargo, tambi¨¦n cabe ser interpretado como el aviso de que Europa debe urgentemente solucionar sus problemas pendientes para avanzar. En caso contrario, se impondr¨¢ mec¨¢nicamente la estrategia intergubernamental como herramienta de toma de decisiones en el futuro, en detrimento de la Europa so?ada.
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