La t¨¢ctica del carnero
La pol¨ªtica se reduce hoy a embestir al adversario
Hace algunos d¨ªas, el Partido Popular se reuni¨® con el boato habitual de las grandes citas para poner a punto sus ideas, para debatirlas y afinarlas, para armarlas con argumentos m¨¢s elaborados. Eso dijeron por lo menos sus responsables, se refirieron a una suerte de rearme ideol¨®gico. El asunto ha quedado ya viejo en esta sociedad de urgencias y donde manda la inmediatez, pero no est¨¢ de m¨¢s volver sobre aquella cita; al fin y al cabo, lo que iba a salir de all¨ª era la columna vertebral que va a sostener en un futuro pr¨®ximo las pol¨ªticas del principal partido de la oposici¨®n. No result¨® gran cosa. M¨¢s que juntarse para hacer un balance cr¨ªtico de las circunstancias que terminaron por apartar al PP del poder y construir la estrategia y las t¨¢cticas que deben orientar al partido ante las nuevas circunstancias, lo que hicieron en Madrid fue simplemente cargarse de munici¨®n. Lo que sali¨® de la convenci¨®n del PP solo fue la trompeter¨ªa de consignas que prepara a la soldadesca para lanzarse contra el enemigo. La intervenci¨®n de Pablo Casado fue una sucesi¨®n de mensajes como pu?os. El sector de los llamados sorayistas tuvo un perfil bajo.
Malos tiempos para la pol¨ªtica. De esa convenci¨®n solo quedaron grandes brochazos y puro ruido ¡ªbalas, balas y balas¡ª, y, lo que es peor, tambi¨¦n una actitud, unas maneras. Como ocurre en estos d¨ªas en el teatrillo de lo p¨²blico, falt¨® trama, grandes personajes que defendieran posiciones distintas (no hubo batalla de argumentos entre Rajoy y Aznar, solo hilos que corrieron paralelos), un punto de aut¨¦ntico dramatismo que le diera algo de verdad a los afanes de un partido que se ha quedado desnortado por la p¨¦rdida de poder y por la arrolladora entrada en escena de una fuerza a su derecha. Todo result¨® previsible, y qued¨® tan solo la imagen de un l¨ªder que pega voces y que repite los salmos de un viejo mantra. Poco m¨¢s.
Hay una manera de hacer las cosas a la que se ha referido el escritor Juan Benet, en lo que toca a lo militar, en sus escritos sobre la Guerra Civil y que, como dice ¨¦l mismo, ¡°se puede llamar la t¨¢ctica del carnero: embestir de frente contra la testuz del adversario, un procedimiento que ning¨²n tratadista se atreve a mencionar sin menosprecio¡±. Esa t¨¢ctica es la que ha salido de la ¨²ltima convenci¨®n del PP como f¨®rmula para abordar el futuro. Embestir, embestir y embestir, una y otra vez, da igual con qu¨¦ ni a prop¨®sito de qu¨¦, de lo que se trata es de chocar y de erosionar y gastar y, a ser posible, demoler al adversario. Como dec¨ªa Benet, refiri¨¦ndose en su caso al Ej¨¦rcito franquista, sin ¡°una sola maniobra de gran estilo, una campa?a de movimientos, un ataque de flanco, una aproximaci¨®n indirecta¡¡±.
En la gran movilizaci¨®n que termin¨® cristalizando como el 15-M hubo una denuncia que se escuch¨® con particular fuerza, la de que los pol¨ªticos no nos representan. Quiz¨¢ no resulte descaminado pensar que esa t¨¢ctica del carnero ayud¨® para que aquel descr¨¦dito creciera: no nos representan porque lo ¨²nico que saben es embestir de frente, unos contra otros. El caso es que de aquella explosi¨®n plural de descontento y rabia surgi¨® una fuerza, Podemos, que termin¨® reduciendo tambi¨¦n su estrategia al grueso concepto de la gente contra la casta, para as¨ª chocar con m¨¢s eficacia contra la testuz del adversario. Lo malo de esta historia es que esas maneras tan burdas le pueden pasar una factura muy seria a la democracia.
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