Lo real
La verdad, hoy, tiene cara de pantalla
Varios alcaldes, entre ellos Giuliani en Nueva York, se vieron obligados a exigir la censura cuando las fotograf¨ªas de Mapplethorpe, muchas de ellas dedicadas a la exhibici¨®n de genitales masculinos de considerables dimensiones, se expusieron en p¨²blico. Como no colgaban en instituciones del Estado sino en galer¨ªas privadas no pudieron ser secuestradas, pero se les retir¨® todo tipo de subvenciones, ayudas o publicidad. No obstante, para m¨ª lo m¨¢s relevante fue el comentario de un propio que dijo: ¡°Si en lugar de fotograf¨ªas hubieran sido cuadros al ¨®leo no habr¨ªa pasado nada¡±. A finales del siglo XX todav¨ªa la fotograf¨ªa ten¨ªa la consideraci¨®n de ¡°verdad¡± o ¡°realidad¡±. Lo que se ve¨ªa en las fotos era aut¨¦ntico.
Me he preguntado a veces c¨®mo es posible que mucha gente se tome en serio los mensajes digitales, el mundo de las redes y toda esa parafernalia. ?C¨®mo puede ser que pol¨ªticos y redactores reaccionen como menores de edad ante la basura telem¨¢tica? Es evidente que la mayor parte de esos mensajes, si no fueron producidos por esbirros rusos al servicio del caos o por cl¨¦rigos al servicio de los separatistas, son infames venganzas de gente impotente. ?Por qu¨¦ entonces concederles nuestro muy escaso tiempo? Y sin embargo sabemos con qu¨¦ terror retroceden los responsables p¨²blicos ante ellos y c¨®mo los periodistas afirman una y otra vez que ¡°la red arde con furiosas reacciones¡±. ?Por qu¨¦ las leen? Pues bien, una posible explicaci¨®n es la sacralidad del soporte. A d¨ªa de hoy es dif¨ªcil que alguien crea en ¡°la verdad¡± de una fotograf¨ªa, tan f¨¢cil es falsearla. En cambio, la superstici¨®n quiere que el nuevo soporte de lo real sea la red electr¨®nica. El soporte es el mensaje y la verdad, hoy, tiene cara de pantalla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.