S¨ªndrome del emperador: ni?os autoritarios y caprichosos
No hay sumisi¨®n ni vasallaje en las relaciones sino que el equilibrio viene de que se mantenga la autoridad moral del padre y de la madre
Una din¨¢mica familiar fluida sucede cuando los progenitores son adultos con conciencia de sus l¨ªmites al tiempo que educan a los hijos fomentando responsabilidad y acompa?¨¢ndoles en su individualidad. No hay sumisi¨®n ni vasallaje en las relaciones sino que el equilibrio viene de que se mantenga la autoridad moral del padre y de la madre. Autoridad no es autoritarismo sino capacidad de influencia de los c¨®nyuges basada en el ejemplo, la integridad y la coherencia.
La autoridad moral es algo que los padres dan por supuesto que tienen cuando muchas veces no la tienen. El mero hecho de ser padres no es suficiente para tener credibilidad en los hijos dado que las influencias externas a la familia desaf¨ªan la autoridad de los progenitores a cada instante. Cuando hay poca interacci¨®n entre padres e hijos (porque los unos trabajan cuando los otros estudian) y tambi¨¦n poca perseverancia en los adultos para compartir su sabidur¨ªa con los menores, los hijos ponen a prueba si los padres son seres humanos con valores y principios o bien simples cuidadores que renuncian a acompa?arles en su desarrollo como individuos.
Los progenitores que han delegado la compa?¨ªa de sus hijos en los centros educativos y en los amigos de estos se lamentan de no tener soberan¨ªa en su imperio, el imperio de su casa. Lo que implica situaciones en las que los hijos son los emperadores en la familia y los padres los vasallos. El vasallaje es una relaci¨®n de sumisi¨®n, de complacencia y de consentimiento de los padres a los hijos en donde los roles de influencia se han invertido:
- Donde un adulto deber¨ªa poner l¨ªmites pero no lo hace, es el hijo quien controla mediante la exigencia o el capricho. Padre o madre, con tal de no confrontarle, entran en el consentimiento del emperador-hijo.
- Donde hay padres separados, un hijo aprovecha el resquicio de la falta de autoridad de un progenitor para conseguir lo que quiere porque ya lo logra con el otro progenitor.
- Ante un tema de fracaso escolar, depresi¨®n o uso de drogas del hijo, los padres se asustan y consienten al hijo por temor a que la situaci¨®n vaya a peor. Es entonces el tirano que vive en el hijo quien impone sibilinamente la ley dentro del hogar familiar.
- El efecto del hijo emperador se nota tambi¨¦n en la relaci¨®n instrumental que tienen los hijos con los padres, donde los menores consideran a los adultos estrictos proveedores de sus necesidades egoc¨¦ntricas. Es el mecanismo del derecho auto-arrogado que el hijo ejerce ante su padre o madre-siervos. Si no, no es un buen padre o una buena madre. Se trata del chantaje que subyace indefectiblemente a cualquier relaci¨®n de sumisi¨®n.
- Al haberse invertido los roles entonces la relaci¨®n de un hijo hac¨ªa un progenitor complaciente se convierte en relaci¨®n de desprecio y, por supuesto, de puro uso y falta de respeto.
?Qu¨¦ hacer?
Los adultos restablecen la capacidad de influencia aprendiendo a ejercer la autoridad moral:
1. Son firmes, no autoritarios ni sumisos.
2. Los adultos han de saber diferenciar entre necesidad o exigencia del menor. Ante la exigencia es deseable emplazar a que el hijo se haga responsable de lo que pide; y ante la necesidad, proveerla.
3. A veces los hijos creen que los padres son pozos sin fondo que no tienen necesidades y que pueden dar todo a cambio de nada. Ante ello los adultos muestran la parte humana.
4. Poner l¨ªmites. No permitir el mero uso que el hijo pretende hacer con los padres sino llegar a acuerdos a intercambios, poner condiciones en donde los hijos son parte de la toma de decisiones.
5. El acompa?amiento, la presencia f¨ªsica y la dedicaci¨®n son los protagonistas m¨¢s tarde. Comprometerse con el bien com¨²n dentro de casa, el desarrollo de relaciones saludables y de buena convivencia se inicia en los progenitores y los hijos toman el testigo de ello para incorporarlo a sus vidas.
El imperio del hogar se restablece a modo de un viaje apasionante cuando involucra a todos, salpica de vida a la familia y representa a cada uno. Lo notamos cuando la complicidad, la confianza y el buen humor vuelven a casa.
*Antonio Galindo de www.asesoresemocionales.com
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