El pez que logra reconocerse en el espejo
El l¨¢brido azul, un peque?o limpiador, supera un experimento que probar¨ªa su autoconsciencia
Hace ahora cinco a?os, en una pecera de Osaka, un peque?o pez denominado n¨²mero 1 se mir¨® al espejo. No lo mir¨®, se mir¨®. A s¨ª mismo. Vio el reflejo del cuerpo que le devolv¨ªa el cristal pulido y supo que estaba mir¨¢ndose. "Fue tan sorprendente que me ca¨ª de la silla al suelo", reconoce por correo electr¨®nico Masanori Kohda, el cient¨ªfico que estudiaba el comportamiento del pececillo. Porque n¨²mero 1 vio que ten¨ªa una mancha marr¨®n en la barriga, en un punto que solo puede ver gracias al espejo, y pensando que era un par¨¢sito corri¨® al fondo de la pecera a frotarse para quit¨¢rselo.
Este gesto, tan simple para nosotros, es una aut¨¦ntica proeza mental para el 99% de los animales, ya que implica poder pensarse desde fuera, tener autoconocimiento como individuo, saberse distinto de los dem¨¢s. Solo algunos de los considerados m¨¢s inteligentes ¡ªlos grandes simios, los elefantes, los delfines y las urracas¡ª han logrado superar esta prueba del espejo, que es como la denominan los cient¨ªficos. Cuando un animal toca una mancha de su cara o su cuerpo, situada en un sitio que solo podr¨ªa ver en el espejo, se considera que posee autoconsciencia. Los cachorros humanos no suelen lograrlo hasta el segundo a?o y antes, al verse reflejados, simplemente ven a un simp¨¢tico colega.
Darwin ya lo supuso en 1838, cuando le entreg¨® un espejo a Jenny, una orangutana a la que vest¨ªan de mujer en el zoo de Londres. El naturalista ingl¨¦s contaba que los orangutanes quedaron "extraordinariamente asombrados" al verse reflejados; gesticulaban y experimentaban, investigando ese trozo m¨¢gico de cristal. En la d¨¦cada de 1970, el psic¨®logo Gordon Gallup quiso repetir la experiencia con chimpanc¨¦s y la reacci¨®n de los simios pas¨® por tres fases muy definidas. Primero, recelo hacia ese sujeto desconocido del espejo; despu¨¦s, realizaban gestos at¨ªpicos para comprobar que era su reflejo y finalmente pasaban a escrutarse m¨¢s en detalle. Entonces Gallup ide¨® la prueba de la marca. Dorm¨ªan a los chimpanc¨¦s, les pintaban en la ceja sin que lo notaran y, al despertar, los dejaban a solas ante el espejo. Como har¨ªa un humano, llevaban su mano a la mancha para ver qu¨¦ era.
"Fue tan sorprendente que me ca¨ª de la silla al suelo", reconoce el cient¨ªfico que estudiaba al pececillo
Para sorpresa de los investigadores, varios de estos pececillos pasaron por las mismas fases que los chimpanc¨¦s. Tambi¨¦n comenzaron a nadar bocabajo y en posturas extra?as, como en la m¨ªtica escena de los hermanos Marx, supuestamente para verificar que son ese pez que ven reflejado. Algo que los expertos consideran in¨¦dito en estos animales. Y as¨ª result¨® que el l¨¢brido limpiador azul, que es como se llama este pez de 10 cent¨ªmetros y un cerebro de 0,1 gramos, tuvo una reacci¨®n propia de mentes muy desarrolladas. As¨ª hasta superar el reto al intentar limpiarse la marca.
Los investigadores escogieron a estos peque?os pececillos precisamente porque pensaban que podr¨ªan superar la prueba dada su inteligencia social y su especial inter¨¦s en encontrar manchas. "Este es el pez m¨¢s inteligente, capaz de realizar estrategias de enga?o contra otros individuos, y adem¨¢s es el m¨¢s limpio, porque presta atenci¨®n a un punto de color en el cuerpo de otro pez y trata de eliminarlo", explica Kohda. Los limpiadores, como indica su nombre, se dedican a la higiene de animales marinos muchos m¨¢s grandes que ellos, eliminando sus par¨¢sitos. Pero a veces es tentador poder mordisquear sus escamas, piel o mucosidades. Por eso, aunque son capaces de atender a 2.000 clientes al d¨ªa, tienen una memoria prodigiosa que les permite compensar al cliente cabreado con un cuidado especial que les devuelva la confianza.
Entonces, si los limpiadores han pasado la prueba del espejo, ?son autoconscientes? ?Tienen estos pececillos conciencia de la vida de limpiabotas que llevan? "Yo no creo que estos peces sean conscientes de s¨ª mismos. Pasan la prueba, pero no considero que esto sea una evidencia de autoconsciencia o autoconocimiento", asegura Alex Jordan, bi¨®logo evolutivo del Instituto Max Planck y coautor del hallazgo junto a Kohda, de la Universidad de Osaka. Ellos creen que el test no es la prueba del algod¨®n de la conciencia del "yo" animal que se ha pensado durante d¨¦cadas. Y las altas capacidades de los limpiadores son un buen argumento: est¨¢n programados evolutivamente para reconocer sujetos y manchas. En los grandes simios, pasar la prueba del espejo demuestra los poderes cognitivos que atesoran; en otros animales, puede ser solo una demostraci¨®n de que est¨¢n especialmente preparados para un reto as¨ª.
Solo algunos de los animales m¨¢s inteligentes ¡ªlos grandes simios, los elefantes, los delfines y las urracas¡ª han logrado superar esta prueba del espejo
No obstante, sus dotes sociales son un punto en favor del autoconocimiento: los animales m¨¢s sociales, m¨¢s necesitados o habituados a reconocer a otros individuos de su especie son los que m¨¢s preparados est¨¢n para distinguirse a s¨ª mismos. Por ejemplo, los chimpanc¨¦s criados en aislamiento son incapaces de pasar la prueba del espejo: se necesita al otro para pensar en el yo. "Una hip¨®tesis usada para los beb¨¦s, que podr¨ªa explorarse beneficiosamente en los peces limpiadores, es que algunos aspectos de la cooperaci¨®n social fomentan la autoconsciencia", asegura Kim Bard, expresidenta de la Sociedad Primatol¨®gica de Reino Unido, que ha estudiado las diferencias entre ni?os y chimpanc¨¦s al pasar la prueba y que considera este estudio "bastante convincente".
Sin embargo, los pioneros del test del espejo, como el propio Gallup, ponen en duda los resultados de Jordan y Kohda: aseguran que su estudio no demuestra que los limpiadores la hayan pasado. Estas reticencias les obligaron a aumentar los controles de su estudio durante tres a?os, hasta poder publicarlo esta semana en una revista cient¨ªfica (PLOS Biology). Kohda afirma que 11 peces han pasado la prueba desde que lo lograra n¨²mero 1. "Aunque mostraron comportamientos interesantes hacia el espejo, no son indicativos de autorreconocimiento. No me parecen pruebas rotundas de comportamiento autodirigido", asegura la especialista Diana Reiss, consultada por EL PA?S. Ella es responsable de que tanto elefantes como delfines hayan pasado ese test, pero admite que no puede ser piedra de toque para todo el reino animal: "No es la prueba de fuego y solo se debe realizar despu¨¦s de que un individuo demuestre evidencia de comportamiento autodirigido hacia el espejo".
Pero es que inicialmente se pens¨® que los elefantes no eran capaces. Los investigadores colocaban frente a sus jaulas espejos de tama?o humano en los que posiblemente solo ve¨ªan patas entre barrotes. Cuando el zoo del Bronx permiti¨® a Reiss colocar un espejo de 2,5 metros en un recinto abierto, la elefanta Happy demostr¨® de lo que era capaz: se interes¨® mucho por su reflejo (de cuerpo entero) y el d¨ªa en que le dibujaron una cruz blanca en la cara, no dej¨® de toc¨¢rsela. En cambio, seguramente el espejo no sea el mejor examen para animales menos visuales, como los perros. Se ha propuesto que estos son perfectamente capaces de pasar una prueba de autoconocimiento basada en el olfato, que es lo suyo. Tampoco ser¨¢ definitivo para animales que no le dan ninguna importancia a una mancha, por ejemplo, por lo que la prueba deber¨ªa adaptarse a su forma de percibir al mundo y a s¨ª mismos.
Los monos tienen la clave: no pasan la prueba de forma natural, pero se ha observado que sienten mucha menor ansiedad ante la presencia de su reflejo que ante la de un cong¨¦nere desconocido. Como si estuvieran en un paso intermedio de reconocimiento. En los ¨²ltimos a?os, investigadores chinos fueron m¨¢s all¨¢ y gracias a un l¨¢ser?(2015) y muchas horas de trabajo (2017), lograron que los macacos pasaran la prueba del espejo. Les ense?aron a ver la marca en su cara y ahora se reconocen en el espejo sin problemas, sin necesidad de ayuda. Si ponen uno en su habit¨¢culo, aprovechan espont¨¢neamente para mirarse los genitales o los dientes, como hacen los chimpanc¨¦s, aunque meses antes eran incapaces de reconocer su reflejo. ?Quiere esto decir que esos macacos no eran conscientes de s¨ª mismos y ahora ya s¨ª? ?Los cient¨ªficos chinos han iluminado a estos escogidos y el resto de sus cong¨¦neres viven en un estado mental inferior??
Darwin ya contaba que los orangutanes quedaron "extraordinariamente asombrados" al verse reflejados en el espejo
El reconocido et¨®logo Frans de Waal cree que la capacidad de autoconocimiento es algo gradual y no da saltos que impliquen que algunos animales lo tienen todo y otros nada. "Hay muchos aspectos del comportamiento cotidiano que requieren que los individuos se conozcan a s¨ª mismos", explica Bard, "como su propio peso en relaci¨®n con el peso que sujetar¨¢n las ramas al saltar sobre ellas o sus propias habilidades de lucha en relaci¨®n con las de competidores potenciales". Por eso, De Waal cree que ha dado con la met¨¢fora perfecta: "?Y si la autoconsciencia se desarrolla como una cebolla, construyendo capa sobre capa, en lugar de aparecer de una vez?".
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