Las horas m¨¢s bajas de Brigitte Macron
Desde la crisis de los chalecos amarillos, la imagen de la primera dama de Francia tambi¨¦n ha ca¨ªdo
Hasta hace no tanto, por im¨¢genes como las compartidas durante la visita oficial del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, y su esposa a Egipto a finales de enero, Brigitte Macron habr¨ªa recibido buenas cr¨ªticas sobre su glamuroso pero a la vez informal estilo de vestir. Pero eso era antes de los chalecos amarillos y la profunda crisis de credibilidad en la que este movimiento social de protesta sumi¨® al Gobierno de su marido. Desde entonces, muchos de los c¨®digos han cambiado. Tambi¨¦n para la primera dama francesa, ¨²ltimamente bastante alejada de los focos. Y no por casualidad.
La noticia recogida por el brit¨¢nico Daily Mail de que Brigitte Macron hab¨ªa portado para su visita al templo egipcio de Abu Simbel unas zapatillas negras y doradas de Louis Vuitton valoradas en m¨¢s de 700 euros no tard¨® en resonar en las redes sociales, que se han convertido en el principal altavoz de los chalecos amarillos.
¡°750 euros, ese es el salario de una cajera o de una jubilada que est¨¢n en las rotondas con los chalecos amarillos. Pero para la se?ora Macron, nada es demasiado bueno (¡) No es realmente el precio, es el s¨ªmbolo (¡) Es un error m¨¢s, un error de m¨¢s¡±, reaccionaron en Twitter. No fue una cr¨ªtica omnipresente, pero en el clima hipersensibilizado reinante en Francia, la reacci¨®n del El¨ªseo no se hizo esperar. ¡°Son zapatos prestados¡±, precis¨® a la emisora France Info el entorno de la primera dama. ¡°La ropa no le pertenece a Brigitte Macron. Es el sistema que hemos establecido para que no le cueste nada al Estado y para poner en valor a los creadores franceses¡±.
Una estrategia que confirma el reci¨¦n aparecido libro sobre la primera dama, Madame la Pr¨¦sidente (La se?ora presidenta). Brigitte Macron dispone de un ¡°armario de protocolo¡± donde ¡°circulan las creaciones de un pu?ado de casas de alta costura orgullosas de vestir a la primera dama (¡) Nada es regalado, nada es pagado por el contribuyente¡±, se?alan las autoras, las periodistas Ava Djamshidi y Nathalie Schuck. Una estrategia que, aunque hasta dentro del El¨ªseo suscita dudas, como apunta el libro, de puertas afuera parec¨ªa funcionar¡ hasta ahora. De hecho, las apariciones de Brigitte Macron con ropa de alta costura francesa ¡ªespecialmente de Louis Vuitton, su preferida¡ª han sido constantes desde que su marido asumi¨® la jefatura de Estado.
Las cr¨ªticas a una figura habitualmente popular son un s¨ªntoma m¨¢s del baj¨®n por el que ha pasado desde final de a?o el presidente franc¨¦s, que solo en las ¨²ltimas semanas, desde que se implic¨® personalmente en el ¡°gran debate nacional¡± con el que busca apaciguar la c¨®lera ¡°amarilla¡±, ha empezado a remontar en las encuestas. Tambi¨¦n la popularidad de la primera dama ha sufrido en este tiempo. Seg¨²n una encuesta de la empresa Harris para la revista Closer, el n¨²mero de franceses que dicen tener una buena opini¨®n de Brigitte Macron sigue siendo alto (51%), pero sensiblemente por debajo que en octubre (56%), antes de los chalecos amarillos. La cifra est¨¢ por debajo de las cotas de aprobaci¨®n de todas las primeras damas desde Danielle Mitterrand, salvo la de la excompa?era del socialista Fran?ois Hollande, la periodista Val¨¦rie Trierweiler.
Vivir con las cr¨ªticas es algo a lo que Brigitte Macron se habitu¨® desde el principio. Al fin y al cabo, la de los Macron es una pareja que, con su inusual diferencia de edad ¡ªella es dos d¨¦cadas mayor¡ª y su tambi¨¦n poco habitual origen (ella era la profesora de teatro de un Macron adolescente), ha tenido que soportar los cuchicheos y las bromas crueles desde hace a?os. Aun as¨ª, la gran exposici¨®n p¨²blica que ha supuesto convertirse en primera dama la ha hecho m¨¢s vulnerable. ¡°Sus 24 a?os de diferencia con su esposo siguen siendo su tal¨®n de Aquiles. Ella prefiere re¨ªrse de ello, para exorcizarlo¡±, relata Madame la Pr¨¦sidente.
El libro, que sali¨® a la venta esta semana, no destapa esc¨¢ndalos. Es, m¨¢s bien, un relato ¨ªntimo a base de entrevistas con ministros, amigos y gente del entorno de los Macron desde tiempos de la campa?a sobre el influyente papel ¡ªeso no es ning¨²n secreto¡ª que Brigitte ha ejercido desde siempre en su marido, que le consultaba sus pasos desde antes de entrar en el El¨ªseo y lo sigue haciendo. De ah¨ª el t¨ªtulo del libro, Se?ora presidenta. Pero cuenta asimismo el desgaste que supone una exposici¨®n p¨²blica continuada y, tambi¨¦n, las batallas de poder que vive en el seno de un El¨ªseo donde los asesores m¨¢s cercanos a su marido, los ¡°mormones¡±, como se autodenominan, la consideran m¨¢s una rival que una aliada. ?Superar¨¢ el bache? Las autoras del libro no lo dudan. Al fin y al cabo, se?alan, Brigitte Macron sigue recibiendo cada d¨ªa una media de 200 cartas de franceses. ¡°M¨¢s que sus predecesoras, casi tantas como un peque?o ministerio¡±
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