El fin de la crispaci¨®n como hip¨®tesis
La pol¨ªtica de la ira y el insulto permanente ha perdido su fuerza performativa
En La pol¨ªtica y el idioma ingl¨¦s Orwell afirma: ¡°Nuestra civilizaci¨®n est¨¢ en decadencia y nuestro lenguaje debe compartir de forma inevitable el declive general¡±. Cualquiera que escuche el fondo y la forma de los discursos que han colmado el debate pol¨ªtico en Espa?a los ¨²ltimos d¨ªas llegar¨¢ a la conclusi¨®n de que Orwell, una vez m¨¢s, captaba como nadie el significado pol¨ªtico del lenguaje.
Sin embargo, quiz¨¢ las ¨¦lites pol¨ªticas est¨¦n jugando en un escenario que empieza a ser superado.Quiz¨¢ la sociedad espa?ola ya haya pasado pantalla y est¨¦ iniciando una nueva fase. La pol¨ªtica de la ira, la crispaci¨®n y el insulto permanente, a fuerza de instalarse en el debate p¨²blico, ha perdido, si es que alguna vez la tuvo, su fuerza performativa. No s¨®lo eso, tambi¨¦n ha evidenciado que es incapaz de dar soluciones a los problemas reales. ?Qu¨¦ propuesta tienen los partidos que se manifestaron el pasado domingo en Col¨®n para solucionar el complej¨ªsimo conflicto en y con Catalu?a? ?Cu¨¢l es la apuesta de los independentistas para hacer posible la salida dialogada? ?Qu¨¦ proponen desde la extrema derecha para acabar con la desigualdad de la que tanto se sirven, para proteger a una ciudadan¨ªa que se siente desamparada o para acabar con la violencia machista? Lo peor de los discursos llenos de ira que estamos escuchando es que, adem¨¢s de incendiar el espacio p¨²blico, no ofrecen ninguna soluci¨®n. Y la pol¨ªtica ha de ser, por encima de todo, pr¨¢ctica.
As¨ª las cosas, convendr¨ªa barajar la hip¨®tesis de que tal vez ese tipo de discursos vayan dejando de ser rentables en las urnas. Diferentes sondeos nos dicen que en Catalu?a, desde las dos posiciones en conflicto, empiezan a obtener mayores apoyos aquellos partidos que m¨¢s disposici¨®n muestran al acuerdo. Por otro lado, la respuesta, para nada brillante ni multitudinaria, que tuvo la convocatoria de PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox a la llamada a echar al Gobierno, puede que nos est¨¦ se?alando el mismo camino.
El asunto tiene especial importancia en un momento en el que el d¨ªa siguiente de las elecciones generales ser¨¢ el primero de la campa?a para elegir ayuntamientos, buena parte de Parlamentos auton¨®micos y nada menos que nuestros representantes en el Parlamento Europeo. Si aquella hip¨®tesis fuera cierta, significar¨ªa que saldr¨ªan beneficiados los partidos que, adem¨¢s de tener respuestas reales y concretas a los problemas de los espa?oles, fueran capaces de hacerlas realidad. Esto, en un escenario multipartidista como el que viene, pasa por ser capaz de llegar a acuerdos.
La ciudadan¨ªa tendr¨¢ la palabra en cada una de las citas electorales, y ojal¨¢ se manifieste en ese sentido. Para ello, deber¨ªamos estar preparados para leer los signos que nos lleguen en esta clave, y los partidos deber¨ªan tomarlo en consideraci¨®n a la hora de preparar su estrategia electoral. Contemplemos, al menos como hip¨®tesis, que la crispaci¨®n y el lenguaje incendiario pueden haber dejado de ser rentables.
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