Problem¨¢tica de usar y tirar
Probablemente cuando todo esto empez¨®, ni el mejor ecologista ni la m¨¢s fructuosa petrolera se hubiesen imaginado las dimensiones que el uso del pl¨¢stico pod¨ªa tomar
Comodidad es la palabra que quiz¨¢s m¨¢s se ajuste al estilo de vida de un espa?ol medio. En nuestro d¨ªa a d¨ªa, el planeta entero se inmerge en un consumismo ciego y acelerado que se nos presenta f¨¢cil. Y es con esa facilidad con la que tiramos a la basura el botell¨ªn de agua vac¨ªo que, como todas las ma?anas, hemos comprado en el bar de abajo; o con la que hemos pedido otra bolsa m¨¢s en el supermercado "por si acaso" se nos rompe la que contiene la compra. El gran protagonista en esta rutina es, sin lugar a dudas, el pl¨¢stico.
Probablemente cuando todo esto empez¨®, ni el mejor ecologista ni la m¨¢s fructuosa petrolera se hubiesen imaginado ¡ªpuede que en la actualidad tampoco lo hayan hecho¡ª las dimensiones que el uso del pl¨¢stico pod¨ªa tomar. En un principio se nos present¨® como un material multiusos, para todo el mundo y que podr¨ªa ser la materia sustitutiva de pr¨¢cticamente todos los objetos que nos rodean: desde un simple vaso hasta una lente de contacto. Incorporarlo a nuestra vida con optimismo no fue tarea dif¨ªcil. Su empleo se fue incrementando poco a poco hasta convertirlo en un elemento esencial en nuestra cultura "primermundista". Es raro encontrarse algo que de no ser de pl¨¢stico, no lo contenga, porque hasta lo m¨¢s impensable puede llevar un componente de este dichoso material.
Pero el problema no es el pl¨¢stico en s¨ª, sino el derroche. Es obvio que el comprar un botell¨ªn de agua por las ma?ana es evitable si se rellena un termo en casa, o el pagar por una bolsa de pl¨¢stico en el supermercado si se lleva una reutilizable. Cuando al principio hablaba de un consumismo ciego, me refer¨ªa a la inconsciencia de vivir sin pensar en que existe un fin para este recurso y que su excesivo consumo puede acarrearnos consecuencias muy negativas. Se est¨¢n poniendo en marcha muchas campa?as y asociaciones que proponen alternativas de vida sin pl¨¢stico, o reduci¨¦ndolo lo m¨¢s posible. Por suerte, cada vez es m¨¢s com¨²n ver a gente utilizar bolsas de tela en vez de pl¨¢stico o volver a m¨¦todos tradicionales que, aunque supongan un cierto retroceso, seguro que ser¨¢n un avance.
Espero que la necesaria toma de conciencia general no est¨¦ tan lejos como parece. Porque si hay algo que no es de usar y tirar es la continuidad de la vida en nuestro planeta.
Esta tribuna es una colaboraci¨®n de un lector en el marco de la campa?a ?Y t¨² qu¨¦ piensas?. EL PA?S anima a sus lectores a participar en el debate. Algunas tribunas ser¨¢n seleccionadas por el Defensor del Lector para su publicaci¨®n.
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