El plebiscito

Pedro S¨¢nchez ha decidido finalmente optar por la Blitzkrieg, la guerra rel¨¢mpago, para tratar de darle la vuelta al tablero parlamentario. Si no era posible sostener la legislatura hasta 2020, el escenario razonable de manual siempre fue el mismo: cuanto antes mejor. Confiado en su audacia, S¨¢nchez apuesta su en¨¦simo todo o nada con el riesgo de una hip¨®tesis inveros¨ªmil pero no imposible: que la derecha consiga la mayor¨ªa gracias a su divisi¨®n. No obstante, los sondeos m¨¢s fiables apuntan a d¨ªa de hoy, como resultado m¨¢s probable, una reedici¨®n del escenario de bloqueo en el que vive el Parlamento espa?ol desde que la irrupci¨®n de los nuevos partidos y el proceso soberanista de Catalu?a emponzo?aran los equilibrios tradicionales sobre los que se ha sostenido la democracia espa?ola de los ¨²ltimos 40 a?os. Contra esos dos escenarios ha lanzado S¨¢nchez su campa?a rel¨¢mpago, porque en cualquiera de ellos su continuidad como presidente podr¨ªa resultar inviable.

Esa recomposici¨®n del mapa pol¨ªtico requerir¨¢ una triple pirueta. Primero, que el PSOE recupere 10 esca?os de Ciudadanos. Un mero trasvase de diputados desde Podemos ser¨¢ una ganancia p¨ªrrica, porque juntos seguir¨¢n sumando menos esca?os de los que siempre tuvo la izquierda cuando el PSOE ganaba y gobernaba. De hecho, uno de los principales r¨¦ditos de la moci¨®n de censura ha sido reanimar el votante socialista de centro, de donde el PSOE desapareci¨® hace una d¨¦cada. Menudo sarcasmo: en tiempos de extrema polarizaci¨®n, esa disputa por el votante moderado entre S¨¢nchez y Rivera determinar¨¢ hacia d¨®nde se trasladar¨¢ el centro de gravedad de la nueva mayor¨ªa pol¨ªtica. Quiz¨¢ su desenlace se lleve a uno de los dos por delante.

Segundo, que la irrupci¨®n de Vox solo reste votante del espacio conservador. Si la izquierda no se desmoviliza ni muta su voto en favor de Rivera o Abascal, algo que las encuestas, de momento, no han detectado, el auge de la derecha radical debilitar¨¢ al PP all¨ª donde este a¨²n mantiene su base m¨¢s idiosincr¨¢tica: votantes de clase media sin problemas econ¨®micos en circunscripciones medianas. En esas coordenadas, la divisi¨®n de la derecha restar¨¢, no sumar¨¢. Con un matiz regional: el PP podr¨ªa resistir mejor en aquellas regiones donde gobierna y mantiene una s¨®lida implantaci¨®n organizativa y social. Se trata de esos lugares donde no cala el discurso m¨¢s exaltado de Casado.

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Por ¨²ltimo, que los sectores pragm¨¢ticos del independentismo catal¨¢n, hoy representados curiosamente por ERC, reduzcan el per¨ªmetro de influencia de Puigdemont, especialmente si los diputados exconvergentes con mayor experiencia y capacidades contrastadas fueran purgados de las listas del PDeCAT. En ese sentido, el impacto del juicio en el Tribunal Supremo no ser¨¢ menor: a diferencia de las auton¨®micas de 2017, esta vez Junqueras s¨ª podr¨¢ intervenir con su propia voz, que quiz¨¢ resuene m¨¢s cercana y cre¨ªble que la del inquilino de Waterloo.

Son tres inc¨®gnitas que solo podr¨¢n resolverse con una ¨²nica clave, distintiva de los nuevos tiempos que corren para la democracia: convertir la contienda electoral en un plebiscito sobre Pedro S¨¢nchez. Otro m¨¢s.

Juan Rodr¨ªguez Teruel, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para EL PA?S