?Moderador, el robot no me deja hablar!
Debater, con forma de columna negra y voz met¨¢lica, ha sido capaz de poner en apuros al campe¨®n mundial de oratoria
El d¨ªa de San Valent¨ªn informaba este peri¨®dico de la llegada del primer ¡°robot tertuliano¡±. Se trata de un aparato llamado Debater con forma de columna negra y voz met¨¢lica que, reza el texto, ¡°razona, entiende argumentos e incluso bromea¡±. Al parecer, el artilugio ya ha sido capaz de poner en apuros al campe¨®n mundial de oratoria. Y es de suponer ¡ªesto lo a?ade servidor¡ª que, si sigue los pasos de otras m¨¢quinas en ajedrez o el juego chino Go, no tardar¨¢ en imponerse al humano.
Como al final todo es mercadeo en el mundo que vivimos, en alg¨²n momento Debater se comercializar¨¢. Claro que habr¨¢ que hacer peque?as adaptaciones seg¨²n el mercado local. Para Reino Unido le a?adir¨¢n una elegante risa ir¨®nica y un pel¨ªn despectiva. En cambio, en Italia el aparato llevar¨¢ acopladas un par de manos capaces tanto de acompa?ar el discurso como de indicar todo lo contrario. La versi¨®n espa?ola tendr¨¢ el volumen considerablemente m¨¢s alto que todas las dem¨¢s, no dejar¨¢ terminar las frases a los otros tertulianos y llevar¨¢ dos funciones extra; una ¡°y t¨² m¨¢s¡± y otra ¡°como esto siga as¨ª, me levanto y me voy¡±. Eso s¨ª, a Debater conviene cambiarle el nombre para Espa?a, como al autom¨®vil que en los ochenta en toda Europa era Pajero y aqu¨ª se qued¨® en Montero.
Al principio puede que solo haya un Debater por charla, pero no es descartable que termine habiendo tertulias solo entre m¨¢quinas. Todas escuchando a otras, tomando la palabra sin pisotearse, utilizando argumentos y construyendo una conversaci¨®n fascinante. En Espa?a eso lo conseguimos hace a?os con humanos gracias a Jos¨¦ Lu¨ªs Balb¨ªn y su programa La clave. Una tertulia para la que hab¨ªa que ver una pel¨ªcula antes. Un disparate de idea que dir¨ªan ahora los gur¨²s comunicativos, pero que fue un exitazo que ense?¨® fondos y modos. Ahora ser¨ªa imposible. A los ib¨¦ricos ¡ªlas personas, no el embutido¡ª no nos falta talento, pero nos sobra desprecio cainita.
Y mientras miramos con curiosidad un nuevo avance de la inteligencia artificial en territorio humano seguimos posponiendo una conversaci¨®n verdaderamente importante: ?C¨®mo vamos a vivir ¡ªy de qu¨¦ vamos a vivir¡ª en este mundo tecnificado al que nos dirigimos? Urge que se piense y se debata sobre esto, porque si no tomamos la palabra el que terminar¨¢ hablando ser¨¢ Debater. Y no es plan.
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