Escalada peligrosa
Renunciar a los tratados de control de armas crea una situaci¨®n muy vol¨¢til
Durante la Guerra Fr¨ªa, EE?UU y la URSS pusieron en marcha varios tratados para controlar la proliferaci¨®n armament¨ªstica, con el objetivo de frenar una carrera absurda, que pod¨ªa acabar con la vida en la tierra incluso por un error. Todo ese orden est¨¢ a punto de saltar por los aires colocando al planeta en la situaci¨®n m¨¢s peligrosa en medio siglo. Washington y Mosc¨² se preparan para abandonar este verano el tratado de armas nucleares de corto y medio alcance, el INF, el v¨¦rtice del control de la proliferaci¨®n. Pero adem¨¢s existen otras siete potencias nucleares. Todas est¨¢n modernizando sus arsenales, incluso Corea del Norte, la m¨¢s vol¨¢til y peligrosa.
El tratado INF busca prohibir los misiles de alcance medio, con un radio de 500 a 5.500 kil¨®metros, que son los que permiten golpear en el territorio enemigo de forma r¨¢pida y precisa y los m¨¢s dif¨ªciles de detectar. Fueron ese tipo de armas las que desataron uno de los momentos cr¨ªticos de la Guerra Fr¨ªa, la Crisis de los Euromisiles, cuando las dos potencias desplegaron esos cohetes en Europa. El abandono del INF pondr¨ªa al mundo en una situaci¨®n similar, con el mismo teatro de operaciones. Adem¨¢s, representar¨ªa tambi¨¦n un grave riesgo para el tratado Start, que limita las armas nucleares de largo alcance, renovado en 2010 hasta 2021.
La cuesti¨®n no est¨¢ tanto en qui¨¦n tiene la culpa ¡ªla situaci¨®n comenz¨® a ser muy preocupante cuando Rusia rompi¨® el acuerdo INF al desplegar sus misiles de crucero 9m729, con Obama al frente de la presidencia de EE?UU¡ª, sino c¨®mo se puede frenar esta proliferaci¨®n, activando todos los mecanismos multilaterales posibles para reconducir la situaci¨®n de forma sensata.
El Bolet¨ªn de Cient¨ªficos At¨®micos, autoridad mundial en asuntos de proliferaci¨®n, eval¨²a el riesgo global a trav¨¦s de lo que llama el Reloj del Fin del Mundo. Anunci¨® en enero que est¨¢ en su peor momento desde 1953, cuando el planeta viv¨ªa obsesionado con el invierno nuclear. No es tarde para devolver el genio at¨®mico a la botella, pero el reloj sigue avanzando.
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