Retos mayores, l¨ªderes menores
?No ser¨¢ que este es el momento m¨¢s delicado de la historia reciente de Espa?a porque tenemos los pol¨ªticos m¨¢s mediocres?
En v¨ªspera del naufragio presupuestario que abocaba a elecciones, aceleradas de aqu¨ª a diez semanas para que no se le descomponga el relato al Gobierno ¡ªvictimizado por la pinza nacionalpopulista de la derecha montaraz y el independentismo cerril¡ª tal como S¨¢nchez ya ha formulado en el minimitin de La Moncloa, una voz de cierta autoridad se lamentaba:
¡ª¡°L¨¢stima, en el momento m¨¢s delicado de la historia reciente de Espa?a, tenemos los l¨ªderes m¨¢s mediocres¡¡±.
Claro que eso suscita otra pregunta: ?Y no ser¨¢ que este es el momento m¨¢s delicado de la historia reciente de Espa?a porque tenemos los l¨ªderes m¨¢s mediocres? No por casualidad, sino por causalidad.
Ya se sabe lo est¨¦ril que es debatir si fue antes la gallina y el huevo, aunque se haga desde Arist¨®teles o Plutarco. No hay que enredarse en debates bizantinos sobre el sexo de los ¨¢ngeles, que en realidad es una met¨¢fora hist¨®rica del escaso sentido de la realidad en Bizancio mientras los turcos asaltaban la orgullosa capital del viejo Imperio romano de Oriente aquel d¨ªa de mayo de 1453. M¨¢s o menos como la orquesta del Titanic. Claro est¨¢ que este es un momento delicado, con la tensi¨®n de fuerzas nacionalpopulistas en la din¨¢mica de bloques, el proc¨¦s en el Tribunal Supremo, la sombra de una recesi¨®n en ciernes... Se han acumulado casi todos los errores desde el cesaraznarismo y el cord¨®n sanitario del Tinell. La baja pol¨ªtica, claro, suelen hacerlas pol¨ªticos de baja talla.
La precampa?a arranca en un clima desalentador, con poca confianza en quienes han de pilotar la salida. S¨¢nchez, que quiso construir una legislatura con el valor del di¨¢logo a partir del ¨¦xito de su no es no; Casado, persuadido todav¨ªa de que basta decir ¡°centroderecha¡± mientras se mimetiza con Vox no solo en el matonismo verbal; Rivera que ha acabado renunciando a ser Macron para unir su suerte a la extrema derecha bajo la l¨®gica de bloques tras vetar a S¨¢nchez pero admitir a Abascal en la foto; Iglesias, que ha dilapidado el patrimonio de la ilusi¨®n transversal de la izquierda imponiendo un verticalismo bolchevique; Abascal, el agitador del nacionalpopulismo espa?ol; y por supuesto Torra, l¨¦ase Puigdemont, en sus delirios. No son los mejores mimbres para inspirar confianza. Hay demasiado Schettino a los mandos.
Tampoco se trata de caer en el pesimismo noventayochista de una Espa?a irreparable. Este es un momento delicado aqu¨ª y en todas partes. El auge del nacionalpopulismo es generalizado, y de la extrema derecha, incluso en Alemania con AfD; surgen liderazgos, de Trump a Salvini, de una fractura moral inquietante; las campa?as adulteradas restan cr¨¦dito a la verdad; estallan respuestas confusas a la desigualdad como los chalecos amarillos, ese ¡°mar de fondo¡± que no se vio venir, como dice Rosanvallon, o no se quiso ver¡ y sin ideas ni dirigentes, como advierte Orsina, autor de La democrazia del narcisismo. Breve storia dell'antipolitica, capaces de inspirar confianza en el futuro. En Espa?a acaba una legislatura desmoralizadora, y se regresa a las urnas con pocos incentivos.
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