As¨ª afecta el entorno econ¨®mico a la crianza de los hijos
?Influyen las desigualdades en que los padres eduquen a sus ni?os de una manera permisiva o autoritaria?
Siempre ha habido padres m¨¢s permisivos que otros. Pero ?se ha parado alguna vez a pensar por qu¨¦ un padre sueco, por ejemplo, puede ser menos estricto que uno latinoamericano? ?Se le ha ocurrido que la forma de criar a los hijos puede venir marcada por el entorno econ¨®mico? Esto es lo que sostienen los economistas Mathias Doepke y Fabrizio Zilibotti en una reciente publicaci¨®n en la que aseguran que las desigualdades y el entorno econ¨®mico son determinantes y fundamentales a la hora de criar a los hijos.
Para estos autores, en los entornos con escasas desigualdades, donde todo el mundo tiene un nivel de vida semejante y las probabilidades de que alguien termine mendigando en las calles o siendo multimillonario son bajas, los padres se relajan m¨¢s y son m¨¢s permisivos. Por el contrario, en entornos m¨¢s desiguales, los padres muestran una mayor preocupaci¨®n por preparar a sus hijos para que, cuando lleguen a la vida adulta, ocupen un lugar m¨¢s favorable en la distribuci¨®n de ingresos. Estos ¨²ltimos (particularmente los que tienen niveles educativos m¨¢s altos) tienden a llevar a sus hijos a todo tipo de actividades formativas para que aumenten sus oportunidades de ¨¦xito en el mercado laboral. Tienen, asimismo, una mayor propensi¨®n a ejercer una crianza m¨¢s estricta y controladora, especialmente en aquellos entornos m¨¢s desiguales, como es el caso de Am¨¦rica Latina, China o Estados Unidos.
En l¨ªneas generales, existen tres estilos de crianza. El estilo relajado o permisivo, en primer lugar, es el que ejercen aquellos que dejan a sus hijos elegir libremente sus actividades seg¨²n sus inclinaciones naturales. En segundo lugar, el estilo autoritario leve es el que emplean los padres que tratan de moldear las preferencias de sus hijos con el objetivo de inducir decisiones que consideran propicias para el ¨¦xito futuro. Finalmente, los padres altamente autoritarios restringen directamente las opciones de sus hijos y les imponen sus preferencias.
Si bien los tres estilos han convivido tradicionalmente en todas las sociedades, el enfoque autoritario ha sido especialmente sensible a los cambios econ¨®micos. Estados Unidos, por ejemplo, mostr¨® un estilo de crianza m¨¢s relajado y permisivo en la ¨¦poca de la segunda postguerra mundial, que fue precisamente la de menor desigualdad econ¨®mica. Sin embargo, las brechas entre ricos y pobres se han hecho m¨¢s profundas en los ¨²ltimos a?os en buena parte del mundo, y los estilos de crianza vuelven a ser m¨¢s autoritarios. Las horas que los progenitores franceses, brit¨¢nicos o norteamericanos dedican al cuidado de sus hijos no han parado de crecer desde 1980 y, aunque esa mayor implicaci¨®n en la atenci¨®n es un hecho positivo, los datos muestran que los estilos de crianza se han vuelto m¨¢s intrusivos.
La desigualdad contin¨²a siendo uno de los mayores desaf¨ªos en Am¨¦rica Latina y el Caribe y contribuye a que la pobreza se perpet¨²e y se transmita entre generaciones. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha mostrado que en estas sociedades desiguales se dan, asimismo, grandes brechas en el desarrollo infantil. En esta regi¨®n donde la desigualdad es alta, las probabilidades de ser extremadamente rico o extremadamente pobre son mayores que en econom¨ªas m¨¢s igualitarias en donde hay m¨¢s personas de ingresos similares o una clase media m¨¢s amplia. No es casualidad, pues, que en Am¨¦rica Latina y el Caribe sean precisamente los padres m¨¢s pobres, vulnerables o marginados econ¨®micamente los que muestran actitudes m¨¢s hostiles e intrusivas con sus hijos.
Varias iniciativas buscan en esta parte del mundo fomentar acciones clave para que la crianza contribuya a disminuir las desigualdades. Es el caso de programas como Cresca com Seu Filho, en Brasil, o Cuna M¨¢s, en Per¨², que promueven en la primera infancia la estimulaci¨®n cognitiva que implica conversar o leer, e interacciones c¨¢lidas, afectuosas y de calidad entre padres e hijos.
La familia es el factor que m¨¢s incide en el bienestar de los ni?os. Son los padres los que deciden c¨®mo alimentar a sus hijos o cu¨¢ndo llevarlos al m¨¦dico, pero, adem¨¢s, son los que determinan cu¨¢nta estimulaci¨®n reciben. Hablar y jugar con los peque?os, leerles o contarles historias tiene efectos profundos y duraderos en el desarrollo infantil. Los ni?os pasan la mayor parte de su tiempo, especialmente durante sus primeros a?os, que son los m¨¢s cruciales, en un entorno familiar que puede ser positivo y c¨¢lido o severo y fr¨ªo, algo que puede depender no tanto del car¨¢cter de los miembros de la unidad familiar como de sus caracter¨ªsticas econ¨®micas. Porque la desigualdad no es solo un problema en s¨ª mismo, sino un determinante de muchos otros.
*Florencia L¨®pez-Boo es economista l¨ªder en la Divisi¨®n de Protecci¨®n Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.