Segundos

Esas dos fotos contrapuestas le dieron la vuelta al mundo. Han servido para confeccionar memes de todos los temas y estilos, desde partidos de f¨²tbol hasta discursos pol¨ªticos. Seguro que se acuerdan. D¨ªa 10 de octubre de 2017, paseo de Llu¨ªs Companys, Barcelona. En la foto de la izquierda, una mujer de mediana edad, con camisa blanca, brazos en alto y la boca abierta en un grito de euforia, celebra el instante en que el president Puigdemont declara unilateralmente la independencia de Catalu?a. En la foto de la derecha aparece la misma mujer ocho segundos m¨¢s tarde. Su rostro muestra ahora un gesto propio de las m¨¢scaras tr¨¢gicas del teatro griego y tiene los brazos doblados, las manos abiertas como si estuviera a punto de taparse la cara para borrarse a s¨ª misma de la primera foto. No s¨¦ qui¨¦n es, no la conozco, pero estoy segura de que para ella, para todas las personas que a su alrededor exhiben la misma alegr¨ªa, la misma desolaci¨®n, esos ocho segundos existieron de verdad y hasta fueron, tal vez, los m¨¢s importantes de sus vidas. Sin embargo, los l¨ªderes de aquel proceso los han ido desmintiendo, uno tras otro, en el juicio que se sigue contra ellos en el Tribunal Supremo. Tratan de convencer a los jueces de que la independencia nunca se proclam¨®, de que la rep¨²blica catalana jam¨¢s lleg¨® a existir, de que en realidad no llegaron a desobedecer ninguna de las advertencias de los letrados del Parlament, del Gobierno central, del Tribunal Constitucional, porque aquel d¨ªa no iban en serio. La DUI fue un acto pol¨ªtico, han declarado, un simulacro, una declaraci¨®n de intenciones. Yo pienso en esa mujer, que se hizo famosa seguramente a su pesar, y me pregunto c¨®mo se sentir¨¢ ahora, al saber que todo lo que crey¨® vivir era mentira.