Ib¨¢?ez, intelectual
No merece ese calificativo quien desvela verdades ocultas, sino quien tiene el valor de nombrar lo que est¨¢ a la vista de todos y nadie se atreve a nombrar
ME REFIERO por supuesto al gran Ib¨¢?ez, a Francisco Ib¨¢?ez, al padre de Mortadelo y Filem¨®n, 13 Rue del Percebe y tantos otros tebeos con que nos criamos varias generaciones de espa?oles. A estas alturas ya todos somos sin duda conscientes de cu¨¢nto le debemos; los escritores, sin ir m¨¢s lejos: todos hablamos de lo mucho que nos han influido Shakespeare y Cervantes (lo que en el fondo es cierto, incluso aunque no los hayamos le¨ªdo), pero quiz¨¢ quien nos ha influido de verdad es Ib¨¢?ez. De cuya posteridad, dicho sea de paso, nada se sabe: al fin y al cabo, para sus contempor¨¢neos Shakespeare apenas era literatura y, como dec¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde, Cervantes nunca hubiera ganado el Premio Cervantes. En cuanto a m¨ª, s¨®lo dir¨¦ que todav¨ªa me sorprendo ri¨¦ndome solo con disparates de Mortadelo que le¨ª hace 50 a?os. Todo esto, como digo, ya lo sab¨ªamos. Lo que no sab¨ªamos ¡ªde lo que nos estamos enterando gracias a entrevistas como la que public¨® Borja Hermoso en este suplemento¡ª es que, adem¨¢s, Ib¨¢?ez es un intelectual.
Un intelectual es una persona que, aparte de ganarse la vida con su trabajo, interviene a trav¨¦s de los medios en el debate p¨²blico. Esta figura, que naci¨® en el siglo XVIII como difusor de las luces de la raz¨®n frente a las tinieblas del oscurantismo, para algunos muri¨® por propia mano a fines del siglo pasado, tras muchas d¨¦cadas entregada con fervor a la ceguera ideol¨®gica, la apolog¨ªa de atroces reg¨ªmenes pol¨ªticos, el sectarismo, el gregarismo, el arribismo y otros ismos no menos abominables. Pero yo discrepo; de hecho, cada vez que oigo hablar de la famosa ¡°muerte del intelectual¡± ¡ªo del no menos famoso ¡°silencio de los intelectuales¡±¡ª me da tanta risa como si estuviera leyendo a Ib¨¢?ez: ?pero si hoy hay m¨¢s intelectuales que nunca en el mundo, y m¨¢s vociferantes! ?Pero si hasta hace cuatro d¨ªas era indispensable escribir en un peri¨®dico o hablar en una radio para tomar parte en el debate p¨²blico, mientras que hoy basta con un simple iphone para hacerlo! Esa es la realidad: que, nos guste o no el sustantivo intelectual ¡ªyo lo detesto, por pomposo¡ª, todos los que opinamos sobre lo que ocurre en la polis y a todos ata?e somos intelectuales. Lo cual, claro est¨¢, no significa que todos seamos id¨¦nticos: hay intelectuales buenos y malos. Ib¨¢?ez, sin duda, es de los buenos. En un momento de la mencionada entrevista, Hermoso le recuerda que en su trabajo ha tocado muchos temas de actualidad, pero no el conflicto catal¨¢n, y le pregunta si ¨¦l, catal¨¢n de Barcelona, piensa hacerlo. ¡°Ay, no, no, no¡±, contesta Ib¨¢?ez, que acaba de decir que un humorista debe poder criticarlo todo, incluidos el Papa y el Rey. ¡°Es que aqu¨ª algunos se lo toman como algo personal, y si no les gusta lo que dice el otro, ya le ven como enemigo ac¨¦rrimo y tal¡±. Y concluye: ¡°La editorial est¨¢ por medio. Y si un tebeo m¨ªo tiene 78.000 lectores, no les voy a dejar de repente con 30.000 porque a m¨ª se me ocurra tratar ese tema e ir contra un bando u otro. No¡±. ?Ah¨ª lo tienen! Muchos se preguntan por qu¨¦ tantos catalanes relevantes, que despotrican en privado de lo que ocurre en Catalu?a, en p¨²blico se muestran neutrales, o callan, o templan gaitas, o usan todo tipo de circunloquios, evasivas y a?agazas para no decir lo que piensan, y aqu¨ª llega Ib¨¢?ez y lo dice con una claridad inequ¨ªvoca: porque no sale a cuenta, porque arruina el propio negocio. Como tantas cosas parecidas, esto, en Catalu?a, lo sabemos todos, pero nadie lo dice, y ese abismo entre lo que se sabe y lo que se dice es una de las causas de la situaci¨®n actual. Por lo dem¨¢s, dir¨¢n ustedes que me ciega la devoci¨®n, y que las palabras de Ib¨¢?ez ¡ªempezando por eso de escudarse detr¨¢s de la editorial¡ª delatan una cierta cobard¨ªa; discrepo de nuevo: no puede ser un cobarde quien dice una verdad que tanta gente calla.
En realidad, eso es, antes que nada ¡ªo deber¨ªa ser¡ª, un intelectual: no quien desvela supuestas verdades ocultas, sino quien tiene el valor de nombrar lo que est¨¢ a la vista de todos y nadie se atreve a nombrar. En este sentido, Ib¨¢?ez es un intelectual de primera. Como dir¨ªa Mortadelo, gracias, jefe.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
