Cristina Morales: ni amo ni Dios ni f¨²tbol
Literatura de combate. As¨ª se define el estilo de esta treinta?era granadina que ha ganado el Premio Herralde de Novela con ¡®Lectura f¨¢cil¡¯
Hay que ser muy punki para que tu representante te defina, cari?osamente, como ¡°un poco punki¡±. Ser punki quiere decir que tienes los ovarios bien puestos. Que si la fot¨®grafa te pide que hagas un gesto de chuler¨ªa ante la c¨¢mara y no te apetece, respondas: ¡°No, gracias. Estoy bien¡±. Si te llamas Cristina Morales (Granada, 1985) y tienes m¨¢s premios que Marie Kondo compartimentos en los cajones, puedes ser lo que te d¨¦ la gana. A fin de cuentas, se est¨¢ saliendo con su ¨²ltima novela, Lectura f¨¢cil (Anagrama). La narraci¨®n, protagonizada por cuatro mujeres con discapacidad intelectual que luchan por conquistar una mayor autonom¨ªa, ha sido definida por la cr¨ªtica como ¡°combativa¡±. Un adjetivo con el que se siente bastante c¨®moda. Algo que tampoco sorprende, solo hay que ver la pintada que se recoge en la portada de su libro, justo debajo del t¨ªtulo: ¡°Ni amo ni Dios ni marido ni partido ni de f¨²tbol¡±.
?C¨®mo se aprende a pensar? Jo¨¦, qu¨¦ pregunta. No puedo responder c¨®mo se aprende a pensar, sino c¨®mo se aprende a pensar cr¨ªticamente. Hay que pasar por un proceso de politizaci¨®n para desprendemos de la ideolog¨ªa y recuperar la realidad del mundo en que vivimos. A esa politizaci¨®n se accede en comunidad. Un conjunto de personas compartiendo sus deseos, sus miedos, sus frustraciones, su saber y su ignorancia. Encontrar espacios en los que organizarse para crear un pensamiento alternativo no es f¨¢cil.
?Qu¨¦ ocurre en los m¨¢rgenes que le resulta tan fascinante? Fuera del foco medi¨¢tico y social, se produce una invisibilidad que es un arma potente. Tirar la piedra y esconder la mano es una herramienta muy ¨²til. Una herramienta emancipatoria. La emboscada es m¨¢s f¨¢cil en los m¨¢rgenes y de ah¨ª mi inter¨¦s por asomarme a ellos.
"Entiendo el fascismo como una t¨¦cnica. No tanto como un momento hist¨®rico de los a?os veinte o treinta, sino como m¨¦todo de control propagand¨ªstico que se aplica hoy en democracia"
?Qu¨¦ es entonces lo que falla en el sistema para que la cr¨ªtica m¨¢s radical sea expulsada del espacio institucional? Este mundo es jer¨¢rquico y poco igualitario por definici¨®n, a pesar de que la democracia presuma de ser el lugar de la igualdad. No lo es. Es el lugar de la normalizaci¨®n, del respeto a la norma y del no salirse de ella. La democracia y el capitalismo, que son marido y mujer, hacen que solo seamos iguales en el acceso al consumo. Y ni eso, porque puede consumir quien m¨¢s tiene. Tenemos libre acceso al supermercado. Ah¨ª empieza y acaba la igualdad: en la entrada del supermercado.
?Es la necesidad de ajustarse a la norma la que hace que una de las protagonistas reparta etiquetas de fascista a diestro y siniestro? Entiendo el fascismo como una t¨¦cnica. No tanto como un momento hist¨®rico de los a?os veinte o treinta, sino como m¨¦todo de control propagand¨ªstico que se aplica hoy en democracia. Una t¨¦cnica fascista actual podr¨ªa ser el espionaje masivo a trav¨¦s de los m¨®viles.
?Qu¨¦ relaci¨®n se establece en su caso entre danza y literatura? En mi vida van de la mano. Formo parte de una compa?¨ªa de danza contempor¨¢nea llamada Iniciativa Sexual Femenina. Creo que el arte, en su capacidad para reflejar la sociedad, es un poderoso lugar de creaci¨®n de moral y de mensajes.
Hablando de mensajes poderosos, ?qu¨¦ les dir¨ªa a quienes critican el twerk o el reguet¨®n por sus supuestas connotaciones sexuales? Hay un lugar de pensamiento masculino, que nosotras tambi¨¦n manejamos, que es el de entender que la celebraci¨®n del cuerpo o su exhibici¨®n va dirigida a despertar el deseo del macho. En el ensayo Trapologia (Ara Llibres, 2018), de Max Besora y Borja Baguny¨¤, este ¨²ltimo reflexiona sobre c¨®mo en una fiesta en la que se pone reguet¨®n y ¨¦l tiene a una t¨ªa restreg¨¢ndole el culo en la polla, su primer pensamiento es que eso acaba en polvo. Sin embargo, esta t¨ªa se pasa la noche bailando y despu¨¦s coge y se va a su casa a leer las memorias de Benjamin Franklin. Tenemos que dejar de entender que la celebraci¨®n de lo f¨ªsico va siempre dirigida a despertar el deseo sexual del var¨®n. A veces, es un fin en s¨ª mismo. Poner el culo en pompa y twerkear es un placer que experimentas en cuerpo y alma. Yo lo recomiendo.
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