Ocho africanas poderosas para el 8M

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Aminata Sow Fall: ¡°S¨®lo la educaci¨®n y la cultura pueden salvar al mundo¡±

Saint Louis, ciudad mestiza y vibrante

Las nuevas ¡®cabeza de familia¡¯ de Senegal

Lo dice una de las ocho africanas aqu¨ª entrevistadas, la peluquera Khadi Mbaye, dejando caer su cuerpo soberano sobre el sill¨®n: "Soy una dama de hierro". Lo es. Ella y 650 millones m¨¢s, la mitad de los 1.300 millones de habitantes que tiene hoy ?frica. "Nunca me ha gustado pedir, quiero conseguir las cosas por mis propios medios", declara.

Cierto es que no hay viaje a terreno en ?frica, no hay evento all¨¢ o ac¨¢, conferencia o encuentro en que una no quede impresionada con la determinaci¨®n de estas mujeres, si se tiene en cuenta el contexto en el que la mayor¨ªa vive. Con su fortaleza, si se considera que en el continente se encuentran los 20 pa¨ªses menos desarrollados del planeta. Con su entereza, si recordamos que hay conflictos enquistados donde ellas son claro y f¨¢cil objetivo de guerra; que la tradici¨®n las mutila de ni?as all¨¢ donde m¨¢s duele; que est¨¢n por costumbre y patriarcado obligadas a realizar tareas del hogar, a cargar con el abastecimiento del agua sobre sus cabezas, a casarse antes de tiempo, a moler el ma¨ªz con sus manos, a cuidar a otros y olvidarse de s¨ª... "Nunca quiero pararme donde estoy, en cuanto consigo algo, empiezo a pelear por lo siguiente", afirma otra de las entrevistadas, la influyente Adiara Sy, inspectora de Educaci¨®n hoy y ferviente defensora de la educaci¨®n igualitaria.

Sorprenden siempre, m¨¢s si nos detenemos en el hecho de que suelen estar cargadas de hijos (con una variaci¨®n por pa¨ªses amplia, desde dos por mujer en Seychelles o Marruecos a seis en N¨ªger o Somalia). Que manejan parte de la econom¨ªa informal del continente; y en la agricultura, el 80% de la producci¨®n se obtiene de peque?as explotaciones y un 60% de ellas est¨¢n gestionadas por mujeres. Que son el grueso de la poblaci¨®n rural, porque son muchas las que se quedan mientras el marido, el padre o los hermanos marchan o migran hacia n¨²cleos urbanos o m¨¢s all¨¢ del oc¨¦ano. Que suelen ser cual urdimbre que mantiene las comunidades unidas a pesar del grave da?o que en lo social infligi¨® el colonialismo. Que trabajan en redes sociales desde antes que nadie las inventara y hasta han usado sus cuerpos como herramienta de denuncia y resoluci¨®n de conflictos all¨¢ por Liberia o Sud¨¢frica, por ejemplo, para detener guerras antes de que muchas Femen nacieran siquiera.

Africanas que construyen y avanzan, que son energ¨ªa arrolladora, pero a las que los pasos les cuestan doble. A¨²n as¨ª, no cejan. Se aprecia en un dato: en la apuesta creciente por la educaci¨®n de las ni?as. "Con lo poco que tenemos intentamos hacer grandes cosas. La ausencia de dinero no es una excusa para abandonar la causa¡±, afirma la activista Maymuna T. Tounkara, para quien los derechos humanos y la lucha contra la pobreza infantil son lo primero. Incluso triunfar en territorios m¨¢s populares, como pueda serlo el deportivo (de por s¨ª ya bastante desigual), tiene en ?frica un plus de esfuerzo. "Ahora muchas ni?as quieren jugar al basket, ven c¨®mo he triunfado y he podido tenerlo todo. Eso me anima a seguir", asegura?Nd¨¨ye S¨¨ne, la mejor jugadora de baloncesto de Senegal.

Han sido numerosas las africanas de las que hemos escrito en la secci¨®n (bien mirado son ellas protagonistas de casi todas las historias sobre desarrollo en ?frica); de distinto origen y condici¨®n; de distintas ¨¢fricas (la del Norte, la oriental, la austral, la occidental, la negra, la no negra, la rica, la pobre, la lluviosa, la des¨¦rtica, la ind¨ªgena, la joven, la vieja, la elitista, la corrupta, la hermosa, la contaminada... ). Hemos tropezado y hablado con agricultoras, comerciantes, juezas, dise?adoras, estudiantes, emprendedoras, ciberactivistas, deportistas, parteras, cantantes, limpiadoras, artistas, pescadoras, pol¨ªticas, maestras o m¨¦dicos... Todas nos han dado lecciones y claves de una forma de vida o pensamiento que desde Occidente tendemos a ignorar o menospreciar (quiz¨¢ porque la sola menci¨®n de la palabra ?frica despierta el demonio de la aporafobia, que dir¨ªa Adela Cortina). La ¨²ltima, la escritora senegalesa Aminata Sow. ¡°Lo ¨²nico que puede salvar al mundo es la educaci¨®n y la cultura, el respeto por los dem¨¢s", aseguraba esta mujer de origen privilegiado que opt¨® un d¨ªa por escribir de la pobreza local (de toda ella, la econ¨®mica y la espiritual) para contar desde all¨ª la sequ¨ªa universal de valores.

As¨ª, de entre todas las posibles africanas ejemplares, hemos elegido a ocho de ellas para la celebraci¨®n de este 8 de marzo. Todas son nacidas en esa ciudad que Planeta Futuro/ElPa¨ªs est¨¢ siguiendo durante este a?o, Saint Louis, en Senegal. Son mujeres empoderadas, con un objetivo y conscientes de su poder. "Hay que creer en una misma y estar muy orgullosas de lo que somos, tenemos mucho que ense?ar al mundo", afirma la dise?adora ya internacional Rama Diaw. "Quiz¨¢ cuesta m¨¢s que te escuchen por joven que por mujer.", opina por su parte Coumba Sow, responsable para la resiliencia en ?frica del Oeste y el Sahel de la FAO. "Cuando entras en una habitaci¨®n donde se celebra una reuni¨®n, si hay una mujer mayor, la gente la escucha", dice.

Saben que se ha avanzado, s¨ª, pero que queda mucho por hacer. Un ejemplo, la propiedad de la tierra. "Los hombres tienen la costumbre de poseer los mayores terrenos. Pero ahora los queremos nosotras tambi¨¦n", resume, Fatimatou Sall, fundadora de una asociaci¨®n de mujeres campesinas a la que pertenecen alrededor de 2.000 de toda edad.

Sobre tal cosa, sobre su papel clave e igual en el desarrollo del continente, vers¨® el di¨¢logo que ayer, 5 de marzo, tuvo lugar en la sede de la Cooperaci¨®n Espa?ola (Aecid), en Madrid, entre el responsable de la Agencia para el Desarrollo de la Uni¨®n Africana (AUDA-NEPAP), Ibrahim Assane Mayaki, y la presidenta de la Fundaci¨®n Mujeres por ?frica, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, dentro del ciclo Mujeres Libres: "Hoy por hoy", afirm¨® la hoy presidenta del Consejo de Estado, "todas las instituciones internacionales consideran la igualdad entre hombres y mujeres como un imperativo de justicia, moral, ¨¦tico y pol¨ªtico, y un elemento fundamental para la paz y el desarrollo econ¨®mico y social". Coincidieron ambos en que no habr¨¢ tal desarrollo sin ellas. Especialmente si no se construye desde lo local, apunt¨® Mayaki, sugiriendo modos de construir pol¨ªticas que alienten tal proceso y pongan en valor el peso de la mujer en zonas rurales y advirtiendo del error de creer que las ¨¦lites solo son cosa de las ciudades.

Tomar conciencia de la igualdad como arma de futuro es ya un costoso y enorme primer paso (y no solo en el continente). Como lo es la necesidad de tener datos fiables y actualizados que visibilicen las desigualdades de g¨¦nero en una zona del mundo donde conseguirlos no resulta f¨¢cil, donde faltan hasta registros de nacimiento. Conocer y documentar la realidad femenina importa, insisten en ONU Mujeres, cuyo lema para la celebraci¨®n de este D¨ªa Internacional es Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio. Y as¨ª lo ha entendido desde su parcela de trabajo Fatima Fall, directora del Centro de Investigaci¨®n y Documentaci¨®n de Senegal, acostumbrada a lidiar con conceptos como tiempo e historia, y a reconstruir la vida cotidiana y un pasado dram¨¢tico africano que habla mucho del presente. "Cuando oigo a gente que tras las elecciones [reci¨¦n celebradas en el pa¨ªs] llama a la insurrecci¨®n...", desvela con pesar, "es porque no han presenciado lo que yo: la violencia".

¡°Ahora muchas ni?as sue?an con ser jugadoras de baloncesto¡±

Nd¨¨ye S¨¨ne es una deportista nacida en un humilde barrio de pescadores de Saint Louis que se ha convertido en un referente de constancia en Senegal.

¡°Soy una dama de hierro... Me pasan cosas incre¨ªbles¡±

Khadi Mbaye forma a mujeres presas en peluquer¨ªa y estilismo para que a su salida tengan m¨¢s posibilidades de encontrar un empleo.

¡°La revoluci¨®n de la agricultura en ?frica est¨¢ liderada por mujeres¡±

Coumba Sow asumi¨® con 35 a?os el cargo de responsable para ?frica de la oficina del director general de la FAO, ahora lidera el departamento para la resiliencia en la zona occidental del continente.

"Tu carrera nunca te abandonar¨¢; tu marido, no se sabe"

Adiara Sy no dud¨® en irse a trabajar al extranjero y dejar a sus hijos con su padre, un ejemplo de lo rompedora que ella es en el tradicional Senegal. Lleva 30 a?os luchando por la educaci¨®n igualitaria en su pa¨ªs.

¡°Ahora nosotras queremos tambi¨¦n la tierra¡±

Fatimatou Sall es fundadora de la Asociaci¨®n de mujeres para la solidaridad y el desarrollo de Nord, a la que pertecenen alrededor de 2.000 agricultoras, mayores y j¨®venes.

¡°Mi pol¨ªtica es el futuro y la supervivencia de los ni?os¡±

Maymuna T. Tounkara, coordinadora de And taxawu talib¨¦s, lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas trabajando para la infancia desfavorecida de Saint Louis.

¡°Somos africanas y sabemos que tenemos mucho potencial¡±

Rama Diaw es una dise?adora de moda que ha presentado su trabajo en las mejores pasarelas del mundo. Saint Louis es su fuente de inspiraci¨®n.

¡°Me siento orgullosa de que vengan otras pis¨¢ndome los talones¡±

Fatima Fall dirige el Centro de Investigaci¨®n y Documentaci¨®n de Senegal. Pese a tener una amplia formaci¨®n en el campo de la conservaci¨®n del patrimonio y haber alcanzado una posici¨®n a la que pocas mujeres llegan en el pa¨ªs, no se considera excepcional.

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