Por qu¨¦ el ¡®baby boom¡¯ africano importa (y mucho)
Las previsiones demogr¨¢ficas indican que Africa duplicar¨¢ su poblaci¨®n y llegar¨¢ a los 2.400 millones en 2050. Hoy ya ese pron¨®stico condiciona el crecimiento del propio continente y las pol¨ªticas de otros
Demograf¨ªa es la palabra clave. Pero casi nunca dicha. Alex Ezeh, del Centre for Global Development en Washington lo describe bien en una frase: "Hay un elefante en la habitaci¨®n. Resulta tan dif¨ªcil hablar de problemas de poblaci¨®n que la comunidad internacional de desarrollo los ha ignorado durante a?os". Tal comunidad se re¨²ne anualmente en septiembre en Nueva York para la celebraci¨®n de la Asamblea de Naciones Unidas. Y tal mes suele venir cargado de datos e informes. La mayor¨ªa de las organizaciones y ONGs presentan comunicaciones y conclusiones previas a la Asamblea, quiz¨¢ para que quienes participan, los l¨ªderes pol¨ªticos de cada pa¨ªs miembro, tengan todas las cartas en la mano sobre el progreso y los retos del mundo. Y poder, as¨ª, si no jugarlas, s¨ª barajarlas.
Los m¨¢s importantes estudios de esta edici¨®n pasada se han detenido en asuntos como los conflictos, los eventos clim¨¢ticos extremos y las crisis econ¨®micas a la hora de explicar el estado del planeta, la regresi¨®n en el n¨²mero de hambrientos mundiales (por tercera vez muy malas noticias, seg¨²n la FAO), las proyecciones de los avances en la lucha contra la pobreza (que se ralentizan, seg¨²n el Banco Mundial) y esos 1.300 millones de pobres multidimensionales que ha identificado el PNUD con un nuevo ¨ªndice de medida. Y, en general, sobre la implementaci¨®n de esa agenda de desarrollo sostenible con 17 objetivos que la comunidad internacional se ha marcado como hoja de ruta de progreso hasta 2030.
Y casi todos ellos dejaban caer como si nada ese factor que puede determinar muchas cosas en el medio y largo plazo en la geopol¨ªtica mundial: el aumento de la poblaci¨®n. Casi todos. No as¨ª el informe Goalkeepers 2018 de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates que no solo lo trata sino que lo pronuncia con todas las letras: dependiendo de c¨®mo se comporte la humanidad en el futuro con el continente africano as¨ª viviremos. ?Por qu¨¦? Se contaba hace poco en la cr¨®nica titulada Invertir en la juventud africana es la clave para que el mundo avance. Uno de los obst¨¢culos que el progreso del mundo enfrenta es el r¨¢pido crecimiento de la poblaci¨®n africana: "Casi el 60% de los africanos tiene menos de 25 a?os (en Europa son el 27%), la media de edad es de 18 a?os (frente a los 35 de Norteam¨¦rica y 47 de Jap¨®n) y, adem¨¢s, la poblaci¨®n va a doblarse para 2050, lo que significa que incluso si el porcentaje de pobres en el continente se reduce a la mitad, el n¨²mero seguir¨ªa siendo el mismo que ahora".
Tal aumento demogr¨¢fico juega un papel fundamental a la hora de abordar y entender las luchas contra el hambre, la pobreza, la desigualdad y las migraciones no voluntarias. Y lo es especialmente en las zonas m¨¢s pobres dados los problemas ya estructurales, y, sobre todo, en aquellas que son vistas como amenaza en general en Occidente. ?frica est¨¢ viviendo su baby boom como lo vivi¨® Europa hace unas d¨¦cadas. Pero tal cosa preocupa mucho en el Norte. Como amenaza para el desarrollo del propio continente (donde hay pa¨ªses, como Ghana, cuya econom¨ªa est¨¢ creciendo a un 8%) y como amenaza percibida para otros allende sus fronteras.
De lo primero (da?o al propio continente) se ocupaba The Economist hace unas semanas. La revista le dedicaba un art¨ªculo en su edici¨®n de septiembre a este tema titulado La alta tasa de natalidad en ?frica mantiene pobre al continente. Y comienza citando a un personaje muy nombrado en los ¨²ltimos tiempos: el presidente de Tanzania, John Magufuli, un iluminado estilo Trump. "El presidente de Tanzania, tiene un punto de vista muy claro sobre el control de la natalidad. ?l no lo ve. En 2016, anunci¨® que las escuelas estatales ser¨ªan gratuitas y que, como resultado, las mujeres podr¨ªan desechar sus anticonceptivos. El 9 de septiembre de este a?o, dijo en un mitin que el control de la natalidad era un signo de pereza parental. Tanzania no debe seguir a Europa, prosigui¨®, donde un 'efecto secundario' de la anticoncepci¨®n generalizada es la reducci¨®n de la mano de obra (sic)". Y por eso, este l¨ªder visionario ha ordenado expulsar de las escuelas a las ni?as si se quedan embarazadas y prohibido el uso de medidas de planificaci¨®n familiar.
La dr¨¢stica situaci¨®n de pobreza que prevalece en muchos pa¨ªses no es consecuencia directa de los procesos demogr¨¢ficos, sino de la injusta divisi¨®n internacional del trabajo Luikakio Afonso, doctor en Geograf¨ªa
Sobre lo segundo (percepci¨®n de amenaza o problema externa) se detiene Yuval Noah Harari, en su ¨²ltimo libro 21 lecciones para el siglo XXI (una de ellas, obviamente dedicada a los cuatro debates que, seg¨²n ¨¦l, se esconden en el asunto migratorio en la actualidad, y que a veces, equivocadamente, tendemos a creer que se resumen en uno): "A medida que cada vez m¨¢s humanos cruzan cada vez m¨¢s fronteras en busca de trabajo, seguridad y un futuro mejor, la necesidad de enfrentarse, de asimilar o de expulsar a extranjeros pone en tensi¨®n los sistemas pol¨ªticos y las identidades colectivas que se crearon en ¨¦pocas menos fluidas. En ning¨²n lugar es m¨¢s agudo el problema que en Europa", escribe.
Por eso, quiz¨¢, mandatarios como ?ngela Merkel parecen tenerlo claro (o haber le¨ªdo a Harari, como m¨ªnimo): "Europa tiene muchos desaf¨ªos, pero los desaf¨ªos de la migraci¨®n podr¨ªan convertirse en una cuesti¨®n decisiva para el destino de la Uni¨®n Europea", dijo en su viaje a finales de agosto, en pleno calor tropical, a Senegal, Nigeria y Ghana, donde a?adi¨®: "Solo puede haber una Uni¨®n Europea pr¨®spera si podemos lidiar con asuntos de migraci¨®n y alianzas con ?frica". Y r¨¢pidamente se ha puesto a ello. Ning¨²n otro pa¨ªs europeo ha reenfocado tanto su mirada (con mayor cooperaci¨®n t¨¦cnica e implicaci¨®n privada, y m¨¢s inversiones) sobre este continente al Sur del que apenas 14 kil¨®metros nos separan.Y en cuyas aguas fronterizas se ahogan tantos seres humanos cada d¨ªa: casi 7000 desde el primero encontrado en las playas de Tarifa hace 30 a?os.
Nadie est¨¢ libre de ser receptor o emisor de migrantes
?frica como reto demogr¨¢fico se titula un librito, de la editorial Catarata y Casa ?frica, organizaci¨®n de la diplomacia espa?ola que desde Las Palmas de Gran Canaria est¨¢ implicada en la tarea de acercarnos la realidad del continente. Se trata de dos ensayos firmados por sendos doctores en Geograf¨ªa, Pedro Reques y Luikakio Afonso en 2017.
El ¨ªndice de fertilidad retrocede en el mundo rico
Los ¨ªndices de fertilidad retrocedieron significativamente en el mundo entre 1950 y 2017, seg¨²n un amplio estudio divulgado este viernes que constata que pese a este dato la poblaci¨®n del planeta sigue en aumento.
As¨ª, las mujeres pasaron de tener 4,7 hijos en 1950 a 2,4 el a?o pasado, un promedio que refleja a la vez una gran disparidad entre pa¨ªses, especialmente entre ricos y pobres, indic¨® el Instituto de Evaluaci¨®n y M¨¦trica de Salud (IHME, por sus siglas en ingl¨¦s), de la Universidad de Washington.
As¨ª, mientras 104 pa¨ªses - sobre todo en ?frica y Asia -, mantienen altos ¨ªndices de fertilidad, 91 - la mayor¨ªa en Europa y Am¨¦rica del Norte y del Sur - ni siquiera pueden mantener sus poblaciones actuales, a?adi¨® el estudio publicado en la revista m¨¦dica The Lancet.
Chipre registra el ¨ªndice m¨¢s bajo del mundo, con 1 hijo por mujer, mientras que el m¨¢s alto se halla en N¨ªger, donde las mujeres dan a luz a 7 hijos como promedio, indic¨® el IHME.
El primero, en apenas 60 p¨¢ginas, plantea un ejercicio de c¨¢lculo y recreaci¨®n del futuro bien interesante; un suma y sigue esclarecedor para entender lo que va a suceder a medio y largo plazo con ?frica y el mundo respecto a los movimientos de personas, dado que hoy nadie es isla en este mundo globalizado, como tampoco nadie est¨¢ libre de ser receptor o emisor de migrantes en un momento dado. El segundo aterriza todo lo dicho en el caso de Angola, su pa¨ªs de origen. "La dr¨¢stica situaci¨®n de pobreza que prevalece en muchos pa¨ªses no es consecuencia directa de los procesos demogr¨¢ficos, sino de la injusta divisi¨®n internacional del trabajo, que propicia una gran desigualdad en las pol¨ªticas de intercambio econ¨®mico, comercial y tecnol¨®gico entre las naciones ricas o desarrolladas y las pobres o subdesarrolladas", escribe Afonso. "Y en segundo lugar, de la gran desigualdad en la distribuci¨®n de la riqueza o de rendimientos que impera dentro de los Estados...".
La poblaci¨®n mundial alcanzar¨¢ los 11.200 millones seg¨²n todas las previsiones en 2050. Mientras en el planeta en general se multiplicar¨¢ por 1,5, en ?frica lo har¨¢ por 3,7. ¡°Este mayor peso del Sur -el 40% de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ africana- condicionar¨¢ el orden pol¨ªtico y econ¨®mico global¡±, dicen los autores mientras retratan a un tiempo el gigantesco mosaico de problemas que se dan hoy en el continente y el espacio de oportunidades que representa ya hoy tambi¨¦n.
De la obra sobresalen algunos datos (y detalles propios del continente, ver despiece) que orientan en este mapa confuso de la realidad africana y ayudan, quiz¨¢, a entender por qu¨¦ personas nacidas en un territorio rico, que podr¨ªa tener miles de posibilidades de vida y prosperidad en su lugar de origen, deciden partir, marchar... La respuesta es sencilla: siempre ha sido as¨ª en la historia n¨®mada de la humanidad.
Poner puertas al campo, como reza el dicho, no es f¨¢cil. Ninguna valla, barrera, frontera o ley stop va a detener a los africanos (ni a nadie) en su af¨¢n por escapar, sobrevivir, conseguir mejorar su existencia o simplemente por el gusto de moverse, consustancial a nuestra especie. Nada salvo aquello que implique de forma determinante la derrota de la desigualdad brutal existente hoy entre el Norte y el Sur. Todos los expertos, las ONG, las organizaciones ONU coinciden en que para tal cosa se requiere un verdadero programa pol¨ªtico planetario; un todos a una que implique en primer lugar borrar el hambre y sus calamidades de la faz de la Tierra: ver morir seres humanos por desnutrici¨®n a¨²n hoy en 2018 es el mayor de los pecados del supuesto y orgulloso progreso de la humanidad. ?Estamos de verdad empe?ados en ello? Hans Rosling, el director de Gapminder, nos dir¨ªa que s¨ª a trav¨¦s de sus estad¨ªsticas optimistas siguiendo la l¨ªnea de nuestro tiempo hist¨®rico de desarrollo. Cierto. Estamos empe?ados en ello, bien cierto. Pero¡ ?vamos demasiado lentos para lo veloz que corre la liebre demogr¨¢fica?
9 datos sobre poblaci¨®n para entender ?frica
El desconocimiento sobre la diversidad de los pa¨ªses, habitantes, etnias, lenguas africanos; de su nivel de desarrollo o circunstancias sociopol¨ªticas lastra mucho de lo poco que se escribe sobre el continente en los medios o de lo que se estudia en las escuelas (si es que se estudia). Decir ?frica no es decir nada y es decirlo todo. Si muchos pa¨ªses nada tienen que ver entre s¨ª, los puntos cardinales y la bandera bajo la que fueron colonizados marcan mucho la vida, desarrollo y pol¨ªticas de cada uno de los 54 Estados hoy. Pero, como siempre son los datos, los que dibujan el mejor retrato.
1. ?frica est¨¢ formada por 54 Estados, 17 dependencias y 4 territorios no reconocidos. No est¨¢n unidos. La Uni¨®n Africana, organizaci¨®n supranacional formada por 55 Estados (pues reconoce al S¨¢hara Occidental), ha empezado solo recientemente a tener mayor significado. Uno de los detalles que marcan esta desuni¨®n es visualizar las rutas de transporte a¨¦reo. Las estelas a¨¦reas no se cruzan apenas (o nada) en el continente. Esto est¨¢ cambiando poco a poco gracias a la construcci¨®n de nuevos aeropuertos. La mayor¨ªa, con ayuda de China. Uno de los ¨²ltimos, el de Dakar (en Senegal), con muchas aspiraciones de convertirse en cruce de caminos ha sido levantado por muchas manos internacionales, las que m¨¢s, las de Arabia Saud¨ª. La libertad de movimiento de los ciudadanos continentales y de mercanc¨ªas entre pa¨ªses, instaurando visados en frontera es otra v¨ªa de uni¨®n que va cogiendo fuerza (ya son 23).
2. El continente tiene 30,2 millones de kil¨®metros cuadrados. En su superficie caben cuatro veces Australia, o tres veces Europa, o dos Sudam¨¦rica o China, India y Rusia juntas. Una sola selva africana, la de Congo, podr¨ªa cubrir dos veces Europa occidental. Y un solo desierto, el del S¨¢hara, es como todo Estados Unidos. El tama?o y las distancias juegan un rol muy importante en el desarrollo.
3. La tasa de crecimiento vegetativo de la poblaci¨®n africana es de m¨¢s del 3% lo que significa que el n¨²mero de habitantes, cercano a los 1.200 millones (2016), se duplicar¨¢ en 25 a?os mientras Europa tiene crecimiento negativo.
4. La tasa de fecundidad es a¨²n alta en todo el continente (una media de 4,7 hijos por mujer) pero no uniforme en todo ¨¦l. La horquilla va desde los 7,6 hijos por mujer en N¨ªger o 7,1 en Mali, Chad y Somalia (todos pa¨ªses musulmanes) hasta los 1,5 en Mauricio o los 2,1 en T¨²nez. Datos de 2014.
5. Los valores m¨¢s bajos de mortalidad se dan en Moyotte, territorio de ultramar (2,5 por mil habitantes), Argelia, Libia, Reuni¨®n, Cabo Verde y Marruecos. Los m¨¢s altos Suazilandia (14,1 por mil), Sierra Leona, Angola, Chad, Lesoto y RCA. El factor VIH y enfermedades como tuberculosis malaria o ¨¦bola juegan un rol importante.
6. La mortalidad de menores de un a?o es de 94 de cada mil en ?frica mientras que es de nueve por cada 1.000 en Europa. La muerte del hijo, considerado sustento y mano de obra para las familias y una seguridad para la vejez, dada la inexistencia de seguridad social en la mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos, en especial en los veinte m¨¢s pobres, y los cuidados de los padres
7. Poniendo Angola como ejemplo, dado que es el pa¨ªs tratado en el libro citado en este art¨ªculo, a la hora de enumerar factores que influyen en la elevaci¨®n de la fecundidad en el continente, destaca el autor que para las familias "los hijos representan seguridad ante la boda y ante la vejez all¨ª donde no existe o es d¨¦bil el sistema de seguridad social". La incertidumbre de cu¨¢ntos hijos podr¨¢n sobrevivir hasta la edad adulta, dada la alta tasa de mortalidad, juega un importante rol al igual que la importancia de los hijos en la econom¨ªa dom¨¦stica, dadas las altas tasas de desempleo y actividades informales.
8. Otros factores citados: la presi¨®n familiar para matrimonios precoces y el temor de los padres por embarazos indeseados de sus hijas. Y s¨ª, bien cierto, la baja prevalencia en el uso de m¨¦todos anticonceptivos, actuales, eficaces (Trump acaba de recortar todos los programas sobre tal cuesti¨®n y otras colaterales); el bajo nivel de escolaridad de la poblaci¨®n, especialmente si se trata de mujeres; la poligamia consentida y... claro est¨¢ la pobreza como contexto generalizado en un continente que cobija a los diez pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta.
9. Las soluciones propuestas para reducir la tasa de natalidad pasan siempre por tres: el desarrollo econ¨®mico, la implicaci¨®n de las mujeres en puestos de decisi¨®n y la educaci¨®n de las ni?as.?
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