El final de la funci¨®n
El oyente preguntar¨ªa al sonriente coronel si no habr¨ªa sido menos costoso dejar votar tras recordar a los votantes que no serv¨ªa para nada
La jornada empez¨® con la sonrisa ir¨®nica del coronel desarbolando en m¨¢s de una ocasi¨®n los interrogatorios de las defensas. Tras unos a?os en el Pa¨ªs Vasco sumido en el terrorismo la coordinaci¨®n del 1-0 en Catalu?a a P¨¦rez Cobos no debi¨® crearle muchos problemas a partir de su premisa de que la convivencia ciudadana en un Estado de Derecho no es posible sin un respeto a la ley y cuando la ley se vulnera es leg¨ªtima la violencia de las fuerzas del orden. El oyente preguntar¨ªa al sonriente coronel si no habr¨ªa sido menos costoso dejar votar tras recordar a los votantes que no serv¨ªa para nada.
La violencia tiene diversas lecturas y cada persona la lee seg¨²n le va. Es un hecho que hubo violencia f¨ªsica en concretas actuaciones de las fuerzas de seguridad del Estado. Es un hecho que hubo violencia verbal cuando en un espacio p¨²blico, rodeado de personal que callaba, te dicen ¡°se?or tal, vaya haciendo las maletas y m¨¢rchese de Catalu?a, que aqu¨ª no le queremos¡±, seg¨²n me cuenta Carlos Jim¨¦nez Villarejo que le ocurri¨® a un amigo. Y es un hecho que hubo violencia psicol¨®gica sobre el propietario de un hotel en el que se hospedaron polic¨ªas y sobre la secretaria judicial que empez¨® su trabajo a las ocho de la ma?ana entrando por la puerta de la conselleria de Econom¨ªa y Hacienda y tuvo que abandonarla saliendo por la azotea a las doce de la noche.
Si el obst¨¢culo que tuvo que saltar la secretaria era muro o murete le recuerda al oyente el tebeo DDT con sus buenos d¨ªas, buenas tardes como inicio de di¨¢logos abracadabrantes. El hecho es que la se?ora sali¨® por d¨®nde no deb¨ªa salir y al final de la funci¨®n, saltado el muro o murete que daba a un teatro, acab¨® en un camerino y de all¨ª a la calle mezclada con actores. Buen tema para una obra teatral teniendo en cuenta que en la c¨²pula de ese teatro tuvo su sede la compa?¨ªa Adri¨¤ Gual que sufri¨® los embates de la dictadura.
El relato de la secretaria judicial, como ocurri¨® con otros testigos, fue convincente y si en alg¨²n momento result¨® confuso pudo deberse a que siempre cambia la percepci¨®n de lo que has hecho o visto hace tiempo, me asegura Mateo Segu¨ª, que como abogado penalista sabe bastante del tema dado que entre la comisi¨®n del delito y el juicio oral suelen pasar a?os.
El final del d¨ªa no fue tan aburrido como esperaba: c¨®mo empresas a las que la Generalitat encarg¨® trabajos publicitarios relacionados con el refer¨¦ndum siguen trabajando para la Generalitat pese a que esos trabajos no los cobraron es otro tema de novela.
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