Enemigas de las mujeres
No podemos adoptar una postura miedosa de intento de preservar lo conseguido y dejar los avances para mejores tiempos
Hay pol¨ªticas enemigas de las mujeres. Me refiero a las acciones que se desarrollan desde los gobiernos o se proponen desde la oposici¨®n, aunque desgraciadamente pol¨ªticas mujeres que las defienden tambi¨¦n existen.
Alrededor de la semana del 8 de marzo y de la convocatoria de una nueva huelga feminista, despu¨¦s del ¨¦xito del a?o pasado, viene a mi memoria la c¨¦lebre frase de Clara Campoamor en la consecuci¨®n del sufragio universal en Espa?a, que a veces se simplifica y minimiza llam¨¢ndolo ¡°voto femenino¡± cuando en realidad se trataba de completar el valor democr¨¢tico del voto en la Rep¨²blica. Campoamor dijo ¡°la Rep¨²blica no puede defraudar a las mujeres¡± y afortunadamente, con esfuerzo y lucha, no se defraud¨®. Rememor¨¢ndola creo que ahora se puede decir ¡°la democracia no puede defraudar a las mujeres¡±.
Es cierto que si se hace balance es mucho el camino recorrido, pero como en todos los ¨¢mbitos de la humanidad, por ejemplo la medicina ha descubierto las vacunas y los antibi¨®ticos y un sin fin de adelantos que previenen, curan y cuidan de la vida de las personas y no por ello se deja de investigar en nuevas t¨¦cnicas para diagn¨®stico o tratamiento. As¨ª que estoy de acuerdo, se ha avanzado mucho desde el cintur¨®n de castidad o desde que nuestras abuelas y madres no pod¨ªan abrir una cuenta corriente en el banco, pero a¨²n queda mucho m¨¢s por hacer en nuestro pa¨ªs y no hay tiempo de paladear los avances por hist¨®ricos que sean. Adem¨¢s, con una mirada internacionalista, a la que el feminismo jam¨¢s renuncia, advertimos que ciertas pr¨¢cticas medievales aun castigan la vida de las mujeres en el planeta. Pa¨ªses, donde tienen quebrada su voz adem¨¢s de sus derechos, record¨¢ndonos a las mujeres que s¨ª podemos alzar la voz que no debemos permanecer calladas ni ajenas.
La democracia no puede defraudar a las mujeres, pero ?en qu¨¦ punto nos encontramos? ?acaso con la excusa de la crisis econ¨®mica no hemos sufrido ya bastantes retrocesos? No solo estamos en el mes de la reivindicaci¨®n feminista, sino que estamos a las puertas de una contienda electoral que se prev¨¦ importante por el amplio abanico de posibilidades que puede abrir.
Desde mi punto de vista y por reducir mucho el razonamiento, la batalla se va a librar adem¨¢s de en lo territorial con el debate catal¨¢n, en el ¨¢mbito de los derechos de las mujeres. El campo de batalla ideol¨®gico est¨¢ en los derechos de las mujeres. Si me apuran y precisamos m¨¢s, la contienda se libra directamente sobre el cuerpo de las mujeres.
Los efectos de la crisis perduran en nuestra sociedad, la etapa de los Gobiernos de la derecha castig¨® especialmente a las mujeres y a¨²n no se ha conseguido reducir la brecha salarial, ni avanzar en la conciliaci¨®n y corresponsabilidad, es decir, cobrar lo mismo y cuidar lo mismo hombres y mujeres, y aunque es cierto que el Gobierno de Espa?a ha aprobado recientemente medidas valiosas que van en el buen camino, las mujeres contin¨²an en una situaci¨®n de peor posici¨®n econ¨®mica respecto a los hombres. Las mujeres pensionistas, viudas, las familias monoparentales o migrantes ponen cara femenina a la pobreza en nuestro pa¨ªs.
Con esta realidad vuelven a irrumpir las propuestas de pol¨ªticas enemigas de las mujeres, haciendo que el capitalismo radical entre a actuar directamente en nuestras carnes. Cuando m¨¢s necesidad econ¨®mica padecen las mujeres se viste de libertad el prostituirse o ¡°donar¡± a los propios hijos. La prostituci¨®n y los vientres de alquiler son al fin y al cabo una explotaci¨®n de los cuerpos de las mujeres, explotaci¨®n sexual y explotaci¨®n reproductiva. La comercializaci¨®n con el cuerpo de las mujeres no es nueva, tampoco considerarlas como objeto, pero en este caso viene de la mano de un partido que se autodenomina ¡°nueva pol¨ªtica¡±. Pero las pol¨ªticas enemigas de las mujeres no quedan ah¨ª, la irrupci¨®n de la extrema derecha y su cuestionamiento de la lucha contra la violencia de g¨¦nero poniendo a las mujeres v¨ªctimas bajo la sospecha de mentirosas. Y por ¨²ltimo la derecha de toda la vida queriendo involucionar en la libre elecci¨®n de la maternidad y la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, como si la maternidad fuera una factor¨ªa de nuevos cotizantes a la seguridad social y las mujeres que abortan sujetos inconscientes e incompetentes a las que hay que abrir los ojos para que sepan qu¨¦ llevan dentro. Estas pol¨ªticas enemigas de las mujeres son el reparto de cromos que la derecha en todas sus manifestaciones ha hecho en esta batalla ideol¨®gica librada sobre el cuerpo de las mujeres.
Ante esta realidad no se puede actuar con ingenuidad, no podemos adoptar una postura miedosa de intento de preservar lo conseguido y dejar los avances para mejores tiempos, tenemos ante nosotras y nosotros una cita en las calles el 8 de marzo y una cita electoral. Quiero pensar que no nos estamos defendiendo a nosotras mismas, sino que estamos defendiendo al conjunto de la sociedad, porque el feminismo es una f¨®rmula imprescindible para conseguir una sociedad m¨¢s justa y sostenible. Porque cuando hablamos de derechos de las mujeres como hizo Clara Campoamor estamos defendiendo los derechos de ciudadan¨ªa en una sociedad y una democracia incompleta sin igualdad.
Carmen Mont¨®n fue ministra de sanidad, consumo y bienestar social.
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