Palabra de Torra

El Ejecutivo catal¨¢n ha evitado llevar al Parlamento la Ley de Presupuestos de 2019 e intentar¨¢ seguir gobernando con las cuentas p¨²blicas ya no de 2018 ¡ªque tampoco pudo aprobar¡ª, sino con las de 2017. Al renunciar a elaborar un proyecto de Presupuestos y a someterlo a consideraci¨®n de la c¨¢mara, el president Quim Torra no solo incumple flagrantemente el deber pol¨ªtico de cualquier Gobierno. Tambi¨¦n vulnera el Estatuto de Autonom¨ªa (art¨ªculo 212: ¡°Corresponde al Govern elaborar y ejecutar el presupuesto¡±) y la Ley de Finanzas P¨²blicas de Catalu?a, que fija el 10 de octubre de cada a?o como fecha tope para llevar al Parlamento las cuentas del a?o siguiente.

Torra pretende esconder que quede patente tanto su fracaso en la gesti¨®n del Govern como que el independentismo no tiene mayor¨ªa en la calle y tampoco en la c¨¢mara auton¨®mica a la hora de llevar a cabo las normas m¨¢s elementales de su funci¨®n. Adem¨¢s, los independentistas han sido incapaces de forjar alianzas con la oposici¨®n, ni siquiera con los Comunes, con quienes, al menos sobre el papel, comparten la petici¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.

El Gobierno de Torra y el independentismo en general no terminan de aceptar que no tienen el apoyo m¨ªnimo necesario para seguir al frente de la principal instituci¨®n catalana, la Generalitat. Es verdad que tampoco la oposici¨®n es capaz de articular una mayor¨ªa alternativa, porque el primer partido de esa comunidad, Ciudadanos, sigue anclado en una estrategia parlamentaria sin fondo pol¨ªtico y se resiste a intentar siquiera una moci¨®n de censura. La cuesti¨®n es que Catalu?a necesita con urgencia un Gobierno efectivo a todos los efectos. M¨¢s all¨¢ de la falta de Presupuestos, la inacci¨®n gubernamental y la falta de cintura pol¨ªtica de sus partidos han condenado a la Generalitat al caos, con decenas de cargos institucionales pendientes de renovar, un presidente ausente y un Ejecutivo m¨¢s pendiente de las ¨®rdenes que le llegan desde Waterloo, o desde las prisiones, que del d¨ªa a d¨ªa de sus ciudadanos.

Urge que los ciudadanos vuelvan a tomar la palabra en Catalu?a, como lo har¨¢ el conjunto de los espa?oles el pr¨®ximo 28 de abril en unas elecciones generales que el presidente de Gobierno, Pedro S¨¢nchez, convoc¨®, precisamente, cuando no encontr¨® los apoyos suficientes para aprobar su propio proyecto de Presupuestos. Los independentistas, que contribuyeron decisivamente a la disoluci¨®n anticipada de las Cortes, pretenden ahora aplicarse otra vara de medir en Catalu?a.

No es de recibo sostener, como da por hecho el independentismo, que no se pueden convocar elecciones antes de la sentencia del juicio del proc¨¦s, para la que no hay fecha prevista. El propio presidente Torra admiti¨® en una entrevista el pasado 3 de agosto: ¡°Los Gobiernos acostumbran a dimitir si sus Presupuestos no son aprobados y me parece que esto es un mandato democr¨¢tico de autoexigencia¡±. Si no es capaz de articular una mayor¨ªa parlamentaria ni de garantizar una acci¨®n de gobierno normal, ha llegado el momento de que Torra se aplique su propia m¨¢xima y ponga las urnas para unas elecciones catalanas.