Los intentos de encerrar el feminismo en un relato falso
Estamos viendo c¨®mo se organiza una reacci¨®n que ataca las bases que han convertido al feminismo en un movimiento transversal
La movilizaci¨®n de este 8 de marzo ha sido un gran ¨¦xito repetido y aumentado. La eclosi¨®n reivindicativa del a?o pasado no ha perdido ni un ¨¢pice de su vitalidad. Al rev¨¦s. Si algo era notorio en cualquiera de las manifestaciones del viernes era la presencia masiva de chicas j¨®venes, incluso muy j¨®venes. Savia nueva para un movimiento que siempre ha sido plural y que ahora asusta mucho m¨¢s por su radical determinaci¨®n ¡ªen el sentido etimol¨®gico de la palabra radical¡ª de ir a la ra¨ªz, a las causas de la desigualdad.
Por eso esta vez estamos viendo c¨®mo se organiza una reacci¨®n que tiene distintos colores y voces, pero una misma estrategia: erosionar al feminismo atacando las bases que lo han convertido en un movimiento transversal capaz de abrazar toda la diversidad social y cultural. La operaci¨®n consiste en tratar de desnaturalizar el feminismo, despoj¨¢ndolo de su realidad, para volverlo a naturalizar, mediante un relato falso, como aquello que no es.
Vox es quien ha ido m¨¢s lejos en esa estrategia que tiene una dimensi¨®n global y se ha expresado el discurso beligerante y desacomplejado de pol¨ªticos como Donald Trump o Jair Bolsonaro. El paradigma de esa estrategia es el autob¨²s de Hazte O¨ªr con la imagen feminizada de Hitler junto al concepto feminazis. Semejante caracterizaci¨®n no es solo falsa, sino burda. Pero hay otras formas m¨¢s sutiles de atacar el feminismo. De entrada, present¨¢ndolo como una mera ideolog¨ªa. Una m¨¢s. No se trata de discutir sobre realidades, que con los datos en la mano son incontrovertibles, sino sobre ideas, un terreno en el que todo puede ser cuestionado. Y despu¨¦s, caracteriz¨¢ndolo como una ideolog¨ªa totalitaria y excluyente.
En la construcci¨®n de este relato ya no est¨¢ solo Vox. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n el PP de Pablo Casado cuando dice que las feministas enfrentan a las mujeres con los hombres y a las mujeres entre s¨ª. Y Ciudadanos, cuando se reclama feminista, pero le a?ade la etiqueta de liberal en contraposici¨®n a un supuesto feminismo autoritario y excluyente. Hasta ahora, la reacci¨®n al feminismo hab¨ªa sido pasiva: demostrad que hay desigualdad, dec¨ªan. Cientos, miles de estudios despu¨¦s, el feminismo se ha cansado de demostrar. Est¨¢ ya todo demostrado. Ahora hay que cambiar estructuras. Ante este desaf¨ªo, la reacci¨®n ya no esconde su agenda: defender el orden patriarcal.
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