En una burbuja
La militancia de Ciudadanos rechaza en Castilla y Le¨®n a la candidata de Rivera
Los partidos no son monol¨ªticos, dentro de ellos y bajo un paraguas com¨²n, siempre hay margen para la convivencia de una pluralidad de sensibilidades. Esto es lo que parece no haber entendido la c¨²pula de Ciudadanos cuando quiso imponer a Silvia Clemente como cabeza de lista del partido en la comunidad de Castilla y Le¨®n para las pr¨®ximas elecciones del 26 de mayo. Silvia Clemente tiene una historia detr¨¢s, ha sido en esa regi¨®n una de las figuras m¨¢s destacadas del Partido Popular durante 20 a?os: procuradora de la formaci¨®n en varias legislaturas, consejera de distintas ¨¢reas (medio ambiente, cultura y turismo, agricultura y ganader¨ªa) y presidenta de las Cortes durante estos ¨²ltimos cuatro a?os. El fichaje, aunque leg¨ªtimo, ten¨ªa un componente oportunista: el de aprovechar la corriente de apoyos que pod¨ªa generar una pol¨ªtica que conoce bien el terreno en el que se mueve. El problema con Clemente fue que durante la campa?a de primarias se deriv¨® a la v¨ªa penal una parte de un caso en el que se la investiga por haber favorecido con medio mill¨®n de euros a la empresa de su marido.
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Ciudadanos ha pretendido desde sus inicios tener la lucha contra la corrupci¨®n como una de sus principales se?as de identidad. Era previsible, por tanto, que una militancia sensible a esos valores no apoyara con sus votos a una candidata que llegaba con una mochila que despertaba suspicacias. Y que lo hiciera, adem¨¢s, para liderar a la formaci¨®n en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.
El l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, y quienes empujaron a Clemente a las primarias no supieron pulsar hasta qu¨¦ punto su candidatura pod¨ªa despertar reticencias. Lo que les ha estallado en las manos, sin embargo, ha sido la falta de limpieza del proceso. El equipo de Francisco Igea, el otro candidato, denunci¨® algunas irregularidades, y la Comisi¨®n de Garant¨ªas del partido le ha dado la raz¨®n y el triunfo tras haber hecho las oportunas pesquisas: 82 votos fueron declarados nulos.
El lamentable fraude en las urnas, que tendr¨¢ que ser investigado con pulcritud, representa un serio bald¨®n para la formaci¨®n naranja: una vez admitidas las irregularidades en la selecci¨®n de un candidato de primer¨ªsimo nivel es urgente aclarar qui¨¦n y c¨®mo se ha falseado el resultado. A favor de esa investigaci¨®n cuenta el digno papel que ha desempe?ado la Comisi¨®n de Garant¨ªas.
Lo que constituye la m¨¢s grave torpeza, sin embargo, es la de haber seguido adelante, contra viento y marea, apostando por una candidata que no se ajustaba a los c¨¢nones de regeneraci¨®n de los que el partido hace gala. La c¨²pula, arrastrada por el af¨¢n de ganar a toda costa, no ha logrado salir de la burbuja en la que se construyen las grandes directrices que est¨¢n marcando su estrategia para crecer en las pr¨®ximas elecciones. Y, por tanto, no ha sabido escuchar otras voces dentro de la propia formaci¨®n, distanci¨¢ndose as¨ª, abiertamente, de algunos de los valores que, en la teor¨ªa, ha defendido con m¨¢s insistencia.
La resaca de esta deriva autocomplaciente puede darle todav¨ªa m¨¢s dolores de cabeza a Rivera. Ya son varias las agrupaciones que han pedido revisar los resultados de sus propias primarias, por si hubiera habido tambi¨¦n tongo. El escenario m¨¢s peligroso para Ciudadanos es que la trifulca desdibuje las credenciales de renovaci¨®n con que pretende conquistar el poder.
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