Preparados ante el Brexit
La m¨¢xima prioridad del Gobierno de Espa?a siempre ha sido la misma: ofrecer rigor, certidumbre y seguridad en este proceso, especialmente a ciudadanos y actores econ¨®micos
El Parlamento brit¨¢nico ha decidido rechazar la ratificaci¨®n del Acuerdo de Retirada alcanzado entre los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea y el Gobierno de Reino Unido. Lo ha hecho a pesar de las garant¨ªas suplementarias que, con gran esfuerzo, se hab¨ªan ofrecido por parte de la Uni¨®n. Esta decisi¨®n, que lamento profundamente, supone prolongar el contexto de incertidumbre a poco m¨¢s de dos semanas de la fecha en que te¨®ricamente deber¨ªa materializarse el Brexit. Hay muchas lecciones que podemos extraer de un proceso que mantiene al pueblo brit¨¢nico en un aut¨¦ntico callej¨®n sin salida.
Es imposible entender el Brexit sin tener en cuenta la conjunci¨®n de tres factores. Un nacionalismo que propugna el repliegue desde la exaltaci¨®n de mitos y falsas nostalgias, el avance de la extrema derecha y la simplificaci¨®n de la democracia en torno a la figura del refer¨¦ndum como herramienta desde la que ofrecer respuestas simples a problemas complejos.
Los a?os previos a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum de junio de 2016 estuvieron marcados por el auge del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP). Una fuerza pol¨ªtica que hizo de la salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea la raz¨®n de toda su existencia. Para que su relato pudiera avanzar en la sociedad brit¨¢nica recurri¨® a la demonizaci¨®n constante de la Uni¨®n Europea y al olvido consciente de las necesidades reales de los ciudadanos. Todo con un ¨²nico fin: que la salida del Reino Unido de la Uni¨®n monopolizase la agenda pol¨ªtica.
Vimos reproducirse un fen¨®meno ya conocido en la historia de este continente: un sector minoritario y extremista impone sus ideas por la v¨ªa de condicionar a otros actores pol¨ªticos. Actores que sacrifican el pragmatismo con consecuencias devastadoras.
El refer¨¦ndum tuvo lugar, con el resultado que todos conocemos.
El m¨¦todo de decisi¨®n no es ajeno a las circunstancias en las que hoy nos encontramos: una respuesta sencilla ¡ªs¨ª o no¡ª a preguntas complejas que tienen consecuencias trascendentales. Un mecanismo de decisi¨®n binaria, con alternativas mutuamente excluyentes, que negaban la riqueza de matices que es propia de la democracia. Esa es la visi¨®n de la democracia que merece la pena ser preservada en Europa.
En la campa?a sirvieron todo tipo de exageraciones y mentiras. Se dijo que habr¨ªa recursos adicionales para el Sistema Nacional de Salud; que habr¨ªa acceso al mercado ¨²nico o que decenas de acuerdos comerciales estar¨ªan listos inmediatamente.
La m¨¢xima prioridad del Gobierno de Espa?a siempre ha sido la misma: ofrecer rigor, certidumbre y seguridad en este proceso ¡ªespecialmente a ciudadanos y actores econ¨®micos¡ª y fortalecer los cimientos de la relaci¨®n futura con un pa¨ªs con el que nos unen profundos v¨ªnculos de toda naturaleza.
En un d¨ªa como el de hoy, lo importante es que Espa?a ha hecho su tarea. Los espa?oles estamos preparados para cualquier escenario, con acuerdo o sin acuerdo.
Para gestionar con certidumbre la salida del Reino Unido, el pasado mes de noviembre, una vez verifiqu¨¦ las garant¨ªas sobre Gibraltar que Espa?a necesitaba, los jefes de Estado y de Gobierno endosamos el Acuerdo de Retirada y aprobamos la Declaraci¨®n Pol¨ªtica sobre la relaci¨®n futura.
Este Acuerdo ofrece tranquilidad y seguridad a los ciudadanos que han tomado decisiones vitales basadas en la pertenencia de Reino Unido a la Uni¨®n durante d¨¦cadas, al tiempo que preserva sus derechos y garantiza que el Reino Unido cumplir¨¢ con los compromisos financieros adquiridos en el tiempo en que ha sido miembro de la Uni¨®n Europea.
Tambi¨¦n prev¨¦ un per¨ªodo transitorio que permitir¨¢ una adaptaci¨®n progresiva a las nuevas circunstancias, as¨ª como avanzar en la negociaci¨®n sobre la relaci¨®n futura entre la Uni¨®n y el Reino Unido.
El Acuerdo garantiza, asimismo, que la frontera entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte seguir¨¢ siendo invisible, preservando la paz y el esp¨ªritu de los Acuerdos de Viernes Santo. Por cierto, pocos ejemplos mejores que este sirven para ilustrar con m¨¢s claridad el papel clave jugado por Europa para curar heridas larvadas durante generaciones. Heridas abiertas en torno a fronteras olvidadas que algunos tanto desean volver a erigir.
El Acuerdo ofrece todas las garant¨ªas, certeza y seguridad posibles para una retirada ordenada. Y se complementa con una Declaraci¨®n Pol¨ªtica que marca el camino hacia una relaci¨®n futura mutuamente provechosa.
En lo que respecta a Gibraltar, el Consejo Europeo y la Comisi¨®n adoptaron una declaraci¨®n conjunta en la que, por primera vez en la historia, se reconoce un papel determinante a Espa?a, incluyendo el derecho de veto sobre las futuras relaciones entre la colonia y la Uni¨®n. Las garant¨ªas obtenidas se han visto reforzadas al incluir la clarificaci¨®n sobre el ¨¢mbito territorial del art¨ªculo 184 del Acuerdo de Retirada en el nuevo instrumento conjunto. Gracias a ello, estamos en una posici¨®n privilegiada para construir el futuro de prosperidad compartida entre el Campo y Gibraltar en las pr¨®ximas d¨¦cadas.
Para alcanzar este acuerdo, los 27 Estados miembros hicimos un esfuerzo m¨¢ximo de flexibilidad. Lamentablemente, cuando el nacionalismo m¨¢s intransigente monopoliza el debate toda concesi¨®n o pacto se interpreta como una traici¨®n.
En enero, el Parlamento brit¨¢nico se encontr¨® frente a los dilemas planteados por la destrucci¨®n de un entramado de relaciones pol¨ªticas, jur¨ªdicas y econ¨®micas de m¨¢s de 45 a?os. Fue la l¨®gica culminaci¨®n de un proceso contaminado por la ret¨®rica simplista planteada por una herramienta divisiva como el refer¨¦ndum.
Los diputados ni ratificaron el Acuerdo de Retirada, ni pudieron alcanzar un m¨ªnimo consenso sobre las posibilidades reales existentes: salida sin acuerdo, el Acuerdo negociado o permanencia en la Uni¨®n Europea. A la exaltaci¨®n m¨¢xima de la decisi¨®n v¨ªa refer¨¦ndum ha seguido un bloqueo pol¨ªtico total.
En cualquier caso, ante la posibilidad de una salida sin acuerdo, quisiera transmitir un mensaje de tranquilidad. El Gobierno de Espa?a aprob¨® el pasado 1 de marzo un real decreto con medidas de contingencia, que cubre todos los aspectos ligados a la retirada. Tambi¨¦n ha tomado medidas de car¨¢cter log¨ªstico, con la aprobaci¨®n de una oferta de empleo p¨²blico para los sectores m¨¢s afectados, como las aduanas.
La Comisi¨®n Europea, por su parte, ha adoptado las medidas necesarias en los ¨¢mbitos de su competencia.
Tras su retirada, el Reino Unido dejar¨¢ de formar parte de la Uni¨®n Europea, pero no de Europa. Seguir¨¢ siendo un socio de gran importancia, especialmente para Espa?a, primer pa¨ªs por n¨²mero de residentes y turistas brit¨¢nicos en la Uni¨®n Europea.
Las medidas que hemos adoptado protegen los derechos de los ciudadanos brit¨¢nicos residentes en Espa?a, y el Gobierno brit¨¢nico ha anunciado que har¨¢ lo propio con los residentes espa?oles.
Nuestras relaciones bilaterales son, y seguir¨¢n siendo, excelentes y el Reino Unido podr¨¢ contar con Espa?a como socio y aliado. De cara a la relaci¨®n futura, deseo mantener la mayor movilidad para nuestros ciudadanos y conectividad entre nuestros dos pa¨ªses, as¨ª como una cooperaci¨®n lo m¨¢s cercana posible en el ¨¢mbito de la seguridad, la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo.
La Uni¨®n, ocurra lo que ocurra a partir de ahora, debe continuar el proceso de integraci¨®n. Las pr¨®ximas elecciones europeas constituir¨¢n un momento decisivo. Se enfrentan dos opciones claramente definidas.
Una apela al pasado, el rechazo a la diversidad y el temor al futuro. La otra opci¨®n la representan fuerzas pol¨ªticas decididamente europe¨ªstas, que apuestan por la raz¨®n y el sentido com¨²n, a trav¨¦s del pacto y el esp¨ªritu de acuerdo. Es el momento de dar un paso al frente por esa Europa. Es el momento de proteger Europa si queremos una Europa que nos proteja.
El jueves que viene, en el Consejo Europeo, seguir¨¦ trabajando para garantizar la seguridad y certidumbre de los espa?oles y europeos. Por la vigencia de un marco ¨²nico en el mundo, que requiere del compromiso de Gobiernos europe¨ªstas para seguir avanzando. En defensa del modelo europeo. El ¨²nico que ha sabido conjugar desarrollo econ¨®mico y primac¨ªa de derechos, libertades y valores por los que merece la pena seguir luchando.
Pedro S¨¢nchez es presidente del Gobierno de Espa?a.
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