Que conste
La mujer no era consciente de mi escucha porque en un vag¨®n de metro cada uno va a lo suyo, a su m¨®vil, a sus apuntes, a su conversaci¨®n, a sus preocupaciones
La mujer telefone¨® al instituto de su hijo y pidi¨® hablar con su tutor. Todos, en el vag¨®n de metro, iban a lo suyo, menos yo, que iba a lo de la mujer. ¡°Soy la madre de Samuel¡±, dijo, ¡°necesito saber c¨®mo va porque seg¨²n ¨¦l saca de notables para arriba, pero no me lo creo¡±. La mujer call¨® y escuch¨®, y mientras callaba y escuchaba lanzaba suspiros de desesperaci¨®n que romp¨ªan el alma. Mir¨¦ en derredor y todo el mundo segu¨ªa en lo suyo. Solo yo continuaba en lo de la mujer, pobre, que se tapaba la cara con la mano izquierda mientras sosten¨ªa el m¨®vil con la derecha. Gem¨ªa de impotencia al escuchar lo que el tutor de Samuel le dec¨ªa y que yo pod¨ªa imaginar perfectamente: que el chico faltaba a clase, que cuando iba no prestaba atenci¨®n, que lo hab¨ªa suspendido todo¡
Tras colgar se encogi¨® en el asiento a punto de romper a llorar, de romper a llorar tan cerca de un desconocido como yo. No era consciente de mi escucha porque en un vag¨®n de metro cada uno va a lo suyo, a su m¨®vil, a sus apuntes, a su conversaci¨®n, a sus preocupaciones. Pasado lo peor de la crisis, telefone¨® a Samuel. Le dijo en voz baja, aunque en un tono de enorme violencia, que se cagaba en la madre que lo hab¨ªa parido y que lo sab¨ªa todo porque acababa de hablar con su tutor del instituto. Y que cuando ella llegara a casa ajustar¨ªan cuentas. ¡°No digas nada¡±, cort¨® tajantemente las excusas, supuse, de Samuel, ¡°no digas nada que estoy que me subo por las paredes, embustero, me vas a matar si no te mato yo antes¡±. La mujer colg¨® y ocult¨® con desaliento el rostro entre las manos. Este triste suceso ocurri¨® entre las estaciones de Ciudad Lineal y Alonso Mart¨ªnez de la l¨ªnea 5 del metro de Madrid un jueves de febrero del a?o en curso. Para que conste.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.