Zidane s¨ª quer¨ªa saber

Pocas cosas da?an m¨¢s la reputaci¨®n de un peri¨®dico que tener en los quioscos una noticia impresa con un titular que los hechos desmienten el mismo d¨ªa. Ocurri¨® el pasado lunes. ¡°Zidane no quiere saber nada¡±, dec¨ªa un titular junto a este sumario: ¡°Florentino P¨¦rez manda a un cargo intermedio a consultar al franc¨¦s, que se niega a hacerse cargo del banquillo del Madrid con la temporada en curso¡±. Esa tarde, el club anunciaba el contrato con Zidane hasta junio de 2022.

El peri¨®dico se equivoc¨®, pero se distingue por reconocerlo. Aduce el firmante que los contactos del club con Zidane cambiaron a lo largo de los d¨ªas ¡ªde un rechazo inicial a la aceptaci¨®n final¡ª y asume que fue ¡°desacertado¡± elegir un titular ¡°imprudente por tajante¡± cuando las negociaciones continuaban.

Las cr¨ªticas llegaron por doquier. ¡°?Le podr¨ªa preguntar de d¨®nde sac¨® el titular?¡±, me escribi¨® Domingo Ochoa. Denunciaba una carencia b¨¢sica en la noticia: no mencionaba fuente alguna. Incumpl¨ªa, por tanto, un principio elemental del Libro de estilo, que dice que las informaciones ¡°solo¡± pueden ser obtenidas por la presencia en el lugar de los hechos, la narraci¨®n por una tercera persona o el manejo de documentos. ¡°El lector¡±, advierte, ¡°tiene derecho a conocer cu¨¢l de las tres posibilidades se corresponde con la noticia¡±.

Ni el firmante de la noticia ni la cadena de mando respetaron ese derecho, que es del lector, no de los periodistas. Argumenta el autor que su fuente era una persona del club implicada en la b¨²squeda de entrenadores, pero que en estos casos los informantes hablan bajo condici¨®n de anonimato. L¨®gico. Es una pr¨¢ctica habitual en nuestro oficio, que admite sin problemas f¨®rmulas para respetar ese anonimato. Lo que no admite es no citar fuente alguna, un defecto que resta credibilidad a las informaciones.

Fuera quien fuera, la fuente result¨® inadecuada. Lo demostraba una frase del texto. ¡°La relaci¨®n entre Florentino P¨¦rez y Zinedine Zidane¡±, dec¨ªa, ¡°acab¨® tan deteriorada tras la renuncia del t¨¦cnico a dirigir el equipo el pasado junio, que ni el presidente ni su mano derecha, Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez, se atrevieron a llamarle directamente para ofrecerle el puesto. En su lugar mandaron a un funcionario de rango medio¡±. Pues bien, Zidane dijo ante Florentino: ¡°Me llam¨® el presidente y, como quiero al presidente y al club, aqu¨ª estoy¡±.

Declaraciones anodinas se adjudican a menudo a personas sin identificar. Es poco cre¨ªble que los autores de frases tan simples exijan el anonimato

El autor de la informaci¨®n alega que ¨¦l escribi¨® lo que su informante le transmiti¨® al final de la semana, pero despu¨¦s hubo novedades que ¨¦l desconoc¨ªa. Lo cierto es que el peri¨®dico no ha aportado ning¨²n detalle para contradecir esa rotunda afirmaci¨®n de Zidane ante P¨¦rez.

Por razones diferentes, muchos lectores se sintieron tambi¨¦n desconcertados por otro titular en portada hace dos semanas: ¡°Un sector del Supremo duda de que el proc¨¦s encaje en el tipo penal de rebeli¨®n¡±. Como a otros asiduos de EL PA?S, a J. L. Mosquera le extra?a que ¡°algunos miembros del alto tribunal¡± ¡ªla principal fuente mencionada¡ª ¡°se atrevan¡± a comentar eso a periodistas cuando a¨²n faltan por testificar testigos clave.

Otro lector, Luis Serrano, recuerda mi compromiso de vigilar el uso adecuado de las fuentes ¡ªcuanto m¨¢s concretas, mejor¡ª y se pregunta por qu¨¦ los dos autores de la informaci¨®n no precisaron a qu¨¦ sector del Supremo ¡ªque tiene 75 magistrados¡ª se refer¨ªan. ¡°Podr¨ªan habernos ilustrado si el sector es de (la sala de lo) penal, civil o militar; si son m¨¢s de Jueces para la Democracia (progresistas), Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (conservadora) o la Francisco de Vitoria (sin asignaci¨®n ideol¨®gica), o de todos; incluso, si alguno forma parte del tribunal que juzga los hechos¡±.

Uno de los autores se?ala que la informaci¨®n respondi¨® al debate sobre el tipo de delito aplicable y que la noticia fue contrastada con varios magistrados, pero que no se precis¨® m¨¢s su origen para salvaguardar el anonimato de los informantes en un tema ¡°tan delicado¡±.

Si el argumento vale en este caso sensible ¡ªo en el de Zidane¡ª, no tiene justificaci¨®n en muchos otros, lo que demuestra el abuso de fuentes an¨®nimas. Un ejemplo ha sido la informaci¨®n de hace 15 d¨ªas sobre la disputa de votos en la ¡°Espa?a vac¨ªa¡±, en esas provincias poco pobladas en las que los esca?os cambian por un pu?ado de papeletas.

En la larga informaci¨®n no se menciona ni una fuente con nombres y apellidos. Y no porque se diga algo comprometido. Al contrario. Frases tan anodinas como ¡°tienes que decidir d¨®nde pones tus fuerzas, apostar a provincias clave¡± o ¡°puede que un bloque gane en votos, pero no en esca?os, con la pol¨¦mica que eso traer¨¢¡± son adjudicadas a fuentes como ¡°sentencian desde Ciudadanos¡± o ¡°resume un diputado¡±. Es poco cre¨ªble que los autores de esas simples frases exigieran el anonimato.

Es la credibilidad la que est¨¢ en juego y por eso no podemos jugar con ella.

defensor@elpais.es