Sector en reconversi¨®n
La ca¨ªda de la demanda y el coche el¨¦ctrico impactan en la industria del autom¨®vil
El sector del autom¨®vil en Europa afronta una profunda transformaci¨®n, determinada b¨¢sicamente por dos hechos: el descenso de la demanda y el imperativo de la transici¨®n al veh¨ªculo el¨¦ctrico. Sus consecuencias a corto plazo sobre el empleo y las exportaciones ya son expl¨ªcitas, y es de esperar que las ganancias de eficiencia asociadas a la extensi¨®n de la electrificaci¨®n compensen, aunque solo ser¨¢ a medio y largo plazo, parte de esos costes.
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De la primera l¨ªnea de influencia ya se disponen evidencias. El estancamiento de la econom¨ªa alemana en la segunda mitad de 2018 tuvo como uno de los principales responsables al sector del autom¨®vil. No solo por las especificaciones medioambientales, sino tambi¨¦n por la ca¨ªda en la demanda internacional. Al margen de algunos factores coyunturales, la demanda seguir¨¢ moder¨¢ndose en la medida en que sigan cambiando las preferencias en los usos, incluido el desplazamiento por medios de transporte alternativos, sobre todo en las ciudades. Todo ello, en el contexto de una severa competencia entre las empresas del sector: en precios y en un estrechamiento de los m¨¢rgenes.
Las otras presiones que act¨²an sobre ese sector son las vinculadas a las exigencias de transici¨®n al veh¨ªculo el¨¦ctrico. Los procesos de producci¨®n tradicionales de las compa?¨ªas, incluidas las de componentes, habr¨¢n de adecuarse a tecnolog¨ªas y ofertas distintas. La necesaria adaptaci¨®n hacia una industria limpia de emisiones contaminantes es un imperativo categ¨®rico que generar¨¢ beneficios indudables, incluidos los relacionados con la inversi¨®n y con el despliegue de nuevas tecnolog¨ªas y nuevos empleos, en promedio m¨¢s cualificados. Pero en esa transici¨®n habr¨¢ ajustes de capacidad, muchos de ellos derivados de la menor carga de trabajo por unidad producida, lo que de forma ya visible se est¨¢ traduciendo en reducciones netas de plantillas en algunas compa?¨ªas.
No ha de extra?ar que se empiecen a considerar operaciones de integraci¨®n entre empresas. Cuesti¨®n distinta es que las hipot¨¦ticas fusiones consigan garantizar la viabilidad. Especialmente si a las dos tendencias citadas se a?ade la imposici¨®n de medidas proteccionistas por parte de los EE?UU de Donald Trump o un desenlace del Brexit que comprometa las exportaciones de autom¨®viles al Reino Unido de pa¨ªses como Alemania o Espa?a.
La precariedad de Europa vuelve a manifestarse en un sector esencial. Con independencia de actuaciones estimuladoras puntuales de la demanda en algunos pa¨ªses con posibilidades para hacerlo, desde las instancias europeas deber¨ªa facilitarse esa transici¨®n mediante la intensificaci¨®n de la inversi¨®n y coinversiones con el sector privado, entre otros destinos en aquellos que favorezcan la adopci¨®n de energ¨ªas limpias.
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