Reformas sin enga?os en Nicaragua
Daniel Ortega disfruta de la tregua derivada de la colocaci¨®n de las bater¨ªas norteamericanas frente al palacio de Miraflores de Caracas
Cuba es un hueso m¨¢s duro de roer, y su asedio por EE?UU proseguir¨¢ combinando embargo y hostigamiento, pero si la Venezuela chavista cae, la Nicaragua sometida por Daniel Ortega y Rosario Murillo deber¨¢ apretarse los machos y afrontar un prolongado aislamiento de no corregir su tramposa democracia. La pareja presidencial disfruta de la tregua derivada de la colocaci¨®n de las bater¨ªas norteamericanas frente al palacio de Miraflores de Caracas, que ajustan el tiro sobre la marcha porque el blanco es movedizo.
Si el ca?oneo destruye a Maduro, se retomar¨¢ con mayor intensidad el bombardeo de Managua y La Habana, una pieza mayor para los artilleros de origen cubano que tienen acceso a los gatillos de la Casa Blanca. Tratando de abrir un hueco en el cerco punitivo impuesto por Washington, secundado por la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y la UE, Ortega se comprometi¨® a liberar a todos los presos en 90 d¨ªas. Cuando los libere, siempre podr¨¢ encarcelar a otros para renovar la despensa negociadora, en un bucle denunciado por la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos y otras organizaciones.
Sin apenas fuerzas para el enroque indefinido, el sandinismo cede a las presiones, pero no tanto de la oposici¨®n y la OEA como de los capitanes de grandes empresas y el obispado cat¨®lico, que fueron cooperadores necesarios en el proceso de adulteraci¨®n de su democracia, ileg¨ªtima al haber pervertido sus valores y devenir en autocracia. Avergonzados por la criminalizaci¨®n de las protestas antigubernamentales, sofocadas a sangre y fuego, los socios de conveniencia del otrora comandante revolucionario tratan de salvar la cara exigi¨¦ndole concesiones. Se trata de recuperar la credibilidad de las elecciones nicarag¨¹enses como mecanismo de alternancia en el poder.
Las urnas del pa¨ªs centroamericano perdieron su fiabilidad a partir de las generales de 2006 y municipales de 2012, cuando las sucesivas componendas constitucionales y legislativas del sandinismo y un partido liberal zombi consolidaron la domesticaci¨®n de las autoridades electorales y los tribunales de justicia a fin de garantizar el triunfo de las candidaturas oficialistas y la indefinida reelecci¨®n de Ortega.
Gobierno y oposici¨®n negocian una salida. La influencia del Vaticano en la mesa que aborda el reencauzamiento de la crisis es reveladora, al igual que el lugar de los encuentros: la sede del Instituto Centroamericano de Administraci¨®n de Empresas. El nudo gordiano es acordar unas elecciones limpias rompiendo el cord¨®n umbilical entre el sandinismo oficial y sus c¨®mplices en la judicatura y Consejo Supremo Electoral. Pidiendo la luna a beneficio de inventario, la Conferencia Episcopal propuso la anticipaci¨®n de las generales de 2021, que Ortega rechaz¨® convocando al ¡°intercambio constructivo¡±. Pide tiempo. Debiera conced¨¦rsele para reformar la ley org¨¢nica del Parlamento y permitir la pronta enmienda de la Constituci¨®n; tambi¨¦n para renunciar al control del Ej¨¦rcito, Polic¨ªa, aparato judicial, Tribunal de Cuentas, y otros resortes de poder y manipulaci¨®n.
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