Elogio del derecho
Tenemos la ocasi¨®n de aprender mucho en este juicio, aprender derecho sin duda, pero tambi¨¦n tolerancia y respeto mutuo
El juicio oral que se desarrolla en la Sala Segunda del Tribunal Supremo es una extraordinaria ocasi¨®n para aprender derecho y entenderlo como uno de los grandes avances de nuestra civilizaci¨®n. Recuerdo una gran pel¨ªcula, El ¨¢rbol del ahorcado, dirigida por Delmer Daves y protagonizada por Gary Cooper, Mar¨ªa Schell y el gran Karl Malden, en la cual las masas, la gente, la turba, la multitud o como se la quiera llamar, sin atenerse a leyes, procedimientos ni pruebas, sino s¨®lo a conjeturas e intuiciones, decid¨ªan en unos pocos minutos qui¨¦n era el culpable de un crimen e, inmediatamente, tras preparar la soga, se preparaban para ahorcarle, en realidad, para asesinarle. Esto suced¨ªa en el salvaje Oeste americano, en un apartado rinc¨®n de aquel vasto territorio sin Estado y sin derecho, cuya m¨¢xima autoridad era el conjunto del pueblo que expresaba su voluntad sin atenerse a ley alguna, eso que ahora gusta a tantos, entre ellos el actual presidente de la Generalitat.
Pues bien, aquel acto representaba la barbarie, lo que los cl¨¢sicos del pensamiento liberal llamaban ¡°estado de naturaleza¡±, en el cual cada persona era libre e igual a las dem¨¢s, pero defend¨ªa su propia esfera de libertad individualmente con sus propias armas, dada la carencia de leyes que le otorgaran derechos y de leg¨ªtimas autoridades representativas con el deber de defenderla de acuerdo con estas leyes. En cambio, las sesiones que podemos seguir en directo por televisi¨®n del juicio que se desarrolla en la Sala Segunda del Tribunal Supremo es lo contrario de la barbarie, es la civilizaci¨®n, los argumentos de la raz¨®n tratando de resolver conflictos sociales conforme a lo regulado por las leyes penales y procesales.
En efecto, el juicio resulta ejemplar. Es la seriedad que garantiza la aplicaci¨®n de reglas previas frente a situaciones tumultuarias que se desarrollan sin reglas, sin leyes, como en la citada pel¨ªcula. Lo primero conduce a resolver problemas, lo segundo a crearlos.
Un proceso judicial es, quiz¨¢s, el momento en el cual el derecho culmina su tarea ordenadora de la sociedad, el ¨²ltimo recurso ante un conflicto. S¨®lo hay proceso si previamente hay conflicto y ¨¦ste no se ha podido resolver por otros procedimientos. Y en este proceso que soluciona un conflicto tienen tres grandes protagonistas, la acusaci¨®n y la defensa, partes litigantes enfrentadas que exponen sus razones, y un juez neutral que los escucha, valora los argumentos y dicta sentencia. Todo ello presidido por normas que derivan de grandes principios, entre otros, como fundamentales, igualdad de partes, contradicci¨®n, publicidad, independencia judicial y presunci¨®n de inocencia.
Los espa?oles tenemos la ocasi¨®n de aprender mucho en este juicio, aprender derecho sin duda, pero tambi¨¦n tolerancia, respeto mutuo y otras formas civilizadas de relaci¨®n entre nosotros.
Francesc de Carreras en catedr¨¢tico de Derecho Constitucional y fundador de Ciudadanos.
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