Amistades beneficiosas
En esta campa?a, los mensajes de nuestros pol¨ªticos est¨¢n cargados de agresividad y desprovistos de colmillo intelectual. Pero ?qui¨¦n le dice al emperador que est¨¢ desnudo?
Dicen que en pol¨ªtica no hay amigos. Pero deber¨ªa haberlos, porque los pol¨ªticos necesitan a los amigos m¨¢s que nadie. Y no para decirles lo maravillosos que son, sino lo desagradables que pueden llegar a ser. Para decirles la verdad que no quieren o¨ªr. Es lo que hacen los amigos de verdad.
Por ejemplo, cuando el presidente estadounidense que acumul¨® m¨¢s poder en todo el siglo XX, Franklin D. Roosevelt, quiso apuntalar su apogeo intentando politizar el Tribunal Supremo, fueron congresistas amigos suyos quienes le pararon los pies. Si Roosevelt hubiera tenido palmeros, el destino de la democracia norteamericana, y de todo el planeta en v¨ªsperas de la guerra mundial, podr¨ªa haber sido distinto. Quienes socavan las democracias son los l¨ªderes carism¨¢ticos que suscitan los aplausos m¨¢s entusiastas. Por eso, precisan estar rodeados de amigos que los bajen a tierra cuando se van por las nubes.
Pero la amistad en pol¨ªtica ya no se lleva. A juzgar por c¨®mo han confeccionado las listas para la retah¨ªla de elecciones que tenemos esta primavera, los dirigentes de nuestros partidos no quieren enemigos, pues han purgado sin contemplaciones a todo tipo de disidentes, pero tampoco amigos. Quieren ac¨®litos. La lealtad al l¨ªder cotiza m¨¢s que tener criterio propio. Con lo que muchos pol¨ªticos con talento y experiencia est¨¢n siendo arrinconados. Piensan demasiado. Ergo, pueden llevar la contraria.
Es un c¨ªrculo vicioso. Los pol¨ªticos de envergadura, anticipando su magro destino, abandonan el barco antes de ser defenestrados. Y, as¨ª, la fracci¨®n de pol¨ªticos serviles crece a¨²n m¨¢s.Los partidos lo est¨¢n supeditando todo a la cohesi¨®n interna, sin darse cuenta de que es pan para hoy y hambre para ma?ana. En las sedes centrales, los directores de orquesta creen que, si se aparcan las voces discordantes, nadie va a desafinar. Todo el mundo ir¨¢ remando en la misma direcci¨®n. Y eso es posible, pero tambi¨¦n es probable que, cuando aceche cualquier tormenta pol¨ªtica, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil cambiar de rumbo. ?Qui¨¦n le va a decir al capit¨¢n Casado, al capit¨¢n Rivera o al capit¨¢n S¨¢nchez que, por ejemplo, las apelaciones a la felon¨ªa, la traici¨®n o los viernes sociales se les est¨¢n yendo de las manos?
En esta campa?a, los mensajes de nuestros pol¨ªticos est¨¢n cargados de agresividad y desprovistos de colmillo intelectual. Pero ?qui¨¦n le dice al emperador que est¨¢ desnudo? @VictorLapuente
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