Moise Kean, v¨ªctima del racismo y de la incomprensi¨®n de sus compa?eros
El jugador de la Juventus y de la selecci¨®n italiana, hijo de marfile?os, se encar¨® con la hinchada del Cagliari que le despreciaba y fue censurado por Bonucci y Allegri
![Moise Kean desaf¨ªa a los hinchas del Cagliari.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OLTIGLMTYJPXD67MHIWLT2FEKQ.jpg?auth=2c3eed9ec7dbdcdcd023cf132fcf59c6a2922486889e8e7292f92ad8ffbbccdb&width=414)
Moise Kean se siente fuerte. Muy fuerte. Tiene argumentos. Fue el primer jugador nacido en este siglo en debutar en la Serie A y en meter un gol como profesional en las cinco grandes Ligas europeas. Esta temporada sumaba dos goles con la selecci¨®n de Italia en dos partidos oficiales y hab¨ªa metido cuatro en los 180 minutos disputados con la Juventus entre Copa y Liga. Con solo 19 a?os se sent¨ªa plet¨®rico cuando este martes visit¨® el campo del Cagliari, el Arena Cerde?a. Tan fuerte que al escuchar c¨¢nticos racistas desde la curva norte, justo detr¨¢s de la porter¨ªa local, tom¨® nota. En el minuto 85, le gan¨® la espalda a Srna en una exhibici¨®n de potencia, meti¨® el 0-2 definitivo y se present¨® ante la valla que lo separaba de los fan¨¢ticos. Hizo la estatua y abri¨® los brazos en cruz desafiando a sus acosadores a mostrarse tal y como son. Figura emergente del calcio, Kean se siente poderoso con una particularidad. Es hijo de padres marfile?os emigrados el siglo pasado. Es negro como el ¨¦bano en el pa¨ªs de Matteo Salvini.
El revuelo que desat¨® Keane con su sencillo gesto solo puede explicarse en un clima de tensi¨®n exacerbada. El ¨¢rbitro pidi¨® al speaker del campo que exigiera a los hinchas por megafon¨ªa que interrumpieran sus gritos simiescos. Amigos del orden por encima de cualquier consideraci¨®n, al acabar el partido los l¨ªderes de las partes implicadas mostraron una moderada equidistancia. Leandro Bonucci, jefe de la defensa juventina, dijo: ¡°Ha habido un buuu racista despu¨¦s del 0-2 pero la culpa se divide al 50%, porque Kean debe contenerse m¨¢s y pensar en celebrar con el equipo. Los jugadores deben dar el ejemplo a los aficionados, no deben hacer estas cosas. Kean se ha equivocado y la curva se ha equivocado¡±.
Hasta su entrenador, el t¨¦cnico de la Juventus, Massimiliano Allegri, le reprendi¨®: ¡°Kean debe madurar y respetar al adversario¡±. M¨¢s natural result¨® el negacionismo del presidente del Cagliari, Tommaso Giulini: ¡°Si hubiera marcado Bernardeschi [el delantero rubio de la Juventus] habr¨ªa ocurrido lo mismo. No instrumentalicemos la cosa. Kean ha fallado y eso me lo han reconocido hasta los jugadores de la Juve. El Cagliari rechaza las acusaciones de racismo¡±.
¡°Me disgusta escuchar tanto moralismo¡±, dijo Giulini, que record¨® en los t¨¦rminos al ministro del interior italiano. Cuando Matteo Salvini defiende su pol¨ªtica de puertas cerradas a la inmigraci¨®n se refiere a sus cr¨ªticos como ¡°buenistas¡±.
Si el f¨²tbol italiano vive peri¨®dicamente agitado por manifestaciones racistas en las hinchadas, el Arena de Cerde?a es un estadio se?alado. En 2010, tras la denuncia de Samuel Eto¡¯o, autor entonces del gol del triunfo del Inter (0-1), el ¨¢rbitro suspendi¨® el partido durante tres minutos por cantos racistas. En 2017, Sulley Muntari, jugador del Pescara, abandon¨® el campo tras sentirse v¨ªctima de expresiones racistas. En 2018, Blaise Matuidi, jugador de la Juve, denunci¨® gritos racistas en las gradas del campo del Cagliari. Ayer Matuidi estaba de regreso y no pudo reprimir su indignaci¨®n. Tampoco se pudieron inhibir muchos jugadores negros, que, como Raheem Sterling o Patrice Evra, respaldaron a Kean en las redes sociales y criticaron actitudes como la de Bonucci.
El padre de Kean, el marfile?o Biorou Jean Kean, votante declarado de la Liga Norte, confes¨® la semana pasada en un programa de la RAI que es contrario a la entrada de inmigrantes en Italia. Tambi¨¦n dijo que a ¨¦l todav¨ªa no le conceden la nacionalidad italiana despu¨¦s de 20 a?os de residencia y solicitudes. Su hijo, en cambio, s¨ª tiene pasaporte. Naci¨® en Vercelli, ciudad del Piamonte, a pesar de lo cual los reporteros no dejan de preguntarle si se siente italiano. ¡°No me siento¡±, responde ¨¦l, ¡°yo soy italiano¡±.
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