Consumo de cannabis en adolescentes: cuanto m¨¢s precoz y habitual, mayor riesgo de depresi¨®n
As¨ª lo refleja un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en 'JAMA Psychiatry'
El consumo de cannabis en preadolescentes y adolescentes est¨¢ asociado con un riesgo significativamente mayor de desarrollar depresi¨®n o suicidio en la edad adulta temprana, seg¨²n afirma el estudio ¡°Asociaci¨®n del consumo de cannabis en la adolescencia y el riesgo de padecer depresi¨®n, ansiedad o tendencias suicidas en la edad adulta temprana¡±, publicado recientemente en Jama Psychiatry. Para la elaboraci¨®n de este estudio se han seleccionado un total de 3.142 art¨ªculos, de los cuales 269 se sometieron a una revisi¨®n del texto completo, 35 fueron revisados adicionalmente y adem¨¢s se incluyeron 11 estudios en los que participaron un total de 23.317 individuos. De este modo, se evalu¨® el consumo de cannabis en adolescentes menores de 18 a?os y, posteriormente, se verific¨® el desarrollo de la depresi¨®n en la edad adulta temprana (18 a 32 a?os) y la probabilidad se centr¨® en la presencia de depresi¨®n basal y/o ansiedad y/o suicidio.
El informe se?ala que, aunque el riesgo a nivel individual sigue siendo moderado a bajo y los resultados de este estudio deben confirmarse en futuros estudios prospectivos con un poder adecuado, la alta prevalencia de adolescentes que consumen cannabis genera un gran n¨²mero de j¨®venes que podr¨ªan desarrollar depresi¨®n y suicidio atribuible a esta sustancia. Y, adem¨¢s, el texto advierte que este es un problema y una preocupaci¨®n de salud p¨²blica importante, que debe ser abordado adecuadamente por la pol¨ªtica de atenci¨®n m¨¦dica.
Celso Arango, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Psiquiatr¨ªa y patrono de la Fundaci¨®n Espa?ola de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental, indica que, pese a los estudios que se llevan a cabo sobre el efecto que el consumo de cannabis de manera habitual en la adolescencia tiene en el desarrollo de cambios en el estado de ¨¢nimo o el desarrollo de enfermedades mentales, todav¨ªa no se sabe con exactitud de qu¨¦ manera ese consumo modifica el cerebro de los j¨®venes¡±. Lo que s¨ª se conoce, por el gran n¨²mero de estudios realizados tanto de neuroimagen estructural como de neuroimagen funcional y seguimiento de personas que consumen cannabis de forma continuada a lo largo del tiempo, ¡°es que hay ¨¢reas del cerebro que disminuyen de tama?o en los consumidores cr¨®nicos de cannabis como, por ejemplo, ocurre con el hipocampo y la corteza, el l¨®bulo frontal, la parte m¨¢s anterior de nuestro cerebro que es, precisamente, la que nos hace ser m¨¢s humanos y nos proporciona la capacidad de reflexionar. Estos cambios aparecen en las ¨¢reas del cerebro que tienen una mayor densidad de receptores cannabinoides. Por lo tanto, lo que podr¨ªa ocurrir es que se produce una estimulaci¨®n y neuroadaptaci¨®n al consumo de cannabis que, probablemente, cuando este es muy masivo y muy inicial, impide que el cerebro la realice de forma normal, produciendo cambios estructurales que pueden considerarse neurot¨®xicos o lesivos¡±, agrega uno de los mayores expertos del pa¨ªs sobre psiquiatr¨ªa infanto-juvenil.
Cambios estructurales del cerebro
En relaci¨®n a los cambios estructurales que tienen lugar en el cerebro por el consumo de cannabis, Celso Arango dice que hay dos aspectos fundamentales que confirman ese cambio. ¡°El primero hace referencia a la cantidad de consumo, porque las personas que consumen cannabis de forma puntual no tienen ning¨²n cambio, pero s¨ª los grandes consumidores. Y el segundo, que est¨¢ relacionado con el momento de inicio en el consumo de cannabis, dado que parece que esos cambios estructurales en el cerebro aparecen, sobre todo, cuando comienza a consumirse cannabis de forma cr¨®nica y a grandes dosis durante la adolescencia. Estos dos factores, la edad de inicio y la cantidad, son, por lo tanto, los m¨¢s importantes a la hora de predecir cambios en el cerebro como consecuencia del uso de cannabis¡±, explica Celso Arango.
En Espa?a, seg¨²n el ¡°Informe 2018. Alcohol, tabaco y drogas ilegales en Espa?a¡±, el cannabis es la sustancia psicoactiva ilegal con mayor prevalencia entre los estudiantes de 14 a 18 a?os, observando en 2016 que 3 de cada 10 (31,1%) han consumido esta sustancia alguna en la vida. Durante los a?os 2004 al 2012 su consumo descendi¨®. Sin embargo, en 2016 se ha producido un cambio de tendencia (creciente), aunque sigue siendo menor que el ocurrido hace quince a?os. En cuanto a la edad, el consumo de esta droga comienza antes de cumplir los 15 a?os. Y analizando el tramo temporal de los ¨²ltimos 30 d¨ªas, los estudiantes que confirman un consumo de cannabis representan el 18,3%.
Eulalia Alemany, directora t¨¦cnica de la Fundaci¨®n Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD), apunta que uno de los factores que favorece el consumo de drogas entre los m¨¢s j¨®venes tiene que ver con la tolerancia social. ¡°Existe una baja percepci¨®n de riesgo que favorece su consumo. Adem¨¢s, hay una alta permisividad por parte de los padres y del resto de la poblaci¨®n en general. Cualquier persona que vaya por la calle y vea a chavales fumando porros no parar¨ªa para decirles qu¨¦ est¨¢is haciendo. Y con el consumo de alcohol, m¨¢s todav¨ªa. Con el tabaco nos hemos sensibilizado mucho m¨¢s. Las campa?as llevadas a cabo por el sistema sanitario han sido muy potentes. Con el tabaco se consigui¨® aprobar una regulaci¨®n muy exigente. Con el cannabis, al ser ilegal, no hay regulaci¨®n; en cierta medida, simplemente est¨¢ prohibido en todos sus usos¡±. Por eso, ¡°desde la FAD se exige una mayor proactividad mediante la elaboraci¨®n de campa?as espec¨ªficas frente a una sustancia que atenta contra la salud¡± insiste Alemany.
Reforzar las estrategias
La Fundaci¨®n trabaja en varias v¨ªas de trabajo; por un lado, hace una labor de prevenci¨®n universal donde no se habla de sustancias concretas sino que trabaja los factores de protecci¨®n con respecto al consumo de drogas que tiene que ver con el retraso de la recompensa. Por otro, se desarrolla una atenci¨®n m¨¢s espec¨ªfica que se inicia cuando los chavales ya han empezado los consumos o que tienen un ambiente en el que ya se consume. En esta etapa se trabaja, sobre todo, con los beneficios percibidos. Qu¨¦ significa esto, ¡°que si consumes te evades de los problemas o que si consumes te vas a divertir mucho m¨¢s, o te va a ser mucho m¨¢s f¨¢cil entablar relaciones y hacer vida en grupo, o te va a dar m¨¢s bienestar. Trabajamos en esas percepciones de los beneficios para contrarrestarlas. Hablamos de los riesgos pero, sobre todo, de los beneficios percibidos porque nuestras encuestas nos dicen que los j¨®venes y los adolescentes conocen los riesgos, no es que no tengan informaci¨®n. En un porcentaje muy alto les compensa consumir alcohol y cannabis porque valoran que les compensan m¨¢s los beneficios que los riesgos¡±, describe la directora t¨¦cnica.
Sobre las estrategias que son necesarias para que la informaci¨®n sobre los peligros del consumo de cannabis llegue a la poblaci¨®n adolescente, Celso Arango abunda sobre la importancia de trasladar la evidencia cient¨ªfica, los nuevos hallazgos, a la poblaci¨®n en general y en un lenguaje que sea comprensible. ¡°Por ejemplo, algo muy f¨¢cil de entender es el mensaje de que fumar cannabis, y sobre todo cannabis de alta potencia, multiplica entre 3 y 5 veces las posibilidades de tener un episodio psic¨®tico. Y que en ocasiones esos episodios psic¨®ticos no son reversibles y acaban produciendo patolog¨ªas como la esquizofrenia. Uno puede decidir despu¨¦s de conocer esto, hacerlo o no hacerlo, pero la gente tiene que saber cu¨¢les son las posibles consecuencias¡±. Asimismo, este experto reitera que ¡°la gente debe saber que si los episodios psic¨®ticos afectan al 2% o el 3% de la poblaci¨®n, cuando consume cannabis con determinada potencia -como las resinas con un 40% o 50% de tetrahidrocannabinol (THC)- multiplica sus posibilidades de padecerlos como m¨ªnimo al 9%. Y estamos hablando fundamentalmente de episodios como trastornos esquizofr¨¦nicos, bipolares y psicosis inducida por el consumo de drogas¡±. De hecho, seg¨²n el estudio publicado en The Lancet Academic, ¡°la incidencia de nuevos casos de psicosis en Espa?a es menor que en otras ciudades europeas, como Londres o ?msterdam, porque el consumo de cannabis aqu¨ª es de menor carga o fortaleza¡±, reitera este experto en psiquiatr¨ªa.
Una puesta por la intervenci¨®n a nivel familiar
Desde Suspertu de Proyecto Hombre Navarra, un programa de apoyo a adolescentes en dificultades y a sus familias, mediante la prevenci¨®n y la intervenci¨®n temprana frente a factores y comportamientos de riesgo, se apuesta por la intervenci¨®n a nivel familiar para combatir el consumo de drogas entre los j¨®venes. Por ello, su director, Garikoitz Mendigutxia, se?ala que con este programa ¡°trabajamos tanto con familias como con adolescentes, pero por separado. La idea general, m¨¢s all¨¢ de otras muchas cosas, es intentar generar cambios en las familias tanto a nivel normativo como a nivel de comunicaci¨®n, etc, para que esos cambios generados en la familia acaben generando cambios en el adolescente¡±. Mendigutxia afirma que ¡°la edad de inicio es uno de los factores de riesgo m¨¢s importantes para el posterior desarrollo de problemas con los consumos, b¨¢sicamente, estamos hablando de un cerebro que est¨¢ por hacer en el que determinadas sustancias que incorporas a ese cerebro interfieren en su desarrollo normal¡±.
Pese a esta realidad, el director de Proyectos Hombre Navarra subraya que aunque es importante abordar el tema de los consumos desde una perspectiva de salud, tambi¨¦n hay que analizar y estudiar la interferencia que los consumos producen en las diferentes esferas o ¨¢reas de la vida. Es decir, c¨®mo condicionan el que haya problemas judiciales o legales en los adolescentes por el tema de los consumos, c¨®mo afecta a las relaciones familiares, c¨®mo afecta a determinados diagn¨®sticos, c¨®mo aumenta el absentismo escolar, etc. ¡°Muchas veces estas variables se nos escapan, en una etapa, como es la adolescencia, en la que el desarrollo formativo, personal o con el grupo de iguales son fundamentales. Nos centramos en las consecuencias a medio o largo plazo que tienen que ver con la salud y obviamos toda otra serie de problemas asociados a los consumos que condicionan mucho m¨¢s el desarrollo de un adolescente hasta que se haga adulto¡±, agrega el director del programa.
Una opini¨®n que, como sostiene Mendigutxia, est¨¢ avalada por datos emp¨ªricos, como que ¡°el porcentaje de repetidores de curso en consumidores de cannabis con respecto a los que no consum¨ªan es de m¨¢s del doble (m¨¢s/menos 57%), multiplican por cuatro los niveles de absentismo escolar de los consumidores de cannabis con respecto a los que no lo son, se multiplican hasta por ocho aquellos consumidores de cannabis que tienen alg¨²n tipo de medida judicial o que casi un 30% de aquellos que consumen cannabis reconocen haber tenido relaciones sexuales con conductas de riesgo o sin protecci¨®n. Asimismo, con respecto al conflicto familiar, se duplican entre los consumidores de cannabis aquellos que manifiestan tener problemas de agresividad en el entorno familiar, etc¡±.
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