Florence Knoll: La enigm¨¢tica emperadora del dise?o que nunca habl¨® con los medios (y consigui¨® retirarse a los 48 a?os)
El pasado enero falleci¨® la arquitecta que, desde una discreci¨®n autoimpuesta, lider¨® a colegas y escultores para dise?ar los muebles m¨¢s ic¨®nicos de la segunda mitad del siglo XX. Su bi¨®grafo cuenta c¨®mo lo hizo
Durante m¨¢s de 20 a?os, Florence Knoll Basset (1917, Saginaw, Michigan), la arquitecta m¨¢s influyente en el desarrollo del dise?o de interiores de la segunda mitad del siglo XX, se neg¨® a ser entrevistada por las revistas m¨¢s prestigiosas del mundo. Dijo "no" a Vanity Fair a pesar de que le ofreci¨® ser retratada por Annie Leibovitz. Dio portazo a House & Garden cuando la tent¨® con un posado para Tom Ford. Y as¨ª una tras otra. Excepto en una ocasi¨®n, con Paul Makovsky, antiguo editor de la revista Metropolis y la ¨²nica persona que consigui¨® arrancarle una entrevista, publicada en 2001.
Makovsky compart¨ªa con Knoll su pasi¨®n por el dise?o y se convirti¨® en buen amigo de la arquitecta, lo que ¡ªjunto al hecho de que el periodista prepara ahora una biograf¨ªa sobre ella¡ª explica que fuera llamado por la School of Visual Arts (Nueva York) para dar una conferencia al poco de la muerte de Knoll, a principios de este a?o.
Knoll confiaba en Makovsky pero, por lo dem¨¢s, consideraba que hablar con la prensa era una p¨¦rdida de tiempo. Siempre la acababan llamando "decoradora": "El ¨²nico lugar que decoro es mi casa", reivindicaba. As¨ª que dej¨® que su legado hablara por ella. Como Knoll Associates, el imperio del dise?o que levant¨® entre 1943 y 1965, y desde el que transform¨® para siempre los hogares y las oficinas, con muebles modernos, textiles exquisitos y espacios ordenados. Hasta el punto de que el estilo de su sello qued¨® bautizado como el total look o Knoll look.
Knoll muri¨® el pasado 25 de enero en su residencia de Coral Gables (Florida). Ten¨ªa 101 a?os. Desde hac¨ªa d¨¦cadas se presentaba como Florence Hood Basset, el apellido de su segundo marido, el banquero Harry Hood, con quien se cas¨® en 1958. No quer¨ªa llamar la atenci¨®n sobre su persona ni darse importancia, cuenta su bi¨®grafo, por eso procuraba que no la relacionaran con Knoll Associates.
La revoluci¨®n del dise?o hecho por arquitectos y escultores
Knoll ten¨ªa 24 a?os en 1941 cuando entr¨® a trabajar en la empresa de muebles del empresario alem¨¢n Hans G. Knoll, con quien se casar¨ªa cinco a?os despu¨¦s. "Antes de contraer matrimonio cambiaron el nombre de Hans Knoll a Knoll Associates", recalca Makosvsky para quitar la raz¨®n a aquellos que aseguran que lo tuvo todo hecho gracias a su matrimonio.
Su llegada a la compa?¨ªa fue crucial para convertirla en la firma de dise?o m¨¢s grande y prestigiosa de la postguerra de Estados Unidos, con m¨¢s de 35 tiendas en todo el mundo. Pero la gran revoluci¨®n de Florence Knoll se cocin¨® en el departamento de dise?o de la firma. El m¨ªtico Knoll Planning Unit, fundado y dirigido por ella desde 1945 hasta 1965.
Lo convirti¨® en el mayor laboratorio del movimiento moderno de la ¨¦poca. "Fue la gran colaboradora de arquitectos, dise?adores y escultores", destaca su bi¨®grafo. All¨ª puso a dise?ar mobiliario a arquitectos como Eero Saarinen, Marcel Breuer y Ludwig Mies van der Rohe, o a escultores como Harry Bertoia o Isamu Noguchi, entre otros muchos. Logr¨® juntarlos a todos con tan solo 32 a?os.
"Florence abraz¨® las ideas m¨¢s radicales de la ¨¦poca, pero en realidad era una pragm¨¢tica", explica Paul Makovsky. Este experimento dio lugar a un cat¨¢logo comercial repleto de piezas ic¨®nicas como la silla Womb (1948) y la mesa de comedor Oval Tulio (1957), de Saarinen, la silla Diamond (1955) de Bertoia, la mesa Cyclone (1957) de Noguchi o la silla Straight (1946) de George Nakashima.
Cerca de 40 modelos de Knoll forman parte de la colecci¨®n permanente del MoMA (Museo de Arte Contempor¨¢neo de Nueva York). Entre ellos, se encuentran algunas de las 150 piezas que dise?¨® ella misma, guiada siempre bajo la filosof¨ªa de la Bauhaus de que los muebles deben completar el espacio no competir con ¨¦l.
Estar en el momento y en el lugar adecuados
Esta reuni¨®n de talento sin precedentes fue posible gracias a la exquisita educaci¨®n que recibi¨®, a pesar de quedarse hu¨¦rfana con 12 a?os. Por suerte y casualidad, su tutor la inscribi¨® en un internado perteneciente a la Cranbrook Academy of Art (Michigan), presidida entonces por el arquitecto fin¨¦s Eliel Saarinen, quien al notar su inter¨¦s por la arquitectura, se convirti¨® en su principal mentor y en una especie de padre adoptivo.
All¨ª comparti¨® aula con su hijo Eero Saarinen, con Bertoia y con la pareja de dise?adores Charles y Ray Eames. Con 18 a?os, conoci¨® a Walter Gropius en la Universidad de Columbia, instituci¨®n que abandon¨® por ser "poco moderna", cuenta Makovsky.
De ah¨ª salt¨® a Europa. En Londres, entr¨® en la Architectural Association School siguiendo la sugerencia de Alvar Aalto, donde fue una de las cuatro mujeres entre un total de 29 estudiantes. Al volver a EE.UU., por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, acab¨® su formaci¨®n con Mies van der Rohe en el Illinois Institute of Technology de Chicago. Seg¨²n confes¨® ella misma, lo aprendi¨® todo del padre del movimiento moderno alem¨¢n.
As¨ª que al llegar a Knoll, lo primero que hizo fue convencerle para que le cediera los derechos de producci¨®n de las m¨ªticas sillas Barcelona (1929) y de la silla Brno (1930). Otra de las piezas que consigui¨® en esta primera etapa fue el sill¨®n 402 de Aalto (1933).
"Como era una mujer me dieron los interiores"
Florence Knoll reivindicaba siempre su figura de arquitecta porque su dedicaci¨®n al dise?o de interiores fue producto de un mundo dominado por hombres. "Como era una mujer, me dieron los interiores¡±, explicaba Knoll sin rencor, al recordar su primer trabajo en el estudio de Walter Gropius y Marcel Breuer en Boston.
En las fotograf¨ªas de la ¨¦poca, aparece siempre al frente de reuniones formadas solo por hombres. "Vend¨ªa muebles modernos a los se?ores m¨¢s conservadores del pa¨ªs", comenta Makovsky. Una de sus armas fue el m¨ªtico showroom del 575 de la Avenida Madison, inaugurado en 1950, donde los ejecutivos de Midtown (Manhattan, Nueva York) pod¨ªan ver cada d¨ªa sus espacios total look.
As¨ª educ¨® la vista y el gusto del p¨²blico m¨¢s selecto. Y provoc¨® la segunda revoluci¨®n de su carrera: cambiar para siempre el aspecto de las oficinas de Estados Unidos introduciendo nociones modernas de eficiencia, planificaci¨®n de espacio y dise?o integral de los interiores.
Entre sus espacios m¨¢s conocidos, est¨¢n las oficinas de la sede de la CBS, en el rascacielos de la Sexta Avenida dise?ado por Saarinen conocido como la Roca Negra, la sede de General Motors en Michigan, las oficinas de IBM en Rochester y la central de Heinz en Pittsburgh.
Retirarse con 48 a?os y un legado
En 1955, Hans Knoll muri¨® en un accidente de coche y ella se convirti¨® en la presidenta de la compa?¨ªa. Dos a?os despu¨¦s, acept¨® el proyecto de dise?ar las oficinas del First National Bank en Miami y all¨ª conoci¨® a su segundo marido, entonces presidente de la entidad financiera, fallecido en 1991.
Con su legado ya escrito, Knoll se retir¨® en 1965 con 48 a?os. Ya se hab¨ªa convertido en la primera mujer en recibir la Medalla de Oro de Dise?o Industrial del Instituto Americano de Arquitectos y en aparecer en las p¨¢ginas de business de The New York Times. En 2003, el presidente George W. Bush le otorg¨® el mayor reconocimiento del pa¨ªs a la excelencia art¨ªstica, la Medalla Nacional de las Artes.
Desde su casa de Florida, Knoll sigui¨® dise?ando por su cuenta. Seg¨²n revelan sus agendas personales, en casi todas las ciudades del mundo hay escondido un espacio suyo. Menos Karachi (Paquist¨¢n). El barco que transportaba los muebles para uno de sus ilustres clientes se hundi¨® antes de llegar a su destino. En alg¨²n lugar del Oc¨¦ano ?ndico, duerme sumergido un total look de Knoll.
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