Europa, raptada a los votantes

La preocupante ausencia de Europa durante la campa?a electoral afecta al control democr¨¢tico de la ciudadan¨ªa, a la que sorprendentemente se le ha hurtado un debate sobre la situaci¨®n y el futuro de la Uni¨®n. Los proyectos pol¨ªticos que cada uno de los candidatos tiene sobre Europa son una cuesti¨®n de m¨¢xima relevancia para Espa?a y, por tanto, es en esta campa?a y no en la que tendr¨¢ lugar en mayo donde deber¨ªan haberse dirimido. El pr¨®ximo domingo los votantes elegir¨¢n al presidente del Gobierno, que se sentar¨¢ en el Consejo Europeo representando a Espa?a. El jefe del Ejecutivo tiene hoy una importante capacidad de influencia sobre la toma de decisiones en Europa. Al sustraerse a los electores la discusi¨®n sobre la agenda europea se les deja a ciegas sobre c¨®mo har¨¢ el pr¨®ximo presidente uso de esas atribuciones.

Esta reprobable ausencia es a¨²n m¨¢s asombrosa teniendo en cuenta el delicado momento en el que se encuentra la UE, en puertas de un nuevo ciclo pol¨ªtico que decidir¨¢ toda su arquitectura de poder y donde el Gobierno participar¨¢ en la adopci¨®n de cruciales decisiones. Tales negociaciones no dependen tanto del resultado de las elecciones europeas de mayo como del Ejecutivo resultante de las urnas este pr¨®ximo domingo.

La delicada situaci¨®n que vive la Uni¨®n se ve agravada por el Brexit y por la inestabilidad de sus vecinos. Se enfrenta, adem¨¢s, a la emergencia de grandes potencias con una l¨®gica y lenguaje hostiles a lo que la Uni¨®n representa, y tiene que dar respuesta a los profundos cambios globales que est¨¢n favoreciendo el auge y llegada de Gobiernos ultras al poder.

La globalizaci¨®n y sus efectos en la distribuci¨®n de la renta, los movimientos migratorios, el cambio clim¨¢tico, las transformaciones democr¨¢ticas y sus implicaciones sobre la econom¨ªa y el mercado laboral, la discusi¨®n sobre la moneda ¨²nica y su imprescindible reforma, son retos que solo pueden abordarse a escala europea y afectan al control democr¨¢tico ciudadano de cada uno de los pa¨ªses miembros. Ser¨ªa impensable que Alemania, consciente de su poder y responsabilidad en Bruselas, obviara este debate en sus comicios nacionales. Pero tambi¨¦n que lo mismo sucediera en Francia o Italia.

Si es cierto?que el momento actual significa una ventana de oportunidad para Espa?a en t¨¦rminos de influencia y liderazgo en la Uni¨®n, es sorprendente que no se haya hecho a la sociedad part¨ªcipe del debate sobre el modelo de Europa que cada cual piensa defender. Este debate es m¨¢s importante si cabe en un momento en el que el consenso sobre la vocaci¨®n europe¨ªsta puede romperse con la llegada de Vox a las instituciones, un partido que no ha dudado en cuestionar elementos b¨¢sicos del proyecto comunitario. Ahora que Europa va a necesitar de esa defensa activa en nuestro pa¨ªs y que la fuerza de ultraderecha puede convertirse en una pieza clave para el apoyo o la conformaci¨®n de un Gobierno, el estruendoso silencio sobre ello en campa?a resulta absolutamente incomprensible. Los ciudadanos tienen derecho a saber qu¨¦ papel quiere jugar el futuro Ejecutivo en Europa y qu¨¦ modelo va a defender.