El cantante dio la espalda

En la tarde del 20-S los Jordis pidieron a Llu¨ªs Llach que les ayudara a organizar la salida de la comitiva judicial del Departamento de Econom¨ªa, rodeado por 40.000 manifestantes.

El cantautor/diputado se prest¨®. Reclut¨® a varias parlamentarias para que la secretaria judicial Montserrat del Toro pudiera evaporarse por el pasillo de los voluntarios de la ANC, mezclada entre ellas.

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Un diputado alem¨¢n invitado a Catalu?a el 1-O asegura que su papel no era el de ¡°observador internacional¡±

¡ª ¡°?Y c¨®mo se situaron, mirando a la conselleria o d¨¢ndole la espalda?¡±, le pregunt¨® el abogado Jordi Pina.

¡ª ¡°De espaldas¡±, respondi¨® el m¨²sico.

Este detalle minimalista denota la prieta justa que mantienen defensas y acusaciones. Aquellas buscan demostrar que los manifestantes fueron pac¨ªficos. Estas, que violentos.

El pulso no va de bondad o maldad, sino que tiene efectos jur¨ªdico-judiciales clave, como veremos. Volvamos un momento al detalle de la espalda. Si los Jordis, junto a los cinco diputados, se colocaron con vistas a los concentrados, se trata de un dato significativo.

Porque cabr¨ªa inferir que no estaban azuzando al personal para que se abalanzase al edificio, sino al rev¨¦s, disuadi¨¦ndolo de malas tentaciones agresivas.

As¨ª que no habr¨ªan ido a provocar rebeliones, sino a controlar que nadie se desbordase de la protesta. La ausencia de v¨ªdeos con gentes violentas, ese d¨ªa, apuntalar¨ªa esa versi¨®n.

Es justo la contraria de la que han martilleado las acusaciones, con apoyo de guardias civiles y polic¨ªas nacionales: pero referida al 1-O. Reiteraron la pregunta sobre la ¡°actitud¡± y el ¡°comportamiento¡± de los manifestantes.

Y se multiplicaron las respuestas de los guardias describiendo los insultos de los defensores de las urnas o denunciando patadas envueltas en c¨¢nticos de ¡°som gent pac¨ªfica¡±. Incluso hubo quienes ¡°esclafaron¡± la urna en la cabeza de un agente. Hubo para estos contusiones y lesiones, pero m¨¢s bien menores.

La prueba documental ¡ªlos v¨ªdeos de ambos lados¡ª iluminar¨¢ los rincones de esos sucesos: c¨®mo y qui¨¦n empez¨® los episodios; qu¨¦ alcance tuvieron; d¨®nde menudearon.

Este duelo es decisivo, porque las conclusiones provisionales de la Fiscal¨ªa sostienen que hubo tres patas de la presunta rebeli¨®n que imputa a nueve acusados.

Primera, la c¨²pula del Parlament; segunda, el Govern de la Generalitat; tercera, el ¡°pilar social¡±. Que incluir¨ªa ¡°la violencia necesaria para asegurar el resultado criminal pretendido, vali¨¦ndose para ello de la fuerza intimidatoria¡± de ¡°la actuaci¨®n tumultuaria desplegada con las grandes movilizaciones ciudadanas instigadas y promovidas por ellos¡±.

El reto es doble: demostrar (o descartar) que hubiera esa violencia. Y que de haberla habido, fuese la ¡°necesaria¡± para lograr el ¡°resultado criminal pretendido¡±. De eso va.