Por qu¨¦ los j¨®venes espa?oles se van de casa con 29 a?os y los n¨®rdicos con 21 (y no es solo por dinero)
Esta es la historia de Rodrigo, un madrile?o treinta?ero, opuesta a la de Kristina, una noruega de 20


Las estanter¨ªas de la habitaci¨®n de Rodrigo (Madrid, 30 a?os) est¨¢n plagadas de botellas y latas de cerveza procedentes de diferentes rincones del mundo. Tambi¨¦n de casi un centenar de videojuegos para la Xbox. A Mar¨ªa (Madrid, 58 a?os), su madre, esta colonizaci¨®n juvenil le parece bien. Es feliz conviviendo con su hijo treinta?ero. "Me qued¨¦ viuda hace ocho a?os y viviendo con ¨¦l me siento m¨¢s acompa?ada. Nos llevamos bien, es muy ordenado y colabora con las tareas del hogar. No me supone ning¨²n incordio tenerle en casa", explica Mar¨ªa. Pero Rodrigo (recordemos: 30 a?os) acaba de dar el paso: se ha independizado para irse a vivir con su novia, de 29 a?os. "Ella vino a estudiar a Madrid con 18 y desde entonces vive sola. Despu¨¦s de 11 a?os estaba cansada de compartir piso con desconocidos. Por eso nos mudamos juntos", se?ala.
"Reconozco que no me he independizado antes porque en casa de mi madre estaba muy a gusto. No ha sido por falta de recursos. Tengo trabajo desde hace cinco a?os y un sueldo digno. Pero con ella no ten¨ªa que preocuparme de todas las responsabilidades que conlleva mantener tu propio piso. El ¨²nico dinero que gastaba era en mis caprichos", confiesa este treinta?ero.
"Los espa?oles estamos en contacto casi diario con nuestra familia. En otros pa¨ªses, como Alemania, entienden que la universidad debe estar lejos de la casa familiar y que los j¨®venes tienen que independizarse al empezar la carrera" Javier Urra, doctor en psicolog¨ªa y primer defensor del menor en Espa?a
La edad media de emancipaci¨®n en Europa es de 26 a?os. En Espa?a, sin embargo, los j¨®venes tardan m¨¢s en abandonar el domicilio familiar. Seg¨²n datos de la Oficina Europea de Estad¨ªstica (Eurostat), lo hacen, de media, a los 29 a?os. Juan Carlos Revilla, subdirector del departamento de Antropolog¨ªa Social y Psicolog¨ªa Social de la Universidad Complutense de Madrid, se?ala la precariedad como uno de los motivos principales de esta emancipaci¨®n tard¨ªa. "Los j¨®venes tienen miedo a quedarse atrapados en una situaci¨®n precaria de la que no puedan salir. Por tanto, los recursos familiares les sirven como amparo o refugio frente a esta inseguridad. Esto se debe a que en Espa?a apenas hay pol¨ªticas p¨²blicas de juventud y de vivienda que permitan a los j¨®venes establecer proyectos de emancipaci¨®n con recursos extrafamiliares. Tampoco hay subsidios p¨²blicos, como ayudas directas de emancipaci¨®n, vivienda social asequible para j¨®venes, etc. En otros pa¨ªses europeos s¨ª existen y eso explica parte de las diferencias en la edad de emancipaci¨®n de los j¨®venes", asegura Revilla a ICON.
La Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE) asegura que los presupuestos espa?oles destinados a becas y ayudas universitarias se encuentran por debajo de la mitad de los que destinan el resto de pa¨ªses que forman parte de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). Con el agravante de que el sistema universitario espa?ol es el cuarto m¨¢s caro de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Tal y como recoge un art¨ªculo publicado recientemente en EL PA?S, la cantidad de estudiantes de grado y m¨¢ster que cuentan con alguna beca del Ministerio de Educaci¨®n ha aumentado un 7,4 % en relaci¨®n al curso 2010-2011. Han pasado de ser el 18,6% del total al 22%. Sin embargo, los fondos destinados a becas universitarias han descendido un 13,5%. Es decir, se ha pasado de 943 a 815 millones de euros.
El doctor en psicolog¨ªa Javier Urra, primer defensor del menor en Espa?a y psic¨®logo forense en la Fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid desde 1985, coincide con Revilla: "La vivienda en Espa?a no es accesible. En nuestro pa¨ªs, meterse en un alquiler con el sueldo de las primeras n¨®minas es inviable".
Sin embargo, hay un motivo que puede competir con el factor econ¨®mico: el fuerte arraigo familiar que caracteriza a los pa¨ªses de cultura mediterr¨¢nea. "Los espa?oles estamos en contacto casi diario con nuestra familia. Necesitamos mucho esta relaci¨®n familiar. En otros pa¨ªses, como Estados Unidos o Alemania, entienden que la universidad debe estar lejos de la casa familiar y que los j¨®venes tienen que independizarse al empezar la carrera. Es parte del proceso", declara a ICON Javier Urra. Tal y como afirma el primer defensor del menor en Espa?a, en nuestro pa¨ªs la familia es una instituci¨®n intocable que asume responsabilidades que en otros pa¨ªses corren a cargo de soportes que suele crear el Estado. Es normal que los padres financien la carrera universitaria de los hijos o que les den cobijo cuando necesitan volver por circunstancias adversas: un divorcio, desempleo... "Cuando uno tiene un problema, ya sea laboral, monetario o personal, la familia est¨¢ ah¨ª para apoyar", afirma.
En Noruega la gente joven mira con extra?eza a aquellos que viven con sus padres mientras estudian. "Ser universitario y no estar emancipado te convierte en una especie de bicho raro", Kristina Haugen (20 a?os, estudiante noruega de Ciencias Sociales)
Los v¨¢stagos espa?oles est¨¢n acostumbrados a vivir al amparo de los padres y este proteccionismo termina dificultado que los hijos se lancen a independizarse. "La familia aporta a los j¨®venes soporte, refugio y recursos", explica la psic¨®loga cl¨ªnica Mar¨ªa Hurtado. "Dependen emocionalmente, y habitualmente econ¨®micamente, de ella. De ah¨ª que independizarse no se encuentre dentro de sus prioridades", a?ade.
Por su parte, Jos¨¦ Luis Sancho, director cl¨ªnico de Recurra (programa terap¨¦utico donde se ayuda a menores que mantienen una relaci¨®n problem¨¢tica con sus familias), observa a diario en su trabajo que esta sobreprotecci¨®n tiende a generar conflictos por la falta de madurez de los j¨®venes. Aunque destaca que el apoyo familiar es una herramienta esencial a la hora de superar problemas psicol¨®gicos. "La familia es de nuestras grandes riquezas como sociedad. Somos uno de los pa¨ªses donde mejor se vive y el familiar es un factor determinante para que as¨ª sea. Trabajamos mucho la estructura emocional de la familia para que esta sea un lugar seguro. No creo que tengamos nada que envidiar a los pa¨ªses n¨®rdicos, donde hay mayor distancia emocional", se?ala Sancho.
A 3.000 kil¨®metros del norte de Espa?a el panorama es muy diferente. En Noruega, Kristina Haugen Moe (20 a?os, estudiante noruega de Ciencias Sociales) lleva dos a?os independizada. Desde los 18 a?os se mantiene sin ayuda de sus padres gracias a un pr¨¦stamo y una beca estudiantiles. "Tuve que mudarme de mi ciudad [Skjold] a Bergen [unas tres horas en coche] cuando comenc¨¦ la universidad porque la carrera que quer¨ªa estudiar no estaba disponible cerca de casa. Con la ayuda que obtenemos ¡ª2.200 euros al comienzo de cada semestre, en agosto y en enero, y 815 euros el d¨ªa 15 de cada mes¡ª tengo suficiente para vivir. Mis padres no tienen que ayudarme econ¨®micamente", afirma Haugen. "El pr¨¦stamo es razonable y no hay que pagar intereses hasta que se termina la carrera y se comienza a trabajar. Adem¨¢s, el 40% del pr¨¦stamo se convierte en una beca [dinero que no tienes que devolver] si apruebas todos los ex¨¢menes", informa.
El caso de esta estudiante no es una excepci¨®n en el pa¨ªs n¨®rdico. Muchos universitarios tienen acceso a estas ayudas. Estos son dos de los requisitos que deben cumplir: vivir fuera del domicilio familiar y estar matriculados en la universidad. Se puede aplicar hasta los 65 a?os de edad. En Noruega, seg¨²n datos de Eurostat, se emancipan a los 19 a?os. All¨ª, afirma Haugen, la gente joven mira con extra?eza a aquellos que viven con sus padres mientras estudian. "Ser universitario y no estar emancipado te convierte en una especie de bicho raro", apunta.
En los pa¨ªses del norte de Europa las relaciones familiares se viven de una manera b¨¢sicamente pr¨¢ctica. El arraigo es menor que en los pa¨ªses del sur. Los progenitores entienden que lo natural es que los hijos se vayan de casa cuando llegan a la mayor¨ªa de edad. Para los j¨®venes n¨®rdicos independizarse con 20 a?os es un hecho cultural. Las ayudas estatales de las que disponen son un incentivo para ellos.
Para encontrar un punto medio entre la dependencia espa?ola y el desarraigo n¨®rdico hay que desplazarse hasta Alemania. All¨ª, seg¨²n datos de Eurostat, los j¨®venes se van de casa a los 24 a?os
Con este tipo de medidas estatales, pa¨ªses como Suecia, Finlandia o Noruega buscan convertir a los j¨®venes en adultos independientes lo m¨¢s r¨¢pido posible. "El individualismo es la dimensi¨®n cultural que prima en la sociedad finlandesa. Los ni?os crecen para ser autosuficientes y establecer su propio hogar una vez que alcanzan la edad adulta. Los ni?os comienzan a desarrollar una identidad de 'yo' en lugar de 'nosotros' a una edad muy temprana y entienden r¨¢pido que cada uno es responsable de sus propias acciones", explica un art¨ªculo publicado en Aamulehti, uno de los peri¨®dicos m¨¢s importantes de Finlandia.
Al contrario de lo que ocurre en Espa?a y otros pa¨ªses mediterr¨¢neos como Italia o Grecia, donde el gent¨ªo y la algarab¨ªa son marca de la casa, los finlandeses valoran mucho su privacidad y tener su propio espacio. Seg¨²n la p¨¢gina web finlandesa InfoFinland, esto es algo que perciben desde que nacen y la educaci¨®n finlandesa se esfuerza para que la emancipaci¨®n sea convierta en una prioridad una vez alcanzada la edad adulta.
Para encontrar un punto medio entre la dependencia espa?ola y el desarraigo n¨®rdico hay que desplazarse hasta Alemania. All¨ª, seg¨²n datos de Eurostat, los j¨®venes se van de casa un poco antes de cumplir los 24 a?os. Dos a?os antes que la media europea. Esto es posible, adem¨¢s de por el factor cultural, porque el Estado alem¨¢n ofrece ayudas de hasta 785 euros mensuales para los universitarios. "Mientras estudiaba la carrera recib¨ªa una ayuda del Estado. Eso s¨ª, el dinero que recibe cada estudiante durante sus a?os universitarios depende de la renta de los padres", confirma el m¨¦dico alem¨¢n Karsten (32 a?os). "Otro aspecto que creo que repercute en que seamos tan precoces a la hora de emanciparnos es que los alemanes que deciden hacer una formaci¨®n profesional en vez de una carrera cobran por ello desde el primer d¨ªa. Con lo cual tienen dinero para independizarse desde los 18 a?os, edad a la que empiezan los grados de formaci¨®n profesional".
Seis a?os despu¨¦s de la media alemana, el madrile?o Rodrigo acaba de abandonar el hogar materno. Eso s¨ª, lo domingos regresa al piso que comparte con su novia cargado de tuppers con comida para toda la semana. "Pens¨¦ que le iba a costar m¨¢s asumirlo, pero mi madre est¨¢ feliz con mi independencia. Entre otras cosas, ha aprovechado que me he ido para convertir mi habitaci¨®n en un cuarto de costura. Ha pasado poco tiempo y de momento los fines de semana voy a comer con ella. Supongo que llegar¨¢ un punto en el que deje de prepararme tuppers tan a menudo, pero reconozco que cortar el cord¨®n umbilical me est¨¢ costando. Es muy c¨®modo no tener que pensar en cocinar...", dice el joven espa?ol.
?A qu¨¦ edad se independizan en otros pa¨ªses europeos?
Noruega: 19,3 a?os.
Dinamarca: 21 a?os.
Suecia: 21 a?os.
Finlandia: 21,9 a?os.
B¨¦lgica: 23,4 a?os.
Holanda: 23,6 a?os.
Alemania: 23,7 a?os.
Francia: 24 a?os.
Reino Unido: 24,4 a?os.
Austria: 25,2 a?os.
Irlanda. 26,3 a?os.
Hungr¨ªa: 27,4 a?os.
Portugal: 29,2 a?os.
Espa?a: 29,3 a?os.
Grecia: 29,4 a?os.
Italia: 30 a?os.
Croacia: 31,9 a?os.
Montenegro: 32,5 a?os.
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