Dos inc¨®gnitas
Con mantener una l¨ªnea de moderado optimismo, de anuncio y contrastarla con el sesgo apocal¨ªptico de sus adversarios, S¨¢nchez ten¨ªa ganada la partida
Lo que ten¨ªa que pasar, pas¨®. En principio, parec¨ªa muy complicado resolver una ecuaci¨®n tan compleja, por el fin del bipartidismo, los puntos d¨¦biles de la audacia de Pedro S¨¢nchez, revelados en Andaluc¨ªa y el no independentista a los presupuestos. En realidad, lo que tuvo lugar fue un giro copernicano provocado por la disparatada lectura hecha de su victoria en Andaluc¨ªa por PP y Cs, sumada a la rectificaci¨®n de ERC ante el riesgo de perder al dialogante S¨¢nchez y toparse con Casado. Las valoraciones triunfalistas de Casado y Rivera fueron de desastre en desastre, empezando por la incre¨ªble amenaza de imponer en Catalu?a un 155 para el cual no iban a contar nunca con suficientes senadores, y siguiendo con proporcionar ciegamente a Vox un aval democr¨¢tico como socio de gobierno cuando era para ellos, no solo una r¨¦mora, sino un competidor contaminante.
S¨¢nchez lo tuvo f¨¢cil: con mantener una l¨ªnea de moderado optimismo, de anuncio ¡ªcon implementaci¨®n previa de reformas de signo igualitario¡ª y contrastarla con el sesgo apocal¨ªptico de sus adversarios, esgrimiendo el espantajo de Vox, ten¨ªa ganada la partida.
Ahora toca superar las dificultades para la formaci¨®n de gobierno, que no ser¨¢ tan f¨¢cil como previsto, porque Podemos no se resignar¨¢ a quedar fuera de un poder que cre¨ªa suyo. All¨ª Iglesias culminar¨ªa de momento su ascenso personal y sobre todo, seg¨²n ¨¦l ha apuntado ya en la campa?a electoral, pondr¨ªa sobre la mesa una tras otra exigencias sociales, sin estimaci¨®n de costes, que bien le consagraran al frente del gobierno que a¨²n no preside, bien descalificar¨ªan al aliado. As¨ª probar¨ªa ante la opini¨®n p¨²blica qui¨¦n es el leg¨ªtimo l¨ªder de la izquierda.
Iglesias se piensa a s¨ª mismo como nuevo Lenin, y eso cre¨® insalvables dificultades, tanto para quien le admiti¨® como asociado ¡ªejemplo la relaci¨®n con Manuela¡ª como para quienes apostaron por la direcci¨®n colectiva en su movimiento, ignorando que estaban ante un caudillismo (Errej¨®n, Bescansa). Con el agravante de que esa pasi¨®n ilimitada por el poder le lleva a un permanente ejercicio de insinceridad en sus planteamientos. Por no hablar de esa adopci¨®n de la odiada Constituci¨®n del 78, sirva como muestra su conmovido llamamiento al di¨¢logo sobre Catalu?a, al entendimiento, al consenso, rechazando la ruptura de Espa?a. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de eso? Pues su n¨²mero uno en Catalu?a, declarado independentista. En suma, no ser¨¢ f¨¢cil contar con Iglesias para elecciones racionales.
La otra inc¨®gnita es el entendimiento del nuevo gobierno con ERC. De suma dificultad, pero es el ¨²nico camino para salir del laberinto catal¨¢n, as¨ª como de la v¨ªa muerta Puigdemont-Torra, y tanto S¨¢nchez como Junqueras lo saben. Es tal vez la cuesti¨®n donde se juega la legislatura.
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