Chanel despu¨¦s de Karl Lagerfeld
Virginie Viard, 'mano derecha' del dise?ador alem¨¢n, apuesta por la continuidad en su primera colecci¨®n como dise?adora de la firma francesa
Leggins y rom¨¢nticos vestidos de encaje que transitan entre los setenta y los ochenta; amplias gabardinas y breves chaquetas de tweed; pantalones bombacho de cuero y zapatos de charol. Chanel presenta en el Grand Palais parisino su colecci¨®n crucero, esa que llega a las tiendas despu¨¦s de la de oto?o-invierno y antes de la primavera-verano y que, tradicionalmente, es m¨¢s sencilla y comercial que las dos principales. Terminado el desfile, se abre una nueva etapa para Chanel: por primera vez en 36 a?os, la colecci¨®n no est¨¢ firmada por Karl Lagerfeld, sino por Virginie Viard: su 'mano derecha' e 'izquierda' ¡ªcomo le gustaba llamarla¡ª durante tres d¨¦cadas; sucesora del alem¨¢n tras su fallecimiento el pasado febrero, y la primera mujer al frente de la maison francesa despu¨¦s de su fundadora, Coco Chanel.
La dise?adora francesa, de 57 a?os, sali¨® a la pasarela para agradecer los aplausos vestida de negro riguroso, la melena suelta y los ojos ahumados. Acababa de finalizar uno de los desfiles que m¨¢s inter¨¦s ¡ªy morbo¡ª despertar¨¢n esta temporada. Todos los ojos est¨¢n puestos en ella y lo sabe. No podr¨ªa ser de otra forma. Sustituir al hombre que convirti¨® una decadente casa de costura en la firma de lujo m¨¢s conocida del planeta y en pilar de una compa?¨ªa que el a?o pasado factur¨® m¨¢s de 8.000 millones de euros se antoja una misi¨®n tit¨¢nica. Y no solo por el legado creativo que deja Lagerfeld, sino por su inconmensurable carisma, que le elev¨® a la categor¨ªa de icono cultural de los siglos XX y XXI. Si cualquier comparaci¨®n es odiosa, esta resulta directamente lacerante, pero, al mismo tiempo, necesaria. La conclusi¨®n evidente es que Viard apuesta por una silueta m¨¢s ligera y contempor¨¢nea que se distancia de los patrones cl¨¢sicos y de los solemnes ¡ªy a veces r¨ªgidos¡ª tejidos que defend¨ªa Lagerfeld. Las chaquetas de tweed se vuelven m¨¢s livianas y en general todos los cortes buscan que las piezas fluyan y acompa?en el movimiento del cuerpo.
Pese a este ligero cambio en la arquitectura de las prendas, todo en la primera colecci¨®n de Viard parec¨ªa estar medido al mil¨ªmetro para transmitir un mensaje claro: el sello de Lagerfeld no se ha desaparecido. Que no cunda el p¨¢nico. Todos los s¨ªmbolos de Chanel que el alem¨¢n convirti¨® en icono de la casa siguen ah¨ª, en su justa y calculada dosis: desde las cadenas, que abrazaban la cintura de las americanas, hasta las camelias, en pl¨¢stico, bordadas sobre vestidos de noche rectos y con abotonadura a la espalda. La dise?adora tambi¨¦n hace un gui?o al estilo personal de su antecesor incorporando en algunos vestidos largos los alt¨ªsimos cuellos de camisa que Lagerfeld siempre llevaba. As¨ª, la colecci¨®n confirma la apuesta por la continuidad que ya presagiaba su nombramiento como directora art¨ªstica de las colecciones de moda, que no directora creativa (el t¨ªtulo que ostentaba su antecesor). Una decisi¨®n que sorprendi¨® a muchos.
Durante a?os los rumores apuntaron a dise?adores estrella como posibles sustitutos del maestro: primero, Marc Jacobs tras abandonar Louis Vuitton; despu¨¦s, Alber Elbaz, ex director creativo de Lanvin, y Hedi Slimane, actual dise?ador de Celine. Finalmente Phoebe Philo, antigua responsable de esta ¨²ltima marca.
Pero en contra de lo que viene sucediendo en otras grandes marcas, la familia Wertheimer ¡ªpropietaria de la firma¡ª, decidi¨® confiar su suerte a Viard, una figura casi desconocida en t¨¦rminos medi¨¢ticos pero sin la que ser¨ªa imposible entender el ¨¦xito de la marca. ¡°Karl era la locomotora y Virginie, los ra¨ªles de Chanel¡±, resum¨ªa en The New York Times el documentalista Lo?c Prigent, encargado de filmar los trabajos del atelier antes de cada colecci¨®n.
Desde que fue nombrada directora de estudio en 2000, Viard se ha encargado de traducir los bocetos de Lagerfeld a seda y tweed, coordinar los distintos talleres artesanales que nutren a la firma, seleccionar los tejidos, aprobar el casting de modelos y controlar cada detalle del backstage, entre una lista infinita de responsabilidades.
Tras estudiar vestuario teatral y de cine en Les Cours Georges, conoci¨® a Lagerfeld en 1983 gracias al jefe de protocolo del pr¨ªncipe Rainiero de M¨®naco, que era amigo de su familia, dedicada a la producci¨®n de seda. Poco despu¨¦s, fue puesta al frente de la divisi¨®n de bordado de Chanel. El alem¨¢n decidi¨® llev¨¢rsela en 1992 a Chlo¨¦, donde ejerci¨® como director creativo hasta 1997, a?o en el que Viard regres¨® a Chanel como coordinadora de la divisi¨®n de alta costura.
La francesa encarna una f¨¢bula moderna, la del segundo de a bordo, siempre en la sombra, al que tras a?os de abnegaci¨®n y trabajo se le da la oportunidad de ocupar el lugar de la estrella: Watson sustituyendo a Holmes. Siempre bajo la espada de la cr¨ªtica afilada por ambas hojas, oscilando entre las acusaciones de copia y traici¨®n al maestro. Y aunque la expectativas son buenas, a¨²n hay que dar un tiempo a Viard para que defina su voz como solista.
En el centro del Grand Palais parisino, recibiendo los aplausos como dise?adora de la marca m¨¢s famosa del mundo, resulta interesante recordar las declaraciones que hizo el pasado enero en una entrevista a Vogue Espa?a: ¡°[Karl y yo] somos muy distintos. Yo tengo buen gusto y soy una buena estilista. Pero no me considero creativa¡±.
Primera estaci¨®n de un nuevo destino
Chanel es famosa por los espectaculares montajes con los que arropa la presentaci¨®n de sus colecciones. En los ¨²ltimos a?os, ha convertido el Grand Palais parisino -donde celebra sus desfiles- en un supermercado, un casino e incluso una lanzadera espacial. Y el viernes lo transform¨® en una estaci¨®n de tren. Fue la ¨²ltima idea de Karl Lagerfeld que se ver¨¢ materializada sobre una pasarela.
En Chanel, los escenarios y la tem¨¢tica de las colecciones se deciden con relativa antelaci¨®n -en este caso seis meses-; y la firma y su nueva dise?adora, Virginie Viard, decidieron mantener el decorado de ra¨ªles y bancos, que tras la muerte del kaiser adquir¨ªa una fuerte carga metaf¨®rica.
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