Amoral y sin principios
¡°Usas sus palabras, ensalzas su liderazgo, pregonas su adhesi¨®n a los valores. Y entonces ya est¨¢s perdido. ?l se ha comido tu alma¡±
El contacto con pol¨ªticos amorales y sin principios suele producir efectos devastadores. Hasta el punto de que profesionales excelentes y pundonorosos se convierten en sumisos servidores y vergonzosos aduladores al servicio de quien manda.
Hay que tener mucha fuerza interior para sobrevivir bajo la autoridad de un l¨ªder amoral. Todo empieza cuando el subordinado se mantiene en un silencio c¨®mplice mientras el jefe miente descaradamente, primero en privado y luego en p¨²blico. El jefe no para de hablar, y nadie se atreve a interrumpirle ni llevarle la contraria, hasta crear un c¨ªrculo de asentimiento silencioso, incluso cuando sus tergiversaciones se convierten en un castillo de verdades alternativas.
El c¨ªrculo de silencio pronto se convierte en c¨ªrculo de lealtad, ya sea en reuniones formales bajo su presidencia, ya sea en comparecencias p¨²blicas, en las que cada uno de los subordinados aparece como un guardi¨¢n leal del l¨ªder mentiroso. M¨¢s grave es todav¨ªa cuando el jefe ataca a instituciones y valores que sus subordinados aprecian y defienden. Los responsables callan, convencidos de que es mejor no dimitir para evitar que los ataques verbales se traduzcan en hechos y en represalias.
¡°Por supuesto, para seguir, deber¨¢s aparecer como parte de su equipo, y as¨ª seguir¨¢s obteniendo m¨¢s compromisos. Usas sus palabras, ensalzas su liderazgo, pregonas su adhesi¨®n a los valores. Y entonces ya est¨¢s perdido. ?l se ha comido tu alma¡±. Con estas frases termina el art¨ªculo Como Trump coopta l¨ªderes como Bill Barr, de donde he tomado las ideas que se explican en los anteriores p¨¢rrafos, escrito por el exdirector del FBI James Comey y publicado este pasada semana en The New York Times.
El actual fiscal general William Barr, pertenece a la misma categor¨ªa de magn¨ªficos abogados, escrupulosos defensores de la legalidad y con un alto sentido del servicio p¨²blico, de la que forman parte James Comey o Robert Mueller, el fiscal especial autor del informe sobre las interferencias rusas en las elecciones presidenciales de 2016.
Comey ha intentado buscar las razones por las que un profesional prestigioso ha podido acceder a la sucia tarea de salvar a Trump de tan graves acusaciones, mediante dilaciones, ocultaciones e incluso mentiras, que le permiten al presidente mantener sin fundamento alguno que ha sido ¡°totalmente exonerado¡± de las sospechas de conspiraci¨®n con Rusia y de obstrucci¨®n a la justicia. La conclusi¨®n de Comey es clara: ¡°Los l¨ªderes amorales terminan revelando el car¨¢cter de quienes les rodean¡±.
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