Una bolsa de hace mil a?os desvela las drogas que consum¨ªan los ind¨ªgenas americanos
El an¨¢lisis qu¨ªmico de objetos encontrados en un yacimiento boliviano encuentra coca¨ªna, benzoilecgonina, el alucin¨®geno bufotenina y los dos principales ingredientes de la ayahuasca
Hace alrededor de mil a?os, en lo que hoy es la provincia de Sur L¨ªpez, en una regi¨®n que raya los 4.000 metros de altitud en el suroeste de Bolivia, se enterr¨® a un miembro de una cultura que ten¨ªa un gran conocimiento sobre bot¨¢nica y sobre los usos psicotr¨®picos de algunas plantas especiales. La tumba fue profanada tiempo despu¨¦s y al excavarse no se encontr¨® el cad¨¢ver al que se rindieron honores. Sin embargo, en aquel abrigo bautizado como cueva del Chileno, que hab¨ªa sido ocupado durante los ¨²ltimos 4.000 a?os y tiene unas condiciones excelentes para la conservaci¨®n del material org¨¢nico, qued¨® preservada una bolsa de cuero llena de objetos que se pueden relacionar con el consumo de estupefacientes: dos tabletas talladas en madera para inhalar sustancias, un tubo para aspirar, dos esp¨¢tulas de hueso de llama, una cinta textil para la cabeza, trozos de plantas secas y una bolsita fabricada con tres hocicos de zorro.
El an¨¢lisis qu¨ªmico de estos artefactos, que hoy se publica en la revista PNAS, sugiere que ya entonces exist¨ªa el conocimiento necesario para elaborar la ayahuasca, una bebida psicotr¨®pica tradicional de los pueblos amaz¨®nicos de Sudam¨¦rica. Entre las sustancias detectadas en el yacimiento se encuentran sus dos principales ingredientes, la harmina, que se suele obtener de la enredadera Banesteriopsis caapi, y el arbusto Psychotria viridis, que contiene el alucin¨®geno DMT. En la bolsa tambi¨¦n se encontraron restos de coca¨ªna y benzoilecgonina, lo que sugiere que habr¨ªa habido hojas de coca, y trazas de bufotenina, otro alucin¨®geno que se puede elaborar a partir de las semillas del ¨¢rbol Anadenanthera colubrina, que se inhalar¨ªan despu¨¦s de machacarlas en las tabletas.
Las sustancias se trasportaban por grandes redes comerciales a cientos kil¨®metros de distancia
Una de las caracter¨ªsticas interesantes de la parafernalia encontrada en el yacimiento boliviano es que ninguna de las plantas detectadas se daba en el altiplano donde se produjo el enterramiento. ¡°Casi todas las plantas con las que se elabora la ayahuasca son tropicales y en cualquier caso era necesario recorrer cientos de kil¨®metros para acceder a ellas¡±, explica Jos¨¦ Capriles, investigador de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU) y autor principal del trabajo. ¡°Hab¨ªa mucho tr¨¢fico caravanero de llamas y muchas sociedades se desarrollaban a partir del intercambio comercial a larga distancia¡±, contin¨²a. ¡°El consumo de estos psicotr¨®picos nos habla de las grandes redes a las que pod¨ªan acceder estos individuos. Adem¨¢s del inter¨¦s del ritual, el consumo de estos productos aportar¨ªa prestigio social, ser¨ªa una se?al de la capacidad de movilizarse a gran distancia o de tener la riqueza y los contactos necesarios para obtener estos productos de origen tan lejano¡±, concluye Capriles.
Santiago L¨®pez-Pavillard, autor del libro Chamanes, ayahuasca y sanaci¨®n, considera que ¡°el art¨ªculo presenta datos acerca del inmenso conocimiento fitofarmacol¨®gico que pose¨ªan los pueblos originarios de Sudam¨¦rica hace ya mil a?os, un conocimiento generalizado que abarcaba tanto a las tierras altas como bajas, conectadas a trav¨¦s de extensas y tupidas redes de intercambio¡±. L¨®pez-Pavillard cree que la muestra analizada en Bolivia podr¨ªa proceder de la cuenca alta del Orinoco, en el sur de Venezuela.
No es f¨¢cil deducir c¨®mo adquirieron los habitantes de la Am¨¦rica precolombina los conocimientos necesarios para preparar la ayahuasca o el curare, para los que eligieron un pu?ado de plantas entre las m¨¢s de 80.000 especies de vegetales de su ecosistema. En opini¨®n de L¨®pez-Pavillard, ¡°para entender c¨®mo se adquiere este conocimiento de las plantas hay que asumir la existencia de una etnociencia de tipo animista, de donde nace la expresi¨®n de ?planta maestra?¡±. ¡°Las personas aprenden las propiedades de las plantas tom¨¢ndolas y son las propias plantas las que ense?an a los seres humanos sus propiedades y con qu¨¦ otras plantas pueden ser combinadas. Este es el procedimiento que se sigue en la selva amaz¨®nica hoy en d¨ªa por quienes desean formarse como chamanes o chamanas¡±, afirma.
El conocimiento puede haberse adquirido durante milenios de ensayo y error. Los an¨¢lisis de momias de la civilizaci¨®n Tihuanaco, una cultura anterior a los incas de la zona andina, de hace entre 1600 y 1100 a?os, han encontrado restos de harmina en el pelo de un ni?o y un adulto. Esta sustancia se utilizar¨ªa entonces como medicina, porque aunque tiene efectos psicoactivos no es alucin¨®gena. La incorporaci¨®n de otras plantas para aportar visiones pudo llegar en tiempos m¨¢s recientes.
El yacimiento de la cueva del Chileno pertenece a una ¨¦poca en la que la cultura Tihuanaco, que mantuvo su influencia durante cinco siglos en lo que hoy es el sur de Per¨², el norte de Chile y el este de Bolivia, se estaba desintegrando. Algunos estudios han relacionado elementos ceremoniales como las tabletas de inhalaci¨®n con un sistema de ritos y costumbres que serv¨ªa para expandir aquel sistema cultural a otras regiones. Los especialistas en estos rituales, poseedores de un amplio conocimiento, fueron, probablemente, miembros muy influyentes de aquellas antiguas sociedades andinas. A trav¨¦s de determinadas sustancias pod¨ªan acceder a las divinidades o incluso transformarse en animales que las representaban.
Capriles reconoce, no obstante, que adem¨¢s de los usos animistas de las sustancias alucin¨®genas, cada vez hay m¨¢s investigadores que consideran opciones m¨¢s abiertas. ¡°Es probable que algunas sustancias se pudiesen consumir de otra manera¡±, se?ala. En la actualidad en algunas regiones de Sudam¨¦rica se ofrecen experiencias con la ayahuasca como centro del entretenimiento.
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