El mural de los libros que tienen prohibido hablar de pol¨ªtica y religi¨®n
El artista Jan IsDeMan dibuja un muro en Utrecht con una estanter¨ªa gigante de 49 libros en seis idiomas diferentes para reivindicar un barrio sin l¨ªmites culturales
La tienda de tatuajes de Jan ha estado cerrada una semana. Ten¨ªa tarea en la calle. Durante unos d¨ªas cambi¨® la sangre y la tinta imperecedera por el spray, que se lo lleva el tiempo. En la esquina donde se cruzan las calles Mimosastraat y Amsterdamsestraatweg ha pintado un mural impactante: una estanter¨ªa gigante, con 49 libros de seis idiomas distintos. Es un barrio de aluvi¨®n en Utrecht (Pa¨ªses Bajos), un Malasa?a tintado por cientos de nacionalidades, lenguas y razas. Para reforzar la idea de la diversidad cultural, ha colocado un globo terr¨¢queo en la balda m¨¢s alta de las tres alturas del edificio. Los del bajo llevaban tiempo detr¨¢s de uno de sus murales que dan la bienvenida a la ciudad que cambi¨® con ?msterdam turistas por universitarios.
En Utrecht existe un fondo en el que todos pueden participar para hacer de la ciudad un lugar mejor. Es una partida econ¨®mica que solo la comunidad decide c¨®mo invertir por votaci¨®n. "Re¨²ne ideas para que los vecinos se vean mejor [representados] y as¨ª se sientan tambi¨¦n mejor [en la ciudad]", explica el artista a este peri¨®dico por correo electr¨®nico, para aclarar qui¨¦nes son sus mecenas. As¨ª que los vecinos apoyaron la idea de Jan IsDeMan (alias de Jan Heinsbroek) y le dieron ese muro y el dinero para hacer del edificio la piel sobre la que tatuar la imagen con la que el barrio quiere que lo identifiquemos. Los libros, la diversidad cultural, la libertad. Bueno, casi.
Jan anim¨® a sus vecinos a participar en el mural. Les pidi¨® sus libros favoritos. Pero puso una condici¨®n: prohibido recomendar un libro pol¨ªtico o religioso. ?Por qu¨¦? "Me he dado cuenta de que el proyecto ha reunido (mientras permanezca) a las personas, sin obligarlas. Las personas se encuentran gracias a los libros. Se tienen en cuenta las diferencias culturales, independientemente de los puntos de vista pol¨ªticos. Independientemente de ser de extrema izquierda o de extrema derecha", cuenta IsDeMan.
Podr¨ªa parecer que en tiempos de auge del fascismo y la extrema derecha, este muro a favor de las diferencias (elogiadas en los libros) es un muro de contenci¨®n. Pero no, es una pared sin conflicto. Sin politizar. Este discurso contrasta con lo que Jan espera y reivindica de los libros: "Los libros ayudan a tener opiniones menos definidas. Gracias a ellos tu mente estar¨¢ abierta a las diferencias", dice. "Son m¨¢gicos. Hacen cosquillas a tu cerebro. Todos podemos leer el mismo libro, pero sentir cosas muy distintas", reflexiona. "Adem¨¢s, algo que me gusta mucho es que cada libro se hace con mucha pasi¨®n; ni las f¨¢bricas ni los ordenadores pueden imaginar algo as¨ª. Hay mucho tiempo, creatividad y disciplina invertidos en la creaci¨®n de un libro".
Y as¨ª construy¨® una biblioteca ideal, con las lecturas que identifican a una comunidad plural. En cierto modo, ha tatuado en la piel de la ciudad algo que la representa. La ciudad como cuerpo, el cuerpo como "edificio humano", escribi¨® Thomas Mann. Tanto el tatuaje como el mural solo pueden ser en comunicaci¨®n y en relaci¨®n con otros: son en su entorno. Todos quieren reconstruirse, todos quieren ser su mejor versi¨®n y una bandera que los defina al instante. De un vistazo. Este mural es directo en su mensaje y est¨¢ hecho para todos. Esa es la diferencia entre el grafito y el street art: "El grafito est¨¢ hecho para los 'escritores' (grafiteros) y el arte callejero para todo el mundo", en certeras palabras de Jan IsDeMan.
De hecho, la estanter¨ªa a escala monumental no fue su primera idea. ?l estaba empe?ado en la alegr¨ªa. Los vecinos de la casa le dieron libertad siempre y cuando dibujara "algo positivo". Y ¨¦l pens¨®, a bote pronto, en un smiley gigante. Una gran cara amarilla sonriente. "Porque creo que la gente se vuelve m¨¢s feliz cuando ve un smiley todos los d¨ªas", dice. Pero no, demasiado sencillo y "simple". "As¨ª que estudi¨¦ la forma de la casa y la ubicaci¨®n y, de repente, se me ocurri¨® la idea de hacer una gran estanter¨ªa", cuenta. Reconoce que lo que m¨¢s le gusta es ver las sonrisas de las personas que miran el mural al pasar y pide que se?alemos que tuvo la ayuda de su compa?ero Deef Feed. Tambi¨¦n es tatuador, tambi¨¦n juega a romper la perspectiva del muro, atravesado con profundidades imposibles y trampantojos sorprendentes. Juntos crean una falsa realidad, m¨¢s ilusa, menos pol¨ªtica.
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