Cheque en blanco
Una de las razones por las que un espa?ol no puede tener un arma es porque no soporta un gasto in¨²til
Una de las razones por las que un espa?ol no puede tener un arma es porque no soporta un gasto in¨²til. Le han convencido de que van a asaltar su casa, de que van a violar a su hija, se ha gastado media n¨®mina en una pistola y a¨²n no ha podido, un a?o despu¨¦s, reventarle la cabeza de un tiro al cabr¨®n que va a hacer todo eso. As¨ª que generalmente sale a buscarlo.
Cuando se preparan tanto las consecuencias se acaban echando en falta las causas, por est¨²pidas y terribles que sean. Yo, que soy de naturaleza t¨ªmida y vergonzosa, cuando cuento un atropello y me responden: ¡°Si a m¨ª me hace eso, le rompo los dientes¡±, pienso autom¨¢ticamente que esa persona quiere de verdad que se lo hagan, y como no le rompa r¨¢pido los dientes a alguien, me los romper¨¢ a m¨ª.
Lean a Roc¨ªo Monasterio, candidata madrile?a de Vox, en El Confidencial: ¡°El otro d¨ªa saltaron tres magreb¨ªes a casa de mi vecino; si es mi casa, cojo un cuchillo jamonero¡±. Tiene m¨¢s fuerza la segunda parte que la primera, y eso que en la primera est¨¢ el racismo, ese que ante un suceso pregunta primero por la nacionalidad del agresor antes que por las heridas de las v¨ªctimas. De hecho, del relato de Monasterio lo primero que sabemos es que los agresores eran magreb¨ªes, iban drogados y mord¨ªan, pero lo que no sabemos es qu¨¦ le pas¨® a sus vecinos, ni su nacionalidad. Imaginen que unos magreb¨ªes asaltan la casa de una pareja de inmigrantes ilegales. ?Qui¨¦n gana ah¨ª? ?Los asaltantes violentos o los inmigrantes que se plantan sin papeles a vivir delante de la casa de Monasterio; esos vecinos que empiezan pidiendo sal y acaban pidiendo cuchillos jamoneros?
Es, sin embargo, en la segunda parte de ese titular donde se encuentra la idea central: el condicional, la hip¨®tesis, o sea el discurso de Vox, ya sea en boca de ellos o sus imitadores. ¡°Si es mi casa, cojo un cuchillo jamonero¡±. No es tu casa, de hecho, no es la casa de casi nadie, por eso no se puede armar a todo el mundo: no podemos fabricar tantos pecadores por tan pocos justos, ni decirle a la polic¨ªa que para polic¨ªas nosotros. Y cuando la situaci¨®n es especialmente violenta hay una figura llamada leg¨ªtima defensa en el c¨®digo penal e instinto de supervivencia en el biol¨®gico; quiz¨¢ lo que se propone es que la leg¨ªtima defensa empiece un poco antes.
Pero el ¡°si¡± construye un mundo. Que lleva en ocasiones a otro paralelo en el que uno puede comportarse amparado por la ficci¨®n. Si proh¨ªben los toros, si proh¨ªben la caza, si encarcelan a hombres por el hecho de serlo, si ten¨¦is la casa okupada al volver de vacaciones, si Espa?a se rompe, si Dios existe y todo lo ve. Ese condicional levanta una amenaza invisible que exige responder de forma visible.
Por eso yo me estoy encontrando por la vida a votantes que no comparten el todo y ni siquiera la parte que les afecta, sino que les puede afectar. Est¨¢n los que votan en contra de lo que les gusta socialmente porque s¨ª les conviene econ¨®micamente, incluso los que votan contra sus intereses econ¨®micos para ir contra los intereses sociales de los dem¨¢s. Y se ha creado tambi¨¦n el votante que decide en funci¨®n de lo que quiz¨¢ pase, preferiblemente un apocalipsis. Porque ya se sabe que cuando acaba el mundo hay cheque en blanco, la promesa electoral m¨¢s sexy de todas: la que te permite actuar sin cargo de conciencia
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