Parid, malditas

Recuerdo con horror mis puerperios, perd¨®n, pospartos, que luego dec¨ªs que escribo raro. Que lo pas¨¦ malamente tras alumbrar a mi prole, vamos. Pezones como badajos. Barriga cual zepel¨ªn desinflado. Perineo a punto de cruz. Sue?o de d¨ªas, cansancio de siglos. Un planazo, vaya. Ya s¨¦ que cada una es un mundo y que algunas salen del paritorio puest¨ªsimas de endorfinas y con los pitillos puestos, pero creedme, lo juro: a la semana de parir, el 99% de las mujeres no est¨¢ para emprender nada que no sea el cuidado del cr¨ªo, su recuperaci¨®n f¨ªsica y an¨ªmica y la reorganizaci¨®n de su vida con un cachorro a cuestas. Esto, que es de una obviedad meridiana, resulta que hay que volver a explicarlo porque algunos pol¨ªticos, y pol¨ªticas, se han empe?ado en volver a ponernos a parir a todas en todos los sentidos. Insult¨¢ndonos la inteligencia y conmin¨¢ndonos a producir espa?olitos a destajo.

¡°Vamos a llenar los parques de ni?os¡±, promete Roc¨ªo Monasterio, candidata de Vox al Gobierno madrile?o. ¡°Defiendo a mujeres como mi amiga Ana, que hace una semana que tuvo a su ni?a y ya est¨¢ emprendiendo por el mundo¡±, suelta la popular Isabel D¨ªaz-Ayuso, que ya hab¨ªa prometido considerar al gameto como miembro de la familia desde el mism¨ªsimo Predictor. Hasta la ciudadana Bego?a Villac¨ªs, con su espl¨¦ndido bombo de nueve meses en los carteles, parece invitarnos a embarazarnos por nosotras o gestar para otras por puro altruismo, como propone su partido para legalizar los vientres de alquiler, perd¨®n, gestaci¨®n subrogada. Total que, aqu¨ª y ahora: Espa?a, 2019, pareciera que, si no pares, no eres nadie. Menos mal que una ya est¨¢ exenta de esas funciones, aunque cualquier d¨ªa se lleva un susto por no ponerse el DIU de ¨²ltimo minuto, que si no, se sentir¨ªa una mala patriota. Dicho esto, corro a hacerme la pedicura, que Ortega-Smith-Weson ya nos deja cortarnos las u?as y no sea que se arrepienta.