Las l¨¢grimas del toro
Un gesto de Morante de la Puebla provoca una agria pol¨¦mica
Parece que lo que hizo el torero Morante de la Puebla con un toro el otro d¨ªa en la plaza de la Maestranza de Sevilla no fue secarle las l¨¢grimas con su pa?uelo sino el sudor. Eso cambia sustancialmente las cosas. Contra lo que denunciaron los animalistas y dem¨¢s flower power antitaurinos como sadismo, comparando el gesto del torero con el de un torturador que le secara las l¨¢grimas a un torturado en plena tortura como humillaci¨®n, no dej¨® de ser un desplante taurino como cualquier otro, ni mejor ni peor que los dem¨¢s.
Sucede, por otra parte, que, como comentaba el cr¨ªtico de toros de este peri¨®dico saliendo al paso de las acusaciones, lo que hizo Morante de la Puebla fue en realidad un gesto de reconocimiento a su admirado Joselito El Gallo, considerado el mejor torero de la historia, quien, al parecer, habr¨ªa hecho lo mismo con un toro un siglo atr¨¢s repitiendo a su vez el desplante que patent¨® Curro C¨²chares, el considerado padre de la tauromaquia moderna, pero que algunos, en su ignorancia, han cre¨ªdo original y tildado de improcedente. Puestos a no admitir, ya se sabe, los antitaurinos somos incapaces de comprender que el arte de C¨²chares tiene sus c¨®digos, su tradici¨®n y hasta su jurisprudencia. Y en esa jurisprudencia Morante de la Puebla es un doctorando como bien advierte el cr¨ªtico taurino de EL PA?S: ¡°Morante es un torero antiguo, nacido a finales del siglo XX; a?ora la tauromaquia de los a?os veinte, quiere parecerse a Joselito, aspira a ser diferente. No le basta, al parecer, con ser un artista; es un bohemio en su corte de pelo, su vestimenta, sus andares, en un desmedido af¨¢n por parecer de otra ¨¦poca. Y Joselito El Gallo, qui¨¦n mejor que el rey, es su referente (¡) Y en 2019, el pasado 10 de mayo, en plena Feria de Abril, ha rememorado el desplante, con cierto aire chulesco y torero a la vez, de C¨²chares y Joselito, de limpiar la testuz del toro con un pa?uelo blanco¡±.
?Algo que objetar a partir de esto? A m¨ª, la verdad, no se me ocurre gran cosa y menos despu¨¦s de conocer otros argumentos que al parecer avalar¨ªan la procedencia del desplante del torero Morante de la Puebla, tales como el de que los toros no lloran, por lo que mal podr¨ªa el protagonista de la pol¨¦mica haberle secado las l¨¢grimas al suyo, o que el contrato de esa corrida lo firm¨® Morante en la misma mesa en la que firmaba los suyos el m¨ªtico Joselito y que el diestro de la Puebla compr¨® en se?al de su admiraci¨®n al maestro. Lo que ya no me queda tan claro es ese razonamiento final con el que, en su cr¨®nica explicativa de la intrahistoria del controvertido lance del pa?uelo protagonizado por el torero de Vox (esto es informaci¨®n del cr¨ªtico, no m¨ªa), concluye su defensa del desplante del pa?uelo y de las corridas de toros en general: ¡°Tras la agria y ficticia pol¨¦mica avivada [por los antitaurinos, claro] con toda la intenci¨®n en las redes, solo queda una reflexi¨®n: el eterno dilema, las l¨¢grimas o el sudor; pues ninguna de las dos, sino la mala uva de quienes se niegan a respetar los leg¨ªtimos gustos de los dem¨¢s¡±. Hay que tener cuidado con estos razonamientos, pues en el nombre de la libertad de realizaci¨®n de los gustos particulares de cada uno, se puede justificar todos ellos, desde la pederastia hasta la piroman¨ªa. Y no creo que esa sea la intenci¨®n del defensor del gesto de Morante ni de nadie en su sano juicio, por muy taurino que se sea.
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