Interregno
Lo l¨®gico es que el nuevo Gobierno no encuentre un aliado pol¨ªtico en ERC tras la decisi¨®n sobre Iceta
Aun no se han celebrado las pr¨®ximas elecciones pendientes y ya hay muestras de fatiga electoral. Cuando recibimos el anuncio de la convocatoria de las generales nos parecieron unos plazos brev¨ªsimos entre unas y otras. Ahora, en cambio, se nos hace eterna la espera. Quiz¨¢ porque ya obtuvimos la respuesta a las principales preguntas que esper¨¢bamos; a saber, qui¨¦n iba a gobernar nuestro futuro inmediato y cu¨¢l iba a ser el efecto Vox. El hecho es que la resaca poselectoral ha sido m¨¢s intensa que el ruido que suele imperar en toda nueva campa?a. Se ha bajado el diapas¨®n en los enfrentamientos dial¨¦cticos y mientras en unos domina la euforia, otros se lamen las heridas a la espera de alg¨²n peque?o milagro en los nuevos comicios.
C¨®mo se pasa de una polarizaci¨®n extrema a la gobernabilidad puede que sea la nueva pregunta. Y la verdad es que ahora, a pesar del resultado electoral, tampoco hay respuestas claras ni las habr¨¢ el 27 de mayo. La negativa de ERC ante el caso Iceta ha hecho sonar todas las alarmas.
La gobernabilidad no est¨¢ asegurada. Se dir¨¢ que en la sorprendente actitud de ERC han podido pesar razones electorales, pero lo l¨®gico es que el nuevo Gobierno nunca encuentre un aliado en este partido. Y la principal raz¨®n para ello es la judicializaci¨®n del conflicto catal¨¢n. O, lo que es lo mismo, durante un tiempo no estar¨¢ en sus manos el encauzarlo por una v¨ªa pol¨ªtica. Al menos hasta que haya sentencia, e incluso en este caso se ver¨¢ con las manos atadas por la decisi¨®n de los jueces.
Por otra parte, S¨¢nchez en esto tendr¨¢ siempre enfrente a la derecha, incapaz de dejar de extraer toda la rentabilidad pol¨ªtica posible a su posici¨®n monol¨ªtica sobre el tema catal¨¢n. O sea, que por su parte no se espera el m¨¢s m¨ªnimo gesto de contribuir a la gobernabilidad. Ni, a?ado, a una soluci¨®n pol¨ªtica del conflicto. Esto ¨²ltimo lo presum¨ªamos de una supuesta ¡°nueva Esquerra¡±, que a algunos nos hizo atisbar esperanzas respecto del resultado electoral. Hasta el caso Iceta, digo. El PSOE se encuentra as¨ª con una oposici¨®n a pi?¨®n fijo y un potencial aliado esquizofr¨¦nico, que tan pronto es Doctor Jeckyll como Mr. Hyde. Y una aritm¨¦tica que podr¨¢ dar para la investidura, pero a la que volver¨¢ a estallar la mina que Rajoy puso en el Parlamento al judicializar el conflicto.
Catalu?a ha provocado el fin de la pseudolegislatura que naci¨® de la moci¨®n de censura, ha constituido el tema principal de la campa?a y lo ser¨¢ tambi¨¦n en la nueva legislatura. No estamos ahora ante un interregno, sino ante m¨¢s de lo mismo, ante una prolongaci¨®n de lo que viene de antes. Solo habr¨¢ cambio de ciclo cuando los actores pol¨ªticos se enfrenten a su responsabilidad. No en vano, la decisi¨®n del pueblo soberano ha sido clara respecto a la necesidad de entrar en una pol¨ªtica de pactos guiada por la moderaci¨®n. Si no la atienden, que no esperen que los ciudadanos vayan a acudir gustosos a las urnas cuando se les vuelva a convocar el pr¨®ximo oto?o.
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