Trump contra Londres
El presidente de EE UU convierte una visita de Estado a un aliado estrat¨¦gico en una sucesi¨®n de injerencias e insultos
Las visitas de Estado son normalmente la representaci¨®n formal de la buena sinton¨ªa entre pa¨ªses lograda mediante la diplomacia. Ocasiones en las que ambas partes evitan cuidadosamente cualquier gesto o alusi¨®n que pueda enturbiar ese ambiente de cordialidad o, al menos, de relaciones educadas. En esto pone especial cuidado el anfitri¨®n y, desde luego, el invitado. A nadie se le ocurre insultar a quien le brinda su hospitalidad. Sin embargo, no parece que el presidente de Estados Unidos tenga la misma concepci¨®n de lo que es una visita de Estado ni de c¨®mo debe comportarse el visitante con quien le recibe.
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Ya antes de iniciar ayer su visita oficial al Reino Unido, Donald Trump se permiti¨® indicarle al Gobierno brit¨¢nico c¨®mo debe afrontar la estrategia del Brexit. El presidente critic¨® duramente a la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, por la marcha de las negociaciones, apoy¨® como sucesor de May al euroesc¨¦ptico Boris Johnson y a?adi¨® que Londres deb¨ªa incorporar a las conversaciones con Bruselas al eur¨®fobo Nigel Farage, as¨ª como optar por un Brexit dr¨¢stico. No es necesario recordar la grave crisis pol¨ªtica que vive el Reino Unido por el fracaso del proceso, que incluso ha llevado a anunciar la dimisi¨®n de la propia May. Por no mencionar la incertidumbre en la que se encuentra el principal proyecto econ¨®mico y pol¨ªtico de los pa¨ªses de Europa. Todos ellos ¡ªel Reino Unido y los socios de la UE¡ª, aliados estrat¨¦gicos de EE?UU. Resulta inimaginable que, por ejemplo, horas antes de ser recibida con todos los honores en la Casa Blanca, May hubiera desde?ado el modo en que Trump est¨¢ llevando la guerra comercial con China. De hecho, que una cosa as¨ª sucediera era inimaginable con cualquier otro presidente de EE?UU hasta la llegada del millonario neoyorquino al cargo.
Pero si las cr¨ªticas a sus anfitriones por el Brexit ya van m¨¢s all¨¢ de la descortes¨ªa, los insultos proferidos contra el alcalde de Londres, Sadiq Khan, momentos antes de aterrizar en territorio brit¨¢nico resultan intolerables y desmerecen la dignidad que debe recordar quien ostenta la presidencia de la democracia m¨¢s poderosa del planeta. Trump, a trav¨¦s de las redes sociales, calific¨® al alcalde de la capital brit¨¢nica de ¡°perdedor irrecuperable¡±. Cierto es que Khan ha criticado duramente la visita, pero quien tiene la presidencia de EE?UU ha logrado bajar a¨²n m¨¢s el nivel. Las relaciones diplom¨¢ticas no pueden convertirse en una pelea en Twitter. La alianza entre Londres y Washington es fundamental no solo para ambos pa¨ªses, sino para el mundo democr¨¢tico. Y esa importancia se escenifica en las visitas oficiales, algo que Trump har¨ªa bien en recordar.?
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